Banderines. El Gigante de Arroyito presentó ayer una escenografía desconocida, con tribunas sin público y sin banderas. Las medidas de seguridad adoptadas para desalentar la concurrencia de los barras al partido con Racing tuvo su efecto y apenas si los hinchas pudieron colgar banderines auriazules en las tribunas. Hubo una concurrencia de socios sensiblemente menor por el miedo a incidentes en el marco de la pelea por el liderazgo de la barrabrava que se abrió con el asesinado de Andrés “Pillín” Bracamonte días atrás. 

Pitito. En este sentido, el parte policial de ayer no tuvo su localización en el estadio canaya sino en el domicilio de Martín “Pitito” Martínez, quien fuera la mano derecha de Bracamonte y el hombre asignado para administrar el dinero en la estructura de la barrabrava en los últimos años. El domicilio de “Pitito”, en la zona sur de la ciudad, recibió al menos cinco impactos de bala a pocos minutos de que se inicie el partido entre Central y Racing en Arroyito. La policía se hizo presente en el lugar y recogió las vainas servidas, una de ellas en el interior de la vivienda, aunque no hubo heridos. En el momento del ataque en la casa había solo una mujer, quien a la policía dijo desconocer el motivo de la balacera y los posibles autores. Martínez no se encontraba en la vivienda en la tarde de ayer.