17 millones de personas en 12 provincias argentinas están expuestas al consumo de arsénico elevado. De proyectarse a nivel nacional, científicos afirman que "estaríamos en presencia de una epidemia". Así lo reveló un preocupante estudio de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), que será próximamente publicado en la revista Water and Health (Agua y Salud).
El científico responsable del Programa de Medio Ambiente y Salud de la UNR y uno de los integrantes del equipo que realizó la investigación, Alejandro Oliva, habló con la 750 y advirtió sobre los riesgos: "El problema es serio porque el arsénico está asociado con cáncer, anomalías congénitas y Alzheimer", sostuvo.
Argentina no es el único país con altos niveles de arsénico en el agua: el problema abarca a varias regiones del mundo, como Estados Unidos, México, parte de Asia y Europa. "No hay solución parcial, podés poner en tu casa un filtro para precipitar el arsénico, pero es costosísimo", explicó Oliva.
La única solución es que las comunidades se organicen y le exijan a las autoridades que se hagan las obras públicas correspondientes. Una medida importante, explicó el científico, sería montar por ley una vigilancia ambiental y epidemiológica. "Argentina no tiene registros de salud, tiene registros de mortalidad, que son con los que nosotros trabajamos", agregó el titular del Programa de Medio Ambiente y Salud de la UNR, en diálogo con Gustavo Campana.
El informe arrojó datos escalofriantes. La muestra, realizada en la mitad de las provincias argentinas, cubre al 70 por ciento de la poblacion nacional y demostró que el químico de origen natural se encuentra en aguas de consumo con valores por encima de 10 microgramos por litro de agua, el parámetro de la Organización Mundial de la Salud.