“Me parece importante ser enfática en que el consenso construido por la comunidad científica internacional en la últimas décadas, a través de decenas de miles de estudios de miles de científicos de todas las disciplinas implicadas y todas las latitudes no deja lugar a la duda: sabemos que el cambio climático existe, sabemos que su aceleración se debe a las actividades humanas y sabemos que ello implicará un aumento de la temperatura global, la subida del nivel del mar y un incremento en la ocurrencia y gravedad de fenómenos climáticos extremos, como tormentas intensas, sequías, inundaciones y olas de calor.”
La ministra de Ambiente Daniela Vilar explica a Buenos Aires/12 lo que, a su juicio, es la “crueldad” del Gobierno nacional al desconocer y negar las múltiples manifestaciones de estos fenómenos. Advierte que, de seguir aumentando la temperatura global, se corre el riesgo de que los ambientes costeros de la provincia de Buenos Aires puedan desaparecer, al menos parcialmente, por el aumento del nivel del mar.
En esta sintonía, desde el Partido de La Costa tomaron nota de este cuadro de situación y lanzaron el Plan de Preservación y Restauración del Frente Marítimo, un paquete de obras para, entre otros objetivos, recuperar médanos y dunas que vuelvan a proteger las playas bonaerenses.
El distrito gobernado por Juan De Jesús comenzó una serie de tareas sobre los 120 kilómetros que componen la costa del municipio. La supervisión de los trabajos está a cargo del ingeniero Eduardo Kreimer, que lleva décadas involucrado en obras sobre la costa. Por, sobre todo, hace un reconocimiento y valora la decisión del intendente de remediar esta condición: “Hubo muchas décadas de desconocimiento”.
“Se permitieron construcciones particulares donde no se debería haber permitido o hay situaciones como las de Mar del Tuyú, donde es hermoso pasear en auto y ver el mar, pero donde está esa costanera ancha antes había un médano”, subraya Kreimer.
“Queremos ir mejorando lo que hoy tenemos, lo queremos mantener, contribuyendo entre todos y entendiendo que algunas cosas que antes hacíamos, hoy a lo mejor no podemos seguir haciéndolas de la misma manera, para preservar a futuro estos cien kilómetros de mar argentino que nos pertenecen”, fueron las palabras del intendente De Jesús.
La Municipalidad hizo un relevamiento del estado de la costa y determinó los lugares más críticos. Entre ellos, el sector entre las calles 39 y 40 en la localidad de Santa Teresita, un espacio donde se ubica una de las tomas de agua de la ciudad y el monumento turístico La Carabela.
Allí, explica el ingeniero, se está realizando la reconstitución de médanos con una protección de “colchonetas de piedra” que irá por debajo de la superficie con el objetivo de afirmarlo. Además, se colocará arena compactada con un tejido geotextil que colabore en la resistencia del médano a la erosión del mar.
“El médano existe porque es un repositorio natural de arena”, apunta Kreimer. “Cuando hay una tormenta, el mar toma más arena, va hacia el fondo, y luego vuelve a la playa con el propio mar y ahí el viento la vuelve a llevar a los médanos, pero si no hay médano, el mar saca la arena de la playa y baja el nivel de la playa, porque se afecta el equilibrio dinámico de la costa”, detalla.
Asegura que, en los últimos años, el nivel del mar aumentó entre 15 y 20 centímetros. “Con una pendiente de 1 en 50, 10 centímetros son 5 metros de corrimiento”, advierte.
Efectivamente, Vilar subraya que “la temperatura global ya superó la media de 1,1 grados por encima de los niveles preindustriales y sabemos que durante el siglo XXI se producirá un calentamiento global de entre 1,5 y 2 °C a menos que se reduzcan considerablemente las emisiones de gases de efecto invernadero”.
¿Las consecuencias? “De acuerdo a estudios recientes, con un aumento de la temperatura de 1,5 grados se verían impactados sectores como el Delta del Paraná, los humedales costeros de Berisso y Ensenada, gran parte de la Bahía de Samborombón y las islas de la ría de Bahía Blanca, solo por mencionar algunos casos”, indica la ministra.
Y, sobre la situación de la costa bonaerense es clara: “Con un escenario de un aumento de 2 grados que, insisto, es probable, la mayor parte de los ambientes costeros de la provincia de Buenos Aires serán afectados y desaparecerán parcialmente por el aumento del nivel del mar”.
“Crueldad”
Semanas atrás, Javier Milei dio la orden de retirar a la delegación argentina de Cancillería de la 29 Conferencia de Cambio Climático de Naciones Unidas (COP29). No es una novedad. El Presidente de la Nación manifestó en reiteradas ocasiones que el cambio climático no se debe a la actividad humana, sino a un “ciclo” del planeta.
Economista de profesión, Milei, quien se presenta como “especialista en generar riquezas con y sin dinero”, aseguró hace meses que “existe un ciclo de temperaturas en la historia de la Tierra y este es el quinto punto del ciclo, pero la diferencia con los cuatro anteriores es que en esos no estaban los seres humanos y, por lo tanto, todas las políticas que culpan al ser humano del cambio climático son falsas y solo buscan recaudar fondos para financiar a vagos socialistas que escriben papers de cuarta”.
