Ha sido una semana interesante en materia legislativa. La jugada de un grupo de diputadas nacionales que impuso en el recinto la votación para la Ley de Paridad Género, tuvo repercusión inmediata en Santa Fe: El jueves que viene el tema tendrá preferencia en la cámara baja provincial con lo que después del paso por el Senado, las listas de candidatos provinciales también tendrán que estar intercaladas con un hombre y una mujer.
Por su lado, el Concejo de Rosario votó la prohibición del uso de glifosato en toda el área de la ciudad. El tema no generó mayores discusiones y ni siquiera tuvo amplia cobertura en la prensa. Pero los directos interesados no tardaron en comprender a lo que se enfrentaban: Rosario no sembrará mucha soja en sus alrededores pero es una gran ciudad la que impone la prohibición, ¿cuánto más puede tardar la Legislatura en discutir una ley similar en toda la provincia? Y esto sí que preocupa a los productores.
Los primeros en poner el grito en el cielo y el lobby en el Palacio de los Leones son los productores nucleados en Aapresid. "Es un disparate que no tiene pies ni cabeza", le dijo a La Nación el titular de la entidad Pedro Vigneau. Que se apuró para decir que lo aprobado está "lejos de la ciencia" y muy cerca de "cuestiones ideológicas".
La entidad decidió presionar directamente sobre la intendenta Mónica Fein, invitada obligada a todos los congresos que Aapresid realiza en Rosario. Quieren que la jefa comunal vete la ordenanza para que no tenga aplicación, lo cual la expondría políticamente de manera elocuente. Por el momento, Fein sólo se comprometió a analizar la cuestión.
Los sojeros sostienen que "no hay objeciones científicas" sobre el glifosato, y desoyen la recomendación de la Organización Mundial de la Salud que lo cataloga como "posiblemente cancerígeno". El autor de la ordenanza, el concejal Osvaldo Miatello que preside la comisión de Medio Ambiente, se basó en "el principio precautorio que se debe aplicar en estos casos: No sabemos fehacientemente que sea cancerígeno, pero tampoco sabemos que no lo sea", dijo el edil. En efecto, los estudios que toma la normativa se basan en un informe de la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (Iarc). Pero otra investigación había salido a cuestionar estos estudios al señalar que no habían tomado en cuenta la opinión de otros expertos.
Más allá de las pruebas científicas que de ninguna manera llegan a ser concluyentes, hay estadísticas terribles de proliferación de casos de cáncer en distintas zonas concentradas de la agricultura en nuestra pampa. Muchas de ellas relevadas por los campamentos científicos que el doctor Damián Verzeñassi llevó a cabo en distintas localidades.
Es una clara lucha de poderes y la ordenanza votada en Rosario pone aún más en evidencia la demora de más de una década en la Legislatura provincial para aprobar una normativa coherente que limite la aplicación de agrotóxicos. "Lo que pasa es que la mitad de los senadores provinciales son también productores agropecuarios", se escucha siempre por los pasillos de la Legislatura.
No todo es ganar.
El nuevo Concejo Municipal no sólo tendrá una nueva sala de sesiones moderna y con dispositivos electrónicos de última generación; sino que además tendrá una constitución política tan novedosa como los flamantes chiches que está incorporando.
A esta hora el gran ganador de las últimas elecciones, es probable que no pueda mantener la unidad que se esmeró en mostrar después de las desgarradoras PASO entre Roy López Molina y Anita Martínez. La últimas informaciones indican que la bancada de Cambiemos se dividirá apenas después de jurar los nuevos ediles el próximo 10 de diciembre. Y la incertidumbre llega a tal punto que hasta se pone en duda que Anita asuma como concejal en lugar de completar su mandato como diputada nacional. Su reemplazante en la Cámara nacional, Astrid Hummel ‑actual titular del Inaes que regula las cooperativas en todo el país‑ aún no recibió los papeles que le llegan a los diputados que deben asumir a fin de año.
A este panorama incierto se agrega el dato de que al menos dos concejales que respondían al sector de Martínez, pasaron raudamente a las lides de López Molina. Es la movida que en las últimas horas habrían hecho Agustina Bouza y Renata Ghiloti. Tampoco hay que descartar la decisión que tomaría un nuevo actor: El hombre del PDP Agapito Blanco tendría un bloque unipersonal para negociar desde una mejor posición con sus amigos de Cambiemos que lo llevaron de la mano al Palacio Vasallo.
El diálogo entre el titular del PRO en la provincia, Federico Angelini y Anita Martínez es cero. Se han dicho y acusado mutuamente de cosas terribles y hasta han intervenido en sus pleitos en más de una oportunidad, altísimas figuras del partido a nivel nacional. Anita perdió y está dolida, no quiere admitir que su posición ya no es la misma en la interna de Cambiemos por eso duda si la conveniencia está en quedarse en Buenos Aires o dar la pelea interna desde una banca en Rosario.
El único dirigente que atraviesa con relativa tranquilidad ambos sectores es el concejal Alejandro Roselló, por eso su nombre suena como candidato a presidente del Concejo Municipal de Rosario. Sería una prenda de unidad que no moleste demasiado a la interna PRO pero no podría garantizar la unidad de los distintos sectores.
Atrás en la disputa quedaron los concejales del peronismo que se habían entusiasmado con un acuerdo amplio que podía ser coronado con la candidatura a presidente del Concejo de Osvaldo Miatello. Pero esa carta no se podrá jugar porque para eso hacía falta el visto bueno del socialismo que ya ha expresado en distintas reuniones que no están dispuestos a caminar al lado del PJ hacia ninguna dirección. Con la excusa de respetar a rajatabla la regla no escrita de dejar la presidencia a la primera minoría, el Frente Progresista ha jugado sus cartas más cerca del oficialismo nacional y así parece que será también para otras cuestiones en el futuro.