Tras la grave persecusión de La Libertad Avanza contra las colecciones de libros que el Gobierno bonaerense incluyó en sus programas educativos --como el caso de Cometierra, de Dolores Reyes--, un informe que baja desde el norte de América parece demostrar que el oscurantismo en la literatura es un fenómeno que se replica otras regiones del mundo: la organización PEN America, que defiende los derechos humanos y la libertad de expresión con foco en el acceso a la literatura, denunció que entre julio de 2023 hasta junio de 2024, Estados Unidos prohibió más de 10.000 libros en 29 estados y 220 establecimientos escolares públicos.

Según indicó el reporte que publicó en su sitio web, en tan solo un año, los casos de prohibición de material de lectura pasaron de 3.362 a más de 10.000. En tanto, al profundizar, sostienen que desde julio de 2021 registraron "15.940 casos de prohibiciones de libros en 43 estados y 415 distritos escolares públicos".

"En todas estas instituciones, hemos visto una serie de cambios de políticas y nuevas leyes estatales, diseñadas para suprimir la educación sobre ciertos puntos de vista, identidades e historias", remarcó la organización, y explicó que la mayoría de los textos censurados tienen temáticas vinculadas "la raza, la sexualidad y la identidad de género".

"Esta amplia campaña utiliza falsedades, miedo y odio para deshumanizar, desestimar y disminuir voces importantes en la esfera pública, y estos esfuerzos están remodelando la educación pública estadounidense", criticó PEN America.

Para la organización, el blindaje lo sufren tanto niños del jardín y del nivel primario de la escuela pública, sino una "variedad de instituciones, incluidas bibliotecas públicas, colegios y universidades".

En este sentido, remarcó que se censuran "cada vez más los libros que describen temas que los jóvenes enfrentan en el mundo real, incluidas las experiencias con el abuso de sustancias, el suicidio, la depresión y los problemas de salud mental, y la violencia sexual".

En la conclusión del informe, afirman que "las restricciones a los libros y al acceso a autores, relatos e información tienen hoy consecuencias de largo alcance", y precisan: "en el tercer año de esta crisis de prohibición de libros que se agrava, la defensa de los principios básicos de la educación pública y la libertad de leer, aprender y pensar es tan necesaria ahora como siempre".

A qué se refieren con "prohibición de libros"

Para la organización, fundada en 1922, la prohibición de libros escolares se da cuando un libro que previamente era accesible --tras un minuscioso procreso de selección a cargo de bibliotecarios y educadores-- es restringido, disminuido o eliminado por completo de las bibliotecas para los estudiantes. "Ocurre cuando las juntas escolares, los administradores o incluso los políticos anulan esas decisiones sobre la base del contenido de un libro en particular", define.

"Cuando se reduce el acceso y se restringe la libertad de lectura, incluso por un período corto de tiempo, eso es una prohibición de un libro", enfatiza.

En este sentido, el estudio aclara que dividieron las "prohibiciones" según tres tipos de casos: “prohibidos”, que incluye libros que han sido completamente prohibidos; “prohibidos en espera de investigación”, que incluye libros que están pendientes de una revisión para determinar qué restricciones, si las hay, implementar en ellos; y “prohibidos por restricción”, que incluye restricciones de nivel de grado o nivel escolar o libros que requieren permisos de los padres.

En este sentido, consignaron que "durante el año escolar 2023-2024, del total de libros prohibidos, el 44% fueron libros 'prohibidos en espera de una investigación' y el 13% fueron libros 'prohibidos por restricción'".

Sin embargo, para PEN America es mucho más "alarmante" que hubiesen unos 4.295 títulos completamente prohibidos --alrededor del 43%--. "Estos libros fueron eliminados decididamente y se hicieron inaccesibles de la colección de una escuela y/o distrito". En este aspecto, sostuvieron que es "una cifra sustancialmente mayor que en los dos años escolares anteriores".

Cuáles fueron los libros prohibidos

Desde 2021, varios títulos fueron prohibidos año tras año en los distritos escolares públicos. "Estos títulos incluyen en gran medida representaciones de sexo, o presentan a personas y personajes LGBTQ+, o de personas y personajes de color", describe el estudio. En tanto, enfatizaron que estos libros "suelen incluirse en listas que circulan en línea por personas y grupos que piden mayores restricciones y censura de libros en las escuelas".

Durante el año escolar 2023-2024, se prohibieron 19 títulos en más de 50 distritos escolares de todo el país, Florida y Iowa fueron los sitios con mayores restricciones. El título prohibido con mayor frecuencia fue Diescinueve minutos de Jodi Picoult.

