El Gobierno desplazó al embajador argentino en España, Roberto Bosch (foto), y al cónsul en Nueva York, Pablo Piñeiro Aramburu, en medio de los cambios que está llevando a cabo en el Ministerio de Relaciones Exteriores el canciller Gerardo Werthein. Bosch formaba parte de la delegación diplomática que la administración libertaria heredó del gobierno del expresidente Alberto Fernández, y que la excanciller Diana Mondino mantuvo sin modificaciones.
El exembajador en el país ibérico era quien había secundado a Ricardo Alfonsín durante su paso por esa sede diplomática en el país europeo. Con la llegada del gobierno del presidente Javier Milei la planta diplomática se mantuvo y Bosch pasó a encabezar las relaciones con España.
Hace poco más de una semana Werthein había recibido al embajador designado de España en la Argentina, Joaquín de Aristegui Laborde, con quien mantuvo un encuentro tras la presentación de las copias de sus cartas credenciales. La reunión se llevó para poner paños fríos luego del conflicto entre Milei y el presidente español Pedro Sánchez, quien hace cinco meses retiró a su representante diplomática, María Jesús Alonso Jiménez, a raíz de los cruces con el mandatario argentino.
En tanto, Piñeiro Aramburu, quien se desempeñaba como cónsul en Nueva York, también fue apartado de su cargo y lo reemplazará Gerardo Díaz Bartolomé, quien asumirá "próximamente" en Estados Unidos, según informó la Cancillería argentina en sus redes sociales. Díaz Bartolomé se desempeñaba como director de Comunicación Estratégica y Diplomacia Pública de esa cartera y tiene una larga trayectoria en relaciones internacionales.
El nuevo cónsul ocupó el cargo de jefe de Misión Adjunto de la embajada Argentina en Washington DC y también participó en la Misión Permanente de Argentina ante las Naciones Unidas en Nueva York. Por su lado, Aramburu había quedado en la cuerda floja después de que se conocieran imágenes de una fiesta de Halloween que organizó en su residencia, y a la que fueron invitadas decenas de personas.