Cynthia García analizó en su editorial de la 750 la posición que debe adoptar la militancia frente a las políticas de avasallamiento de derechos de la gestión de Javier Milei. En este sentido, llamó a conducir el enojo y la indignación con un sentido concreto y, sin abandonar las redes sociales, trascender estos espacios volviendo a la interacción en el territorio.

El editorial de Cynthia García

Muchas veces nos enojamos. No está mal enojarse. Hay que indignarse frente a este contexto. Hay que transitar ese enojo. Pero lo que creo es que tiene que ser conducido. ¿Para qué nos enojamos? El enojo frente al contexto de Milei, ¿quién lo conduce? ¿Puede ser transformador? Sí, en tanto y en cuanto tenga un sentido de hacia dónde ir.

Un poco lo que decía el Negro: hay generaciones que no tienen sueños y atraviesan este presente tremendo creyendo que es lo único que tienen. La respuesta es mostrar las resistencias a este presente líquido total. Lo que pasa es que el diagnóstico es abrumador cando uno piensa en las maneras de intervenir de esas resistencias en un contexto tan depredador. Porque son contextos depredadores.

Pérdida de derechos y persecución

La posibilidad de que quiten el DNI no binario habla de una depredación. No solo retrocede. Ayer me llegaban mensajes de los colectivos LGTBIQ+ con mucha preocupación porque creen que detrás de la eliminación del DNI va a haber un correlato represivo de persecución.

Eso era antes de la Ley de Identidad de Género: que una persona pudiera elegir el género, aún con los llamados edictos persecutorios que habilitaban a la Policía Federal porque estaba en la calle "rompiendo las reglas" que arbitrariamente el sistema definía.

Eran las personas trans llevadas a prisión solo por persecución. El paradigma represivo es muy fuerte ahora. Hay mucha preocupación sobre qué hay detrás de la eliminación de un DNI no binario.

Los palazos virtuales

¿Qué hay detrás de los grupos libertarios, donde la mayoría son varones, violentos, homofóbicos, que así se presentan y se presentaban? Plantean esta idea del brazo armado. ¿Qué hay detrás de eso más allá de que después recularon en chancletas? Ese diagnóstico es una resistencia que tiene que ser organizada, porque si no, va a quedar muy expuesto. Estamos ante un mundo extremadamente complejo, donde uno piensa que su resistencia va a ser en las redes sociales. Entonces, discuto ahí.

Yo no digo que no hay que estar en las redes sociales. Lo que pasa es que también hay que ver, visibilizar, que el tecnocapitalismo, que es diferente al capitalismo industrial —hoy estamos hablando de un tecno-colonialismo, de la dictadura del algoritmo—, impacta en la vida de todo. ¿Qué hay detrás, ya no del lado oscuro de las redes sociales, sino de quién maneja el algoritmo, los círculos de la posverdad?

Son plataformas que están planteando una falacia. Muchas veces, yo misma lo he dicho: las redes sociales se piensan como las nuevas plazas públicas. Y la verdad es que tengo que repensar esas ideas, porque son plataformas privadas. Y hay que charlar sobre qué discusiones habilitan. Cada vez hay menos circulación de cuentas que justamente defienden y generan esa resistencia sobre lo que estamos hablando. Esas cuentas son menos difundidas que las que generan odio. Eso pasa en Twitter en este momento.

Los dueños del aire

Ya hace un tiempo, Javier Echeverría sacó un libro, Señores del Aire, que se publicó en el 99. Era una suerte de apuesta para el nuevo siglo que empezaba. Muy preciso, lo convirtió en un libro de lectura obligatoria para la academia.

Estuvo aquí hace unos años y decía, en la nota que le hace Página|12, que en aquellos momentos los "señores del aire" eran Microsoft, Nokia y Ericsson. Esas últimas dos desaparecieron. Ese sistema de las nuevas tecnologías de la información se extendería por todos los países. Quienes controlaran, decía, esas tecnologías tendrían un poder creciente.

Señores del Aire era una metáfora de los señores de la tierra del Medioevo. Bueno, esto da una muestra de lo que estamos diciendo, de esa supuesta libertad que plantean en las redes sociales y que no es tal de ninguna manera.

La salida territorial

Por eso, nada va a reemplazar a la militancia territorial. Para transformar, hay que volver a una militancia que intervenga desde el territorio, usando las redes sociales, pero teniendo en cuenta estos parámetros.

Hace alrededor de diez años, entre los más ricos de las diez mayores empresas del mundo, ocho eran del modelo industrial y terrenal, y dos eran tecnocapitalistas. Hoy eso se ha invertido. Hoy los dueños de la informática son los nuevos señores feudales.

Ocho están relacionadas con las tecnologías de la información. Eso sirve para discutir el parafirma económico digital de las mayores empresas del mundo, que tienen el poder, la sartén por el mango. Y la respuesta a eso tiene que ser una intervención territorial organizada.