Se rompió el frente interno entre el "Madoff de Olivos", Alejandro Muszak, y sus cómplices Pedro Viggiano, Paola Vallone y Cleto García, todos ellos detenidos desde hace un mes, por orden de la jueza Vanesa Peluffo, y hay expectativas por lo que puedan declarar.
Viggiano manifestó ante el juzgado su intención de renunciar a la presidencia de Créditos al Río, una de las empresas que conformaba el complejo entramado societario de Muszak para mover y esconder el dinero que le confiaban los inversores.
Casi en simultáneo, su abogado penalista dejó de patrocinarlo, alegando falta de pago, del que hasta entonces se hacía cargo Muszak. Ninguna de las fuentes consultadas puede confirmar qué fue primero, si la decisión de no pagar de Muszak o el quiebre entre este y Viggiano, pero todos coinciden en que un cambio de estrategia de Viggino puede ser fatal para las aspiraciones de Muszak.
Aunque el juzgado se mantiene hermético respecto a la dependencia donde están alojados, trascendió que en los próximos días serán enviados a distintos penales, para dificultarles la comunicación entre sí.
Viggiano, de profesión mecánico, es quien mantenía los numerosos autos de colección de Muszak, entre ellos una Ferrari y un Aston Healey. Paola Vallone es esposa de Viggiano. Qué clase de acuerdo los llevó a involucrarse en la operatoria del financista es algo que aún se desconoce, pero podría develarse si persiste en su intención de tomar distancia de quien está sindicado como jefe de la asociación ilícita.
En un allanamiento a las cajas de seguridad de Muszak en el banco Santander, el año pasado, se encontró un contradocumento que confirmaba las sospechas generalizadas de los querellantes: que el verdadero y único titular de Créditos al Río es el propio Muszak y Viggiano fungía de presta nombre.
Fuentes cercanas al expediente confirman que la llegada de Peluffo, en reemplazo de su colega Paula Verónica González, al juzgado 43 operó como una suerte de punto de inflexión en la causa y en el destino personal de Muszak.
La perspectiva de que el financista sea juzgado y reciba una dura condena impacta tanto en la estrategia de defensa de sus cómplices, que intentarán despegarse de él para recibir penas menores, como de muchos inversores que no lo habían denunciado, fuera por desconfianza respecto de la justicia o por expectativas de recuperar su dinero mediante acuerdos privados.
Los sucesivos reveses en Argentina, Uruguay y España hacen virtualmente imposible la perspectiva de una reprogramación de pagos voluntaria o amistosa, como la que él alentó en los primeros meses posteriores a fraguar la quiebra.
De hecho, sus principales colaboradoras en esa estrategia, destinada a ganar tiempo, Silvana Bedoya e Ivana Román Luquez, se encuentran residiendo fuera de la Argentina desde hace al menos dos meses. Ellas eran las encargadas de ofrecer planes de pagos, que luego se incumplían y se remplazaban por otros.
Antecedentes
Wenance es la fintech que prestaba dinero por internet a sectores no bancarizados de la población. Desde 2016 fue demandada sucesivas veces por usura y cobros abusivos a los tomadores de crédito. En julio de 2023 dejó de cumplir sus obligaciones con los inversores.
La investigación penal confirmó que Muszak realizaba intermediación financiera ilegal, sin licencia del Banco Central (BCRA). Su operación consistía en emitir títulos de deuda por esos préstamos y colocarlos, tercerizando así el riesgo. Llegó a vender hasta seis veces el mismo préstamo, lo que constituye una típica conducta de esquema Ponzi, donde los nuevos inversores pagan los beneficios de los anteriores.
Las empresas fintech, apócope de finance technology, como Wenance tienen escasísimo control por parte del BCRA, debido a que la ley de entidades financieras todavía vigente, sancionada por la última dictadura cívico militar, los desmanteló para facilitar todo tipo de negocios.
Para la normativa, Wenance califica como una prestadora de crédito no financiero, al igual que numerosas mutuales y cooperativas. Amparado en ese vacío, Muszak hizo crecer su operación con prácticas ilegales, que en cualquier entidad debidamente controlada por el Banco Central, hubieran sido tempranamente detectadas.
Muszak enfrenta además una causa en el fuero federal por lavado de activos cuyo sorteo recayó en el Juzgado Nro. 3, a cargo de Daniel Rafecas. El denunciante es otro de los damnificados, el abogado Alejandro Liporace.
Actualmente, Muszak debe hacer frente a procesos judiciales y administrativos en tres países: Argentina, Uruguay y España. En Uruguay fue multado por más de dos millones de dólares y le retiraron la licencia para operar. En España, tras un proceso de auditoría muy accidentado, la justicia decidió la liquidación de Abuntia, la forma con la que operaba.
En 2023, Wenance fue apartada de la Cámara Argentina de empresas Fintech, creada en 2017 por el titular de Mercaod Libre, Marcos Galperín. Su director, Mariano Biocca, en defensa del sector, explicó que el modelo de financiamiento de Wenance era único en la industria y muchos de sus competidores afirman que ese era el secreto de su éxito: pagaba altas tasas porque transfería el riesgo a terceros.
“Las empresas de lending (N de la R: así se conoce a las que realizan préstamos para el consumo), suelen trabajar con capital propio o se fondean a través de inversores institucionales. Es el caso de Moni, Credicuotas, entre otras, pero el único que captaba dinero de la calle era Wenance”, relata.