En su editorial, el periodista y conductor de La Mañana, Víctor Hugo Morales, comparó la violenta situación que tuvo lugar en un golf de Pinamar, donde una pareja agredió a una vecina que estaba descansando en la zona por pertenecer a otra clase social, con la intervención de Guillermo Francos en el Congreso y aseguró que hay una analogía respecto al odio que se maneja en cada situación.
El editorial de Víctor Hugo Morales
El desprecio de Francos ayer, hablando de más motosierra contra las universidades, el INTA, las personas con discapacidad; la amenaza de llevarse todo por delante, está en el palazo que le dio una ricachona a una mujer pobre que caminaba por el golf de Pinamar.
La respuesta del golf de Pinamar es parte del envión del palazo. "¡Tendría que haberle pegado con hierro siete!", parecen pensar íntimamente. Nunca el ultraje fue mayor y más a cara descubierta.
¿Qué hay en el alma de la desquiciada adinerada que le tira en la cara los cincuenta mil dólares que dice que paga en el golf a una mujer que solo aspira a tomar un poco de aire en un espacio verde, afuera de los caminos que deben recorrer los jugadores?
Para esa gente gobierna Milei. Para los que cantaban anoche en la película Cuellos blancos “todos somos Vicentín”. La mujer del palazo es una continuidad de la crueldad, de la casta de la crueldad.
Y lo hace en medio de la indiferencia. Los medios de la derecha, un poco, reconocen que se le fue la mano, pero bueno, "tampoco te podés meter en cualquier lado", ¿no?
Los insultos, el golpe moral que le dio a continuación a la víctima mientras estaba caída, la saña, el ultraje, la desconsideración, el menosprecio, son parte del inmundo odio sembrado estos años. Pero es un odio con desparpajo, odio con arcadas. Es el voto, el juramento de la religión del diablo.
Mariano y la tal Celeste, los agresores ¿serán llamados por sus amigos para felicitarlos? ¿Son los ídolos del club? ¿Pensarán que si le pegaban más arriba la mataban y chau? "¿Qué tanto lío?", dirán.
Francos repartiendo palos en el Congreso: a los universitarios, al INTA y hasta a las personas con discapacidad. ¿Qué palo de golf usa? Milei es el caddie que le lleva los palos al sistema. Calcula dónde puede caer la pelota, mide la altura del pastito y le dice al jugador de los bonos: "Es por acá".
El odio, la estafa, la golpeadora, Francos, caminan por un campo verde. Y el año 2024, con la CGT esperando no se sabe qué, con los diarios celebrando el palazo, es el año en que la élite —hay que reconocérselo— hizo hoyo en uno.