A 40 años de la escalada del conflicto por la traza del canal Beagle, que estuvo a punto de derivar en una guerra entre Argentina y Chile, los inténtenmeles de Río Gallegos y de Punta Arenas firmaron una declaración de paz conjunta en un gesto de unificación de ambos pueblos.

Por la 750, el funcionario argentino, Pablo Grasso, se refirió al encuentro con su par Claudio Radonich y destacó la importancia histórica del suceso, que se desescaló rápidamente tras una intervención del papa de entonces Juan Pablo II.

La firma pone en valor la importancia del Tratado de Paz y Amistad firmado entre ambos países hace 40 años, en el marco de un conflicto que pudo llevar a ambas naciones a la guerra.

El evento, además, cobra una particular importancia tras el desplante del Gobierno de Javier Milei al papa Francisco, quien organizó un evento entre ambos países para recordar este tratado de paz.

“Nuestra gente estaba preparada para un ataque rotundo e inminente, y tuvo que intervenir el papa, que estuvo muy activo”, comenzó recordando Grasso sobre la situación.

Y añadió: “Tenemos 300 kilómetros de distancia, son ciudades con una relación de hermandad. La conformación social de nuestra sociedad tiene una gran cantidad de descendientes chilenos”.

En este punto, señaló que esto ocurre a pesar de lo ocurrido a nivel nacional: “El intendente no pertenece al mismo sector político que el Presidente de Chile. Yo no comparto nada de lo que está haciendo Milei”.

Pero, dijo “hay que entender lo que son estos 40 años de hermandad y lo que significó detener esa guerra, poder revalorizarlo, poner un punto de inflexión, y entender que el país no empieza con un Gobierno; hay una historia”.