Desde Barcelona
Barcelona también celebra el 40º aniversario de Abuelas de Plaza de Mayo. La presidenta de la asociación, Estela Barnes de Carlotto, fue galardonada con el XVII Premio Joan Alsina de Derechos Humanos en la Casa América Catalunya, emblemático albergue del arte, la cultura y el pensamiento latinoamericano, que Estela visitó ya por séptima vez. En el marco del ciclo Humanistas de América y del festejo también de los 22 años de la agrupación Hijos Barcelona, Carlotto conmovió a una sala repleta –Joan Manuel Serrat en primera fila– con su conferencia “Memoria”, centrada en el repaso de la trayectoria de las Abuelas, asociación que preside desde 1989.
A lo largo del acto, los calurosos aplausos que la arroparon numerosas veces y la emoción del propio primer teniente de alcaldía del Ayuntamiento de Barcelona, el tucumano Gerardo Pisarello, mostraron lo que significa Carlotto para esta ciudad. “Las Abuelas representan lo mejor de la especie humana: el coraje, la tenacidad, la ternura, la solidaridad. Por eso, homenajearlas nos hace mejores a todos”, expresó Pisarello al inicio del acto. “Hacerles un homenaje también es una manera de afianzar lazos familiares y de amistad. Yo cuando tengo el enorme honor de abrazar a Carlota o a Estela siento que estoy abrazando otra vez a mi madre, a la que, desde que tengo cinco años, vi movilizarse pidiendo justicia por su marido asesinado y por los hijos de muchas madres que mi padre como abogado había defendido”, evocó Pisarello, hijo de desaparecido por la dictadura militar argentina.
Al número dos de Ada Colau en el gobierno de Barcelona no solo se le quebró la voz al presentar a Carlotto y al recordar los oscuros tiempos del Proceso, sino también al poner sobre la mesa el presente y, con él, a Santiago Maldonado. “Un homenaje se supone que es para cosas pasadas, que no vuelven, pero eso no es así porque nos siguen desapareciendo. Cada vez que nos desaparecen a uno de nuestros luchadores, el dolor es tremendo. Tremendo cuando nos encontramos con Santiago o con la enorme cantidad de gente que tiene en el Estado español a sus padres y abuelos en fosas todavía sin identificar”, afirmó Pisarello. “No nos olvidemos que esta es la historia de la acumulación de privilegios económicos. Detrás de cada desaparecido hay un acto de expolio, no se entendería lo de Santiago sin el expolio de la comunidad mapuche”, concluyó el primer teniente de alcalde ante un auditorio colmado.
El total de hijos de desaparecidos argentinos de los que las Abuelas de Plaza de Mayo lograron restituir su identidad ya suma la cifra de 125 personas. El nieto de Estela, uno de ellos. El 5 de agosto de 2014 la veterana dirigente pudo, después de 36 años de búsqueda, anunciar la identificación de Ignacio –Guido– Montoya Carlotto, nacido en 1978 durante el cautiverio de Laura, su hija, asesinada poco después del nacimiento de Ignacio. Hoy ya nada puede separarlos, ni siquiera los 30 mil kilómetros que median entre España y Argentina. Gracias a un gran esfuerzo de la Casa América Cataluña por hacer coincidir la visita de Estela Carlotto con la gira mundial que su nieto estaba realizando como pianista, el jueves pasado ambos pudieron compartir tanto el homenaje como el concierto de Ignacio en Barcelona. “La alegría enorme que tengo es que ahora está aquí el nieto que ustedes me ayudaron a encontrar, porque Cataluña tuvo un papel muy importante en esto”, dijo Estela, antes de empezar su conferencia, visiblemente conmovida.
Con 14 nietos, 5 bisnietos y 87 años sobre sus espaldas, como ella misma constató en Casa América, la presidenta de Abuelas relató los comienzos de la organización y el camino arduo –pero siempre esperanzado– que recorrieron juntas durante cuatro décadas, con el compromiso inquebrantable de seguir. “No podemos abandonar porque todavía quedan 300 abuelas con los brazos vacíos”, afirmó Carlotto.
La relación de las Abuelas con los diferentes gobiernos también circuló por el discurso de Estela, quien explicó que, en general, todos las reciben, aunque “algunos no nos quieren todavía”. “No nos importa, a los que tienen que querer es a los 30 mil desaparecidos que lucharon para que hoy tengamos la democracia más larga de nuestra historia, una democracia que hay que cuidar”, remató Carlotto, sin dejar de mencionar las dificultades que vive el país –su organización incluida– con los recortes de Mauricio Macri.
“En Argentina hay un gran movimiento social que nos apoya pero también hay otra parte a la que no le gusta que se hable del pasado, sobre todo cuando se empieza a tocar a los civiles”, remarcó Estela en el final de su charla. “Se quiere que se piense que fue una guerra pero no lo fue, fue terrorismo de Estado”, manifestó, apuntando directamente a medios de comunicación que, como La Nación con su editorial del 5 de noviembre, buscan difamar a las Abuelas. “Todavía no la respondí, no sé qué hacer porque duele que toquen a mis hijos, es funesta”, confesó Estela, reiterando un repudio que ya había expresado Gerardo Pisarello durante la introducción al acto.
La celebración del 40 aniversario de Abuelas de Plaza de Mayo y los 22 años de Hijos Barcelona también contó con otras actividades organizadas por la agrupación que, desde que en 1995 naciera en Argentina, reúne a los hijos e hijas de desaparecidos, exiliados y presos políticos durante la dictadura: se realizó la charla “De la dictadura cívico–militar a Santiago Maldonado” y se escucharon ponencias de Ana Oberlín, ex funcionaria de la Secretaría de Derechos Humanos; David Bondia, presidente del Instituto de Derechos Humanos de Catalunya; y el representante de Hijos Barcelona, Martín Mozé, uno de los principales organizadores, en colaboración con el Centro Argentino de Catalunya, del homenaje a las Abuelas.
“De actos como este una se va más joven”, aseguró Estela Carlotto.