El próximo miércoles Martín Menem renovará su silla en la presidencia de la Cámara de Diputados con un suspiro de alivio. Espera que sea el último antes de cerrar el Congreso durante el verano. La decisión de convocar a sesiones extraordinarias aún no está tomada, pero la tropa libertaria parlamentaria confía en que Javier Milei resuelva no hacerlo. Sostienen que el cierre del año legislativo fue un éxito y que mejor retirarse triunfantes que reabrir discusiones que puedan terminar mal. Pero existe otro sector en el Gobierno Nacional que insiste en abrir el recinto para tratar la reforma política. En La Libertad Avanza se entusiasman con la posibilidad de eliminar las PASO con ayuda del peronismo y están expectantes sobre cuántos diputados de Unión por la Patria podrían sumar si deciden plantear el debate en diciembre. Del Presupuesto 2025, en cambio, ni noticias. 

Menem ató el único cabo suelto que le quedaba el jueves, cuando cooperó con Casa Rosada para que se cayera la sesión por Ficha Limpia. La decisión había sido tomada por el Gobierno Nacional, pero el riojano aprovechó la movida para asegurarse que UxP no conspirara contra su reelección como presidente de la Cámara de Diputados. En una reunión de jefes de bloque, Germán Martínez (UxP) le había advertido que, si LLA decidía avanzar con Ficha Limpia, no podía prometer que su bloque estuviera dispuesto a acompañar su nominación. Menem sabía que UxP podía dejarlo sin el cargo --que está en la línea de sucesión presidencial-- con ayuda de Encuentro Federal y un sector del radicalismo. El peronismo, en efecto, había especulado en el pasado con la posibilidad de poner a Emilio Monzó en la presidencia, pero tenía demasiados detractores internos que recomendaban lo contrario. 

"A Menem le hacemos un favor si lo sacamos de la presidencia, va a poder ir a Casa Rosada a mostrar gestión que es lo que le interesa. Y además nos van a calificar de destituyentes, se van a victimizar", admite, negando con la cabeza, una de las diputadas de UxP que había participado de esas conversaciones. En EF coincidían: el gobierno cerraba el año con una imagen positiva que nadie esperaba y cualquier jugada del estilo recibiría el backlash de la sociedad. "Milei va a salir con que le queremos hacer un golpe de Estado", resopla un diputado pichettista que también participó de las conversaciones para reemplazar al riojano. Aunque advierte: "Menem igual ya consiguió los votos y pagó la cuenta, el tema está cerrado".

El diputado se refería a la decisión de La Libertad Avanza de boicotear la sesión por Ficha Limpia. Menem estaba nervioso y buscó aplacar las inquietudes de UxP que, por otro lado, insiste en que no existió ningún toma y daca. Acuerdo explícito o no, en el peronismo no había ánimo de deponer a Menem y, con su apoyo tácito, el riojano se garantiza ahora que nadie lo reemplace en la conducción. 

La disputa estará en el resto de las autoridades de la Cámara. Puntualmente, en la tercera vicepresidencia que hoy ocupa el radical Julio Cobos y que, luego de la ruptura de la UCR, será definida entre EF y aliados. Lo curioso es que Cobos, pese a permanecer en el bloque liderado por Rodrigo de Loredo, juega más con la línea opositora de Democracia Para Siempre y EF. De sumarse a DPS, esta alianza opositora no kirchnerista podría proponerlo como su candidato. Si no, será un integrante de EF. "No es personal, pero es cuestión de pegarle a De Loredo y que la variable de ajuste no seamos nosotros", reconoce un diputado de EF.

Extraordinarias sí, extraordinarias no

En el Congreso nadie sabe nada. Ni siquiera Menem, cuando aliados y opositores le consultan, está del todo seguro sobre la decisión de Milei de convocar sesiones extraordinarias. Los mensajes que llegan de Casa Rosada son siempre a favor. "La intención es que haya sesiones extraordinarias. No hemos conversado con el Presidente sobre cuál es la fecha oportuna. La intención es hacerla en diciembre", aseguró el jefe de Gabinete, Guillermo Francos. En Balcarce 50 sostienen lo mismo hace semanas y, sin embargo, en la Cámara de Diputados dudan. "No creo que haya acuerdo en el Gobierno sobre cómo encarar la agenda legislativa", admite un vocero oficialista.

Hay argumentos a favor y en contra. Quienes se oponen insisten en que el Gobierno viene de cerrar un buen año legislativo, en el que logró aprobar sus dos leyes fundacionales --la Ley Bases y el paquete fiscal--, así como blindar la dinámica de veto-DNU con la cual se manejó la segunda mitad del año. Milei pudo vetar todas las leyes que quiso --ahora habla de hacerlo con la de Ludopatía-- y resistir los embates contra sus decretos presidenciales, a excepción de uno (el de fondos reservados de la SIDE). Rompió bloques y atomizó el Congreso, todo con solo una cuarentena de diputados propios. Y, en la última semana de sesiones ordinarias, optó por traicionar a su socio principal y dejarlo sin quórum en la Ley de Ficha Limpia, en una jugada que le dejó todos los dedos marcados. El Gobierno había salido victorioso y empoderado, ¿Para qué abrirle la puerta a un mes más de trabajo parlamentario?

Quienes quieren que haya extraordinarias, mientras tanto, observan que es un buen mecanismo para continuar centralizando la agenda. Se habla de volver a traer la discusión por la privatización de Aerolíneas Argentinas, así como el tratamiento de los pliegos para cubrir las vacantes de la Corte Suprema que, a partir del año que viene, quedará solo con tres integrantes (ya que Juan Carlos Maqueda cumple 75 años y deberá jubilarse). El verdadero objetivo, sin embargo, es otro: la eliminación de las PASO.

El Gobierno tiene una última chance para eliminar las primarias obligatorias y forzar, así, a Mauricio Macri a que se someta a la lapicera de Karina Milei o a que rompa y juegue por afuera. Milei pretende llenar el Congreso de libertarios puros y busca sacarse de encima una interna molesta. Para lograrlo, sin embargo, no podrá contar con sus aliados de siempre --el PRO y el radicalismo-- que no quieren saber nada con quedarse sin PASO. Para eliminarlas, Milei necesitará del peronismo.

En UxP lo están analizando. Los principales interesados son los gobernadores, que desean sacarse las PASO de encima para tener mayor control del cierre de las listas. "El criterio con las primarias siempre es hiper pragmático. Va a depender de la territorialidad, de lo que quiera cada gobernador", admite una de las espadas de la bancada UxP, y agrega: "Hay que ver si el Gobierno se anima a avanzar con la mitad del bloque". En efecto: hoy no cuenta con el apoyo de toda la bancada y deberá decidir si se arriesga a abrir el debate sin tener todavía el número asegurado. El oficialismo necesita 129 votos para aprobar la reforma electoral y, sin el PRO y el radicalismo, necesitará de que casi todo el bloque peronista acompañe. 

De conseguir el número, el Gobierno convocara sesiones extraordinarias. Es la única variable, ya que el debate por el Presupuesto 2025 va quedando lentamente en el olvido.