Van dos temporadas, la tercera está por estrenarse, y la puesta teatral visita Rosario. Se trata de Las Pibas Dicen, el podcast que integran Julieta Ortega, Fernanda Cohen, Ana Paula Dutil y Rosario Ortega, cuyo éxito en Blender hizo posible la versión en vivo que llega este miércoles a las 21 al Cultural Fontanarrosa (San Martín 1080). De manera horizontal, con temáticas determinadas e invitadas especiales -Elizabeth Vernaci, Tamara Tenenbaum, Inés Estévez, entre muchas más-, Las Pibas Dicen ofrece un espacio íntimo y compartido, en donde las voces se cruzan para encontrar coincidencias y reflexión. Una experiencia posible gracias al formato narrativo del podcast, cuya elección es consecuente con la trayectoria misma de Julieta Ortega: “Yo había hecho un programa antes de que existan los podcasts: Nosotras, salía por Cosmopolitan y está en YouTube. Allí abordaba temas parecidos, lo hicimos en mi casa, hablaba en primera persona y también las invitadas. Ahora, con el podcast, los temas son también parecidos, y debe ser porque siguen siendo los que me atraviesan a mí y a otras mujeres: el cuerpo, el paso del tiempo, la relación con el dinero, tener o no tener hijos, o la relación con la comida”, comenta la actriz y conductora a Rosario/12.

“A mí nunca me dio pudor hablar en primera persona, siempre y cuando fuera mi espacio. Tal vez sí en un programa de televisión, donde no sé cómo se va a editar, cómo se va a usar, cómo lo van a levantar o cuál va a ser el titular. Una siempre le temió a eso. Ahora, con las redes sociales, una siente que está más a cargo de lo que muestra, dice y no dice, y de que todo lo puede aclarar. Antes, una hacía una nota y estaba en manos del editor, porque te sacaban de contexto una frase y ya está, era el título y estaba en la tapa. Te daba mucho vértigo, sobre todo al pensar que yo empecé a trabajar a los 19 años, o sea, imaginate las pavadas que pude haber dicho, las cosas de las que me puedo haber arrepentido o la manipulación de la que pude haber sido parte. Era muy chica, pero ahora estoy mucho más plantada y sé qué decir y dónde. Hay lugares a los que voy y me sé medir mucho más. Y en un espacio que sé que es el mío y que sé que es amoroso, pude notar, luego de la primera temporada, que no éramos levantadas con malicia. Creo que es gracias a que el espacio tiene las características de algo íntimo y respetuoso, no solo entre nosotras, sino también para la persona que viene”, continúa.

-En la segunda temporada se nota un clima más distendido y afianzado entre ustedes.

-Y en la tercera temporada todavía más. Lo que pasó con la primera temporada es que éramos cinco. Yo creo que cinco es mucho, son muchas voces, se hacía difícil la conversación entre tantas personas. Después fuimos cuatro, más una invitada; y con el tiempo nos pulimos en todo sentido, desde la imagen hasta la escenografía. Hasta nosotras aprendimos a vernos y a corregir errores, a escucharnos, a dejar terminar la frase o la idea a la otra. El programa se edita, pero es una edición mínima; de una charla de 40 minutos tal vez se editan 30 o 35; cuando antes había que editar mucho más.

-Evidentemente, lograron un espacio de confidencia, entre ustedes pero también para quienes les escuchan.

-Yo empecé a escuchar podcasts durante la pandemia, y aluciné. Como me gusta la conversación, me encontré con un montón de personajes, de actores o actrices, que estaban revelando cosas de las que no habían hablado nunca, en ningún programa que yo haya visto. Recuerdo una nota de Ben Affleck hablando de su alcoholismo; no es un personaje al que yo le había prestado mucha atención, pero de pronto encontré un hombre de una fragilidad y una franqueza grandes. Me dije: “Este es un gran formato para conocer a la persona”. Así fue que medio se reflotó la idea de aquel programa que yo hacía, a partir de que mi hermana propuso hacer un podcast entre nosotras. Rosario es mi hermana, y Ana Paula es como si lo fuera, estuvo 20 años casada con mi hermano, o sea, es parte de mi familia; y Fernanda es una amiga de hace 15 años. Entre nosotras no hay tensión, no hay competencias. Y tratamos de invitar gente que creemos tiene algo para decir sobre el tema del que vienen a hablar.

-En la tercera temporada figuran hombres entre los invitados.

-Yo no estaba tan de acuerdo con traer hombres a la conversación, pero fue un pedido de Blender; y pensamos en qué temas podíamos invitar a un hombre. Uno era “La vida después de los 50”, pero para eso queríamos una mujer, y vino Maitena. Otro era “Los miedos”, y vino Natalia Oreiro. Es decir, a los hombres que conozco, aún a los más sensibles, les cuesta bastante hablar de sus sentimientos, de sus miedos, de sus cuerpos o del paso del tiempo. En ese sentido, las mujeres llevan más el corazón en la mano, les cuesta menos hablar francamente de algunas cosas. Eso es un aporte que para mí el feminismo les hace a los hombres, el de sacarles cierta mochila de encima. Pero hubo dos temas que nos parecían fáciles para que venga un hombre. Por un lado, “Los amigos”, para el que invitamos a Kevin Johansen; para mí, las amistades entre hombres tienen otras características, muy hermosas también, pero son otras. Y el otro tema fue “Los hermanos”; mi hermana está en el podcast y después tengo cuatro hermanos varones; así que le pedimos a mi hermano Sebastián que participe, también porque suele estar más cómodo detrás de cámara. Lo hizo y habló mucho más de lo que pensé que iba a hablar.

Sobre la presentación en el Cultural Fontanarrosa, Ortega agrega: “Somos nosotras conversando y se hace partícipe a la gente, si quiere preguntar y si quiere contar una historia personal. En general, se abordan temas de la última temporada, como cuerpos, madres, duelo y dinero. Se divide en 15 minutos de debate para cada tema, con un pequeño monólogo de cada una, en primera persona, y se abre al living a la conversación, para que participe el público. Nuestra productora, Carla Moure, ha escrito obras de teatro -es la autora y productora de Bosque Adentro, la obra que Inés Estévez viene haciendo hace unos años-, y es ella quien le dio una forma teatral a este encuentro, con un principio y un final”.