Lanús tuvo su festejo clásico. En un duelo que se resolvió a diez minutos del final con un gol de Leandro Díaz, el conjunto granate se impuso 1-0 a Banfield y se llevó toda la celebración para su casa. Además, sumó tres puntos vitales en su lucha por ingresar a la próxima Copa Sudamericana. Del otro lado, el Taladro sufrió una nueva frustración y su hinchas lo hicieron saber con una despedida caliente.
El arranque del partido fue muy intenso, con dos equipos que tomaron la mitad de la cancha como zona de tránsito y que pasaban muy rápido de defensa a ataque. Por eso, si bien faltaban chances de peligro, el juego era de ida y vuelta. La emociones llegaban con tiros de lejos: por el lado de Lanús, Peña Biafore probó desde afuera y Sanguinetti desvió al corner. En el arco de enfrente, Soraire remató desde la medialuna y Losada tuvo que esforzarse para desviar al corner.
Con el correr de los minutos, Lanús empezó a pesar más en la mitad de la cancha y se adueñó del desarrollo, ante un Banfield que iba perdiendo intensidad y, por eso, ya no pudo pelear tanto el trámite. Así el conjunto de Zielinski comenzó a generar chances de riesgo, como un remate de Soler que Sanguinetti desvió al corner o un cabezazo de Torres que el arquero controló con solvencia.
Entonces llegó la jugada clave para definir el clásico: Salvio recibió un buen pase de Carrera, se escapó por la derecha y esperó la llegada de Marcelino Moreno, que remató mordido desde el punto del penal, pero el tiro lo interceptó Díaz, que de media vuelta venció a Sanguinetti. Así tomó una ventaja que a esa altura resultaba decisiva. Para colmo, en la acción previa al gol, Juan Bisanz le pegó una piña a Carrera antes de que asistiera a Salvio y, a instancias del VAR, vio la tarjeta roja. Entonces, en la misma acción, Banfield quedó 0-1 y con diez hombres para afrontar el último tramo del encuentro.
Cansado y con uno menos, ya no tuvo herramientas para inquietar a Lanús, que manejó los tiempos con tranquilidad y se quedó con un triunfo tan importante como merecido.