  • Diecinueve minutos de Jodi Picoult.
  • En busca de Alaska, de John Green.
  • Las ventajas de ser invisible, de Stephen Chbosky.
  • Vendido por Patricia McCormick.
  • Por trece razones, de Jay Asher.
  • Crank de Ellen Hopkins.
  • Idéntico por Ellen Hopkins.
  • El Corredor de Cometas de Khaled Hosseini.
  • El cuento de la criada de Margaret Atwood.
  • Agua para elefantes de Sara Gruen.
  • Trucos de Ellen Hopkins.
  • Una corte de rosas y espinas de Sarah J. Maas.
  • El imperio de las tormentas de Sarah J. Maas.
  • Una corte de niebla y furia de Sarah J. Maas.
  • Una corte de alas y ruina de Sarah J. Maas.
  • El diario absolutamente verdadero de un indio a tiempo parcial, de Sherman Alexie.
  • El ojo más azul de Toni Morrison.
  • El color púrpura de Alice Walker.
  • Una corte de hielo y luz de estrellas de Sarah J. Maas.

Consultada por la organización sobre la prohibición de su libro en más de 50 estados, la autora Jodi Picoult apuntó: "Tener el libro más prohibido del país no es una insignia de honor, es una llamada de atención".

"Diecinueve minutos está prohibido no porque trate de un tiroteo en una escuela, sino por una sola página que describe una violación en una cita, y utiliza palabras anatómicamente correctas para el cuerpo humano", describió la escritora, y se defendió: "No es gratuito ni lascivo, y no es pornografía —como afirman los carteles del libro—. De hecho, cientos de niños me han dicho que leer Diecinueve minutos les impidió cometer un tiroteo en la escuela, o les mostró que no eran los únicos que se sentían aislados. Mi libro, y los otros diez mil que han sido retirados de los estantes de las bibliotecas escolares este año, brindan a los niños una herramienta para lidiar con un mundo cada vez más dividido y difícil. Estos carteles de libros no están ayudando a los niños. Los están dañando".

Dónde se producen más prohibiciones de libros

Los estados de Florida y Iowa fueron los que más restringieron la lectura de determinados libros en biblitecas e instituciones públicas durante el año escolar 2023-2024. Según el informe, el primero reportó 4.561 prohibiciones, mientras que el segundo le sigue con y 3.671 prohibiciones.

Una de las explicaciones que proporciona el estudio con este fenómeno está relacionado con las legislaciones de esos dos distritos. 

Mapa de los países con más prohibiciones de libros.

En abril pasado, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, firmó la Ley HB 1069, que impacta directamente en la educación estatal: exige que cualquier libro cuestionado por "contenido sexual" o "pornográfico" debe ser eliminado durante su proceso de revisión --la normartiva fue impulsada por el colectivo de padres Florida Freedon to Read Project--.

En tanto, en Iowa, la Ley SF 496, que entró en vigor en julio de 2023, exige que todos los materiales sean “apropiados para la edad”. Sin embargo, esa definición estatal prohíbe que los materiales tengan cualquier descripción o representación de un “acto sexual”. La ley también contiene disposiciones similares a la ley popularmente apodada como "No digas gay" --por sus detractores-- en las que se prohibe enseñar asuntos relacionados con la orientación sexual y la identidad de género en todos los cursos escolares. Tras la implementación de esa normativa, PEN America asegura que los distritos de todo el estado revisaron sus bibliotecas y eliminaron en masa los libros que podrían considerarse que violan la definición estatal de “apropiado para la edad”.

Tendencia emergente: se expande la "censura blanda"

Finalmente, la organización expone el concepto de censura "silenciosa" o "blanda" para referirse a un fenómeno cultural y político que se expande no solo en su país, sino a escala mundial, en los últimos años.

Este movimiento va más allá de buscar prohibir libros en las escuelas públicas, determina. "También puede silenciar a autores específicos, puntos de vista y libros con una representación diversa", sostiene. En este sentido, reforzó su procupación una tendencia que provoca que educadores, profesionales y bibliotecarios "se autocensuren o supriman la expresión mucho más allá de lo que puede haber sido prohibido".

"Las formas de censura blanda ocurren cuando los materiales se eliminan deliberadamente, se limitan o nunca se compran en absoluto a pesar de ser un título que serviría a una comunidad”, indica PEN America.

En este sentido observa que hubo un "aumento de casos de 'eliminación selectiva'", que es "cuando se eliminan ciertos títulos de las colecciones en función de su contenido o de una base ideológica", con el único fin de "garantizar el cumplimiento de leyes estatales o políticas distritales más restrictivas".

A modo de ejemplo, se refirió a un caso ocurrido en el Distrito Escolar del Condado de Cobb, en Georgia, donde unos 1.600 libros con temáticas de diversidad sexual, sexo y cuestiones raciales habían sido eliminados de las estanterías "Cuando se le preguntó a la Superintendencia sobre el proceso detrás de la eliminación de libros, se respondió: 'Tiene 100% que ver con los libros que contienen contenido sexual explícito y gráfico'”.

Como efecto dominó, la censura genera una fuerte impacto negativo en las ferias de libros de todo el país norteamericano --menor consumo, menos charlas con autores, más controles de padres, y fundaciones de ferias 'paralelas' con consigan "opuestas al adoctrinamiento"--, así como la renuncia masiva de autores, bibliotecarios, y profesionales de la literatura.

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