Hay un contraste muy claro en el escenario político. A simple vista, no concuerdan la temperatura de los enfrentamientos y la calma chicha de la economía. ¿O sí coinciden? Es un buen desafío contestar esa pregunta.
Por un lado, están los fuegos de disputas encendidas, verborrágicas, entre varios o muchos de los actores de todas las fuerzas. Se concentran básicamente en el ámbito parlamentario, comoEn la calle, excepto por manifestaciones dispersas, pasa entre nada y poco.