La escena transcurrió en la magnífica Sala Regia en el Vaticano. Francisco la había montado con mucha anticipación y con la inteligencia política que siempre lo caracterizó y de la que hace gala desde que está al frente de la Iglesia Católica como Papa. La conmemoración de los cuarenta años del “Tratado de paz y amistad” firmado por Chile y Argentina en 1984, luego del conflicto por las divergencias sobre el Canal de Beagle, era un hito importante para la Santa Sede. Así se lo hizo saber con aPor el hecho en sí mismo, pero también para plantearlo como ejemplo de mediación posible en un momento en que Francisco impulsa -no siempre con éxito- distintas iniciativas de paz en el mundo sembrado de guerras y de conflictos.
Diferencias, molestias y desplantes
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