No son muchos -aún ante un fenómeno bastante evidente-, pero algunos industriales que participaron esta semana de la Conferencia Anual de la Unión Industrial (UIA) percibieron, tan claro como nunca antes, que el Gobierno no los tiene apuntados en su modelo económico. No es que no los consideran prioridad: directamente no los quieren. El presidente Javier Milei no sólo pegó un faltazo intencional al evento industral, sino que habló por teléfono con el diputado José Luis Espert, al que quiere como candidato bonaerense, y casi que lo mandó a tuitear contra la UIA. El agresor designado actuó en consecuencia: "caraduras, siempre les falta algo para competir", agredió en X.
No fue el primer hecho de desamor del Presidente con las fábricas. En el festejo del Día de la Industria, realizado en la sede de UIA, les dijo a los ceos fabriles que les robaban al campo al reclamar protección del Estado. Sin embargo, un sector aún lo elogia. Un pícaro dirigente de años en la entidad citó una frase de la batería de "grandes éxitos" del ex presidente de la UIA, José Ignacio "Vasco" De Mendiguren, para describir el contexto: "le venden la soga al ahorcador".
La elección de Milei de un modelo con ganadores y perdedores no sólo tiene a la UIA borrada del mapa, sino que supone un país y un sistema político y económico seteado para favorecer sólo a un tercio de los empresarios y sectores amigos, relegando al 70 por ciento de la masa de rubros productivos y del trabajo a una situación de crisis sin futuro cierto. Este fenómeno, además, se empieza a ver en números. Página I12 accedió a un adelanto de un trabajo voluminoso que encararon el economista Martín Schorr junto a Lucía Ortega para mostrar cómo se modificó, en tan sólo un año, el aporte que hacen al PBI los diferentes sectores empresarios.
El detalle de ese informe se muestra que hay siete sectores, muchos de ellos dedicados a la exportación y a la especulación, que pasaron de explicar el 25 por ciento del PBI en 2023 a superar el 32 por ciento en 2024. El dato no sería malo, sino fuera porque las políticas del oficialismo, además de favorecer a los anteriores, perjudicaron a otros nueve sectores que están vinculados a la fuerza de trabajo, y que pasaron de representar el 75 por ciento del PBI en 2023, a bajar a explicar el 67,9.
Estas cifras evidencian, como se verá a continuación, la elección de Milei de sectores particulares para impulsar la economía, relegando a los que, como la industria, la construcción y el comercio, apalancan las contrataciones de personal y, además, son los rubros que cuando se mueven hacen que la recuperación se sienta efectivamente en la calle.
El 30 que gana
El trabajo de Schorr mide la evolución de la participación de los distintos rubros económicos en el valor agregado bruto (VAB) total y de los niveles de actividad sectoriales en 2019-2024. Esto lo hace registrando precios corrientes, mientras que para los niveles de actividad se tomaron precios constantes. Todo en base a cifras del Indec.
En el grupo más beneficiado por el gobierno de Milei, el 30 por ciento del PBI, se listan la Intermediación Financiera; Agricultura y Ganadería; Transporte, almacenamiento y comunicaciones; Electridad, Agua y Gas; Explotación de minas y canteras; Pesca y Servicios sociales y de Salud.
El inicio del cálculo, el año 2019, es util para ver cómo la variación del modelo político y económico mutó rápido a la matriz productiva: en el caso de la intermediación financiera, al final del gobierno de Mauricio Macri explicaba el 3,7 por ciento del PBI, bajando al 1,9 durante el mandato de Alberto Fernández. En sólo un año de Milei, saltó de ese 1,9 por ciento al 4,8 por ciento. Algo similar ocurrió con con Agricultura y Ganadería: en el 19 explicaban el 5,9 del PBI, saltaron con Fernández al 6,8 y ahora alcanzan al 9,3 por ciento. Esos dos saltos son los más importantes en volumen, pero el resto también se modificó.
Transporte y comunicaciones, muy beneficiadas por Macri, suponían entonces 6,9 del PBI, bajaron a 5,2 con Fernández y subieron a 6 con Milei. Mientras que Minería, Pesca y Servicios sociales se mantuvieron casi constantes. Minería y Pesca, además, son los que mejores rendimientos tienen y dos de los que empujan el PBI y no por el Gobierno de Milei, sino que fueron sectores que ya venían muy bien.
El 70 que pierde
En el 70 restante del PBI, los que pierden con Milei, se encuentran Hoteles y Restaurantes; Enseñanza, Hogares privados con servicio doméstico; Otras actividades comerciales, sociales y personales; Actividades Inmobiliarias, Empresariales y de alquiler; Construcción, Industria Manufacturera; Administración Pública y defensa, seguridad social; Comercio mayorista, minorista y reparaciones.
Como se verá a continuación, todos esos rubros caen por diferentes razones: la primera es la pérdida de poder adquisitivo y los altos precios de bienes esenciales; además de la recesión que les pegó a las fábricas, hoy acelerada por la apertura importadora ordenada por Milei. Lo mismo ocurre con los números de la construcción, seriamente afectados por la caída intencional de la obra pública.
La industria manufacturera representaba, con Macri, el 16,1 del PBI, saltó con el gobierno de UP a 19,4 y bajó en menos de un año, con Milei, a 18,2 por ciento. Algo similar pasó con el comercio, que con Macri explicaba el 17,3, con Fernández el 20 y ahora el 18,6. Junto con la construcción, estos dos rubros son los que hacen sentir si la recuperación se da o no. ¿Qué pasó este año con el sector ladrillos? Con Macri y Fernández se mantuvo constante en 4,6 del PBI, hoy bajó a 3,5 por ciento.
Otro desplome fuerte, Hoteles y Restaurantes, pasó del 2,4 en 2023 al 2 por ciento actual. El otro sector con caídas muy fuertes en la participación en el PBI es Administración Pública, Seguridad Social y Defensa, muy impactado por el ajuste de Milei al Estado. Ese item pasó del 8,3 por ciento en 2023 al 6,9 por ciento con Milei.
La nueva burguesía libertaria
Todos estos números son la muestra cabal de la formación por parte de Milei de una nueva burguesía libertaria, y coinciden con las relaciones políticas que el Presidente mantiene con determinados sectores empresarios, en detrimento de otros.
Lo que en otros gobiernos representaron Paolo Rocca, de Techint, Luis Pagani, de Arcor, el sector pyme industrial, los supermercados nucleados en ASU y los empresarios de la Cámara de la Construcción, hoy lo ocupan los ceos militantes de Milei.
La cabeza del armado es la dupla Marcos Galperín (Mercado Libre) y Martín Migoya (Globant), que manejan la cámara de unicornios tecnológicos Endeavor, la "AEA" de Milei. El padrino político de la aventura es el empresario multipropósito y dueño de IRSA, Eduardo Elsztain, acompañado por los popes del sector petrolero, casi el único sector que está aprovechando las bondades del RIGI para invertir dólares que, de todas maneras, hubiesen invertido porque el sector ya venía pujante. En ese pelotón están también las financieras y bancos, que trabajan hoy casi en línea con el Banco Central.