Para Vilar, la visión que pregona el Gobierno nacional “tiene que ver con la crueldad inherente al proceso político que estamos atravesando”. “Hay un aspecto de esta crueldad que se vincula directamente con la negación del dolor del otro, una indiferencia y falta absoluta de empatía por las distintas realidades, especialmente grave cuando es ejercida desde el Estado”, remarca la ministra.
Además, enumera múltiples ejemplos donde se perciben los efectos de este cambio. Desde la sequía que azotó al país entre 2021 y 2023 hasta las inundaciones en el litoral, pasando por incendios récord en Corrientes, Córdoba y la Patagonia, temporales sin precedentes en el sur de la provincia de Buenos Aires, olas de calor cada vez más frecuentes e intensas y temperaturas extremas este invierno en gran parte del país.
Sostiene que todas las formas de vida tienen valor y son necesarias para regular y sostener el planeta que conocemos. “Lo sabemos porque nos dedicamos a diseñar políticas públicas basadas en ciencia, y entendemos que eso pueda no ser compartido por todos porque aún falta mucha comprensión, divulgación y formación en materia ambiental, pero este gobierno ni siquiera tiene contemplaciones sobre los efectos evidentes que el cambio climático genera en las poblaciones humanas”, indica.
Desde su mirada, el gobierno encabezado por Milei, que eliminó el Ministerio de Ambiente y lo redujo a una secretaría dependiente del Ministerio del Interior, defiende los intereses del sector más concentrado de la economía. “Reconocer los efectos del cambio climático por parte del Estado implica tomar medidas para distribuir recursos en políticas de adaptación y desincentivar los extractivismos, y eso a las grandes empresas y a los mil millonarios no les importa”, remarca Vilar.
La ministra, oriunda de Lomas de Zamora, advierte que los efectos negativos del cambio climático son inevitables y, asegura, las decisiones y acciones que se adopten a lo largo de esta década condicionará el impacto climático en los próximos miles de años. “No obstante y a pesar de todo, no parece haber una consciencia clara sobre este desenlace, como lo demuestran los fracasos y acuerdos insuficientes obtenidos en las últimas COP de Biodiversidad y Cambio Climático”, apunta.
Respecto a estos ámbitos internacionales donde, entre otras cuestiones, se buscan consensos para coordinar el financiamiento que necesitan muchos países menos desarrollados para avanzar en la generación de medidas de adaptación, indica que los países con mayores recursos económicos “no son capaces de comprometer tan sólo una parcialidad de todo lo que han obtenido expoliando nuestros territorios”. “Como todos sabemos, del mínimo estimado como necesario para atender la crisis climática de 1,3 billones de dólares movilizados anualmente, hemos conseguido el compromiso de apenas una cuarta parte”, lamenta la dirigenta.
La Provincia y La Costa
En esta línea de pensamiento, Vilar sostiene que desde la Provincia, un estado subancional, se están llevando a cabo políticas públicas para atender “una crisis mundial que no causamos”. La centralidad de los esfuerzos está puesta en producir y poner a disposición la mejor calidad en la información, y en articular los instrumentos de prevención y alerta temprana necesarios para proteger a los bonaerenses.
“En particular, en lo que respecta a nuestras costas estamos implementando el Plan de manejo costero integrado junto a los municipios del litoral atlántico para dar respuesta a las problemáticas comunes que manifiestan los gobiernos locales, una propuesta que se enmarca en el proceso para desarrollar la Estrategia Federal de Manejo Costero Integrado (EF-MCI)”, detalla la ministra.
Por eso, Vilar pone sobre la mesa que “para planificar y llevar adelante políticas públicas en necesario partir de diagnósticos precisos basados en conocimiento científico y en las necesidades de cada comunidad”.
Explica que hay mucha información sobre el impacto del cambio climático en la costa, pero señala, ante todo, que uno de los principales factores de presión sobre nuestras costas es el cambio en el uso del suelo, impulsado principalmente por la expansión urbana y la modificación del entorno. “El crecimiento de las ciudades, la industrialización, la actividad portuaria y el turismo intensificaron este proceso, a lo que se suma la degradación de los ecosistemas a través de, por ejemplo, la fijación de médanos con especies exóticas, así como la erosión costera influenciada por diversas causas antropogénicas”, indica.
En este sentido, Kreimer resalta que muchas zonas están afectadas en igual o peor estado que cuando comenzó con sus primeras obras en el municipio en la década de los años ochenta y los noventa. “Recién ahora se han podido demoler cerca de catorce propiedades en un estado crítico, casas que habían quedado en la playa por el avance del mar”, destaca.
“Yo nunca intenté inventar la pólvora”, asegura el ingeniero. “Siempre hice mi trabajo basándome normas y bibliografía, aplicando técnicas novedosas, haciendo lo que se hace en todo el mundo”, resalta. También destaca que el paquete de obras se encaró con una inversión netamente municipal, que va más allá de trabajos a corto plazo, que no apuntan a ser un parche para la temporada y que apela a tener una continuidad de al menos dos años.
Para Vilar, es “fundamental que movilicemos un cambio de paradigma y que los gobiernos locales se sumen con sus propias acciones”.
“Es fundamental la sinergia con la que estamos trabajando con algunos de los municipios y con todas las áreas implicadas desde el Ministerio”, señala.