Nahuel Briones es uno de esos artistas independientes que en los últimos años logró construir una identidad musical propia. Con seis discos editados, el cantante, compositor y productor porteño consolidó una obra original, arriesgada, en ocasiones irreverente y sensible a su época. En línea con la tradición del rock y pop argentino –desde los Redondos hasta Charly García y Tan Biónica-, Briones está cosechando los frutos de la constancia y el talento: este viernes 29 de noviembre a las 20.30 se presentará por primera vez en Niceto Club (Niceto Vega 5510). “Hay lugares que tienen una sensación de llegada. Niceto es un lugar grande que tiene una energía y una historia”, resalta el músico, que repasará en clave bailable canciones de todos sus discos y adelantará temas nuevos, con invitados especiales: Mora Navarro, Mel Muñiz, Ivo Colonna, Daiana Leonelli, y Cabra y Pecho de Las Manos de Filippi. Durante el concierto, La Poderosa recolectará alimentos no perecederos, ropa y útiles escolares para repartir en comedores y espacios comunitarios.

El primer trimestre de 2025, Briones promete publicar su séptimo disco solista. Hasta ahora, el músico lanzó tres adelantos, todos con invitados que le aportan un sello bien distintivo a cada canción: la rioplatense “Regalamos rosas en la Luna”, con la uruguaya Papina de Palma; la balada electrónica “Un abrazo masivo”, con el chileno Chinoy; y la bachata-bolero “Gleemonex”, con Mel Muñiz. En todas hay una búsqueda lúdica, experimental, por momentos extraña o inclasificable –al menos, desde las formas-, pero en líneas generales sobresale un color latinoamericano. “Sí, va a tener un poco de ese color entre caribeño y centroamericano”, confirma Briones sobre el disco que se viene. “Surgió de casualidad, no es que tuve buscando esa onda. Me lo paso haciendo pruebas, pero termino mostrando lo que sale más o menos bien. Los experimentos que no resultaron, no los muestro. Hay siete u ocho canciones que tienen esa onda y que funcionaron”.

Arranqué sampleando una base de bossa nova y después le superpuse unas cosas de bachata. Entonces, quedó como ese estilo medio raro, una especie de bossa nova, bachata y bolero”, cuenta sobre “Gleemonex”, una canción intimista y sensual. “Pensé en Mel Muñiz porque ella tiene esa forma de cantar sin exageración; una forma pura y bella. Le quedó pintada la canción, no siempre pasa eso con una colaboración”, dice. En tanto, "Regalamos rosas en la Luna", con Papina de Palma, no es un candombe, pero tiene mucha presencia la percusión rioplatense. “No la creé pensando que era un candombe, pero dentro de la parte de percusión y samples hay un aire de candombe”, precisa Briones, que recurre aquí a un registro agudo fuera de lo habitual. “Estoy disfrutando mucho de los featurings, porque te permite ampliar tu espectro de conocimiento y aprendizaje en la música”.

-La canción con Chinoy es experimental, rara...

-Es la canción más rara que hice. La canción como composición no es tan rara, pero el tema se empezó a teñir de soniditos, efectitos y cosas que fui sampleando, y que terminaron haciendo de la canción algo bastante raro. En cuanto a la armonía y a la melodía no es una canción tan compleja, pero la forma de cantar de Chinoy, que es muy distinta a la mía, le da un toque más raro. Dentro de esa producción, que aparezca su voz de juglar agudo, también le pone más misterio al tema.

-De esa canción se desprende una frase contundente: "La libertad es en realidad la decadencia". ¿Cuánto tiene que ver con este presente?

-Lo más loco de todo es que esa canción fue un experimento de 2020 y yo no estaba pensando para nada en una situación sociopolítica. Fue buenísimo que de pronto tomaron relevancia varias frases de la canción. Algo que quiero expresar ahí, que finalmente tiene que ver con la "libertad que avanza", es que cuando me voy a la costa de la Argentina hay un montón de lugares que están abandonados hace treinta años. A mí me da una sensación de libertad ver esa imagen. Si vos sos libre en el sentido de dejar que todo sea y viva como es, termina todo lleno de pasto y moho. Es mentira que podés relajarte y que el mundo avance, tenés que hacer cosas. Y hay algo de eso, de dejar que la casa sea un quilombo uno o dos días porque hubo una fiesta, que siento que tiene que con la libertad. Dejar que todo se pudra y se caiga es la libertad. Pero después tenemos que ver si queremos hacer algo con la libertad o dejarla que pudra todo. Tiene relación con este contexto, pero en el momento en el que la escribí, no. A la libertad la relaciono con el descanso, con el ocio, con no tener obligaciones. Pero si no tenés ninguna obligación, las cosas se van a ir rompiendo. Por eso está bueno que uno piense: "¿Realmente yo quiero libertad nada más? ¿O quiero libertad, plata, trabajo, etc.?" Necesitás muchas más cosas que la libertad. Si te sueltan en medio del desierto y te dicen "sos libre", muy bien no te va a ir.

-¿Y qué concepto de libertad creés que está circulando en este tiempo político?

-Evidentemente tiene la misma idea de libertad que tengo yo. Porque el hecho de venir con la motosierra, y cortar todo y hacer que las personas que tienen cáncer no puedan acceder a los medicamentos oncológicos es una forma de decadencia. Un jubilado que no puede comprar los medicamentos está obligado a morirse, no le dan otra opción. Entonces, es una libertad que incluye la decadencia. "Si no tenés cómo pagar un medicamento, simplemente serás libre". Sos libre de morirte, de cagarte de hambre, de trabajar hasta los 100 años. Y para mí ser libre es una sola de las muchas cosas que necesitamos. Una persona no necesita solo libertad, es insuficiente. Necesita comprensión, apoyo, tierra, comida, servicios, oportunidades. El Estado debe garantizar la subsistencia.

-Entre las particularidades de tu canción, ¿la palabra es tan importante como la música?

-Al igual que la mayoría de los cancionistas y músicos que conozco, primero hago la música, trabajo toda la producción, grabo una voz que dice cualquier cosa y después hago la letra. Sigo manteniendo esa forma que hacía Charly, que hace el Indio, que hacía Cerati. Es una forma pop-rock de componer, vengo de esa herencia. Sí me pasa que hasta que no siento que la letra es buena no muestro la canción. Hay letras que en el momento las escribí y ahora no me gustan tanto, pero porque cambié yo. Por más que ya hice un montón de letras de canciones, sigo sintiendo que no me dedico a eso; la música la tengo mucho más fresca. Si bien la música es lo más importante, lo que me lleva más trabajo y termina dejándome más orgulloso es la letra, porque es el lugar en donde me puedo sorprender a mí mismo.

-En agosto lanzaste Explosión de estrella, un disco en vivo grabado en La Trastienda que registra la presentación de Milagros inútiles, de 2022. ¿Por qué se justifica un disco en vivo si ya está el de estudio para escuchar esas canciones?

-Porque abre algo que entra en la subjetividad. Por ejemplo, Björk saca un álbum y poco tiempo después edita la versión en vivo para que los fans puedan ver cómo eso se lleva al tiempo real. Milagros inútiles es un disco muy de samples, de cortes, de compu, de procesamientos y voces superpuestas. ¿Cómo se hace eso en vivo? Se hace de otra manera. Y tenía ganas de mostrar eso. Mis discos anteriores son más orgánicos, entonces las versiones en vivo son en general parecidas. En cambio, las versiones de Milagros inútiles en vivo son más exageradas, subrayadas y potentes. Cuando hice la versión de estudio ya estaba pensando en el vivo.