Rodrigo Rey Rosa ha visto validada su obra por reconocimientos tan importantes como el Premio Nacional de Literatura de Guatemala Miguel Ángel Asturias (2004) o el Premio Iberoamericano de las Letras José Donoso (2015). Su marca de estilo como escritor, de todos, modos es un antídoto contra la tentación de "dormirse en los laureles": cada libro que publica es distinto del anterior y se diferenciará seguramente del siguiente. 

El "siguiente", en este caso, es el esperado Metempsicosis (lanzado por el sello Alfaguara) que a poco de salir ha provocado entusiastas comentarios en muchos de sus lectores, y desconcierto en otros. El comienzo de esta novela breve es contundente: un escritor despierta en un cuarto amplio con grandes ventanas que dan al mar, una habitación blanca y tranquila de la que no puede salir. Está en un hospital psiquiátrico de Grecia y no recuerda nada, pero en su mesita de noche encuentra un manuscrito que explica cómo llegó.

El escritor guatemalteco fue definido por la crítica como "una rebelión, una revuelta contra las historias que ha contado antes y también contra las formas que ha utilizado" y esta última novela ratifica ese concepto.

En este volumen, el protagonista parece empeñado en querer traducir unos antiguos documentos protegidos por dos hermanos siniestros y, cuando mejora, su psiquiatra lo envía junto a un viejo conocido a investigar una religión antiquísima y perseguida que predica la migración de las almas. 

El gran Roberto Bolaño dijo alguna vez sobre el autor de El cuchillo del mendigo: "Rey Rosa es un maestro consumado, el mejor de mi generación. Su prosa es metódica y sabia".