La yerba mate es un consumo elemental para los argentinos, del orden de lo identitario, para muchos y muchas, indispensable para comenzar el día. Pero no se salvó de la brutal crisis de consumo que plantó la motosierra de Javier Milei. Al igual que otros productos de primera necesidad como la carne y la leche, que tuvieron este año un desplome histórico, las ventas de yerba registraron abruptas caídas de volumen. En paralelo, la producción primaria padece el desplome de los precios de la hoja verde. Así las cosas, en la Argentina de Milei se consumen menos alimentos y bebidas y la exportación no alcanza para reemplazar al mercado interno. La yerba es un ejemplo paradigmático. 

El consumo interno de yerba mate acumulado entre enero y octubre de este año alcanzó unos 215 millones de kilos, marcando el nivel más bajo desde 2016, según datos de despachos al mercado interno del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM). En el acumulado del año hubo una disminución de los despachos del 8,9 por ciento frente al mismo período del año anterior (237 millones de kilos), toda una señal de alarma en el sector. Puntualmente en octubre, el consumo minorista marcó una caída del 5,8 por ciento respecto al mes anterior y del 10 por ciento en la comparación contra octubre de 2023.

Algo que no aumentó

Este deterioro se da en un contexto de precios estables. Es decir que el factor precio falla para acomodar la demanda, mientras que el manual de Milei reza lo contrario: que el consumo debería aumentar toda vez que caen los precios relativos. En la yerba “se perdió el calibre de kilo”, define Fernando “Chiche” Savore, vicepresidente de la Federación de Almaceneros de la Provincia de Buenos Aires (FABA): la gente dejó de comprar la yerba por kilo y consume más paquetes más pequeños, de medio kilo (el 65 por ciento de las ventas en lo que va del año se produjo en este formato). La gente compra lo justo, mes a mes; lo que le alcanza. 

“En los últimos dos meses de 2023 aumentaron todos los precios, y la yerba no se salvó. Ante ese escenario en diciembre y enero muchos centros mayoristas stockearon mercadería porque pensaban que el dólar iba a seguir subiendo. Esa es la mercadería que ahora sale a la venta con bonificaciones, con descuentos. Hay mucha especulación con la mercadería, que es la que ahora se ofrece en promociones”, agrega Savore en diálogo con Página/12. La recesión resultado de la política de Javier Milei es tan severa que el consumo no aumentó aún pese a los precios quietos y las promociones.

Los cambios en los hábitos de consumo que apareja la crisis son una marca del Gobierno de Javier Milei. Este 2024 se produjo por primera vez en la historia una caída de diez meses consecutivos en las ventas en supermercados, hipermercados y almacenes de cercanía, según datos de la consultora Scentia especializada en consumo masivo. Acumularon un deterioro de 12,8 por ciento en los primeros diez meses del año. Puntualmente, el segmento de desayuno y merienda cayó un 11,8 por ciento.

Lo que cuesta tomar un mate

La yerba tuvo picos de precios en la segunda mitad de 2023: en diciembre subió 52 por ciento –luego de la desregulación impulsada por el Gobierno y la devaluación- y en todo el año pasado llegó a triplicar su valor. Pero en lo que va de 2024 subió un 57 por ciento promedio en Buenos Aires, según datos de Indec. En los supermercados y sin promociones, el kilo de yerba Playadito está 4.400 pesos y el de Taragüí 3.700 pesos. Se comparan con opciones más baratas como Cruz Malta a 3.420 pesos o Cbsé en 3.209 pesos. Hay descuentos como el de La Tranquera selección, con un 25 por ciento en promoción en una conocida cadena de supermercados.

También hay una diferencia entre cómo les fue en el año a las yerbateras más grandes y a los pequeños productores. Desde la puesta en marcha del DNU 70/2023 se vació la función del Instituto de Yerba mate como intermediador de precios, entonces los industriales, en Corrientes, comenzaron a ofrecer precios cada vez más bajos al productor, en Misiones. “En marzo el kilo de hoja verde costaba 505 pesos pero los industriales dijeron que pagarían 370 pesos para aumentar al mes siguiente a 450 y llegar en septiembre a 505 pesos. Pero mintieron, de 370 fueron a 350, luego a 280 y terminaron pagando el kilo 180 pesos”, denuncia Ana Cubilla, secretaria General del Sindicato Único de Obreros Rurales en Misiones. Por eso ahora hay conflictos en el sector para empezar la cosecha: el precio actual no resulta rentable para los pequeños productores de la provincia, que están en lucha.

Los dueños de la yerba

El mercado de la yerba está concentrado en unas 10 marcas líderes. Las marcas más vendidas en 2023 fueron Taragüí (producida por Las Marías), Playadito (Cooperativa Liebig), Amanda (La Cachuera), Rosamonte (Hreñuk), Cbsé (Establecimiento Santa Ana), Cruz Malta (Molinos Río de La Plata), Aguantadora (Cooperativa Montecarlo), Andresito (Cooperativa Andresito), La Tranquera (Llorente) y Piporé (Productores de Yerba Mate de Santo Pipó). Entre estas 10 marcas se llevaron el 80 por ciento de las ventas internas. 

Por otro lado están los pequeños productores “que entre todos alcanzan unos 13.000, algunos organizados en cooperativas que reúnen unos 25 socios. Cada productor contrata al menos cinco cosecheros que tienen sueldos cercanos a la línea de pobreza", describe Cubilla.

Los que matean afuera

Las exportaciones de yerba mate aparecen como una opción para la industria: entre enero y octubre totalizaron 37 millones de kilos, el volumen más alto registrado desde 2019. Sin embargo el mercado externo no alcanza ni remotamente a reemplazar los volúmenes de venta en el mercado interno: el 85 por ciento de la producción se dirige al mercado interno, y sólo el 13 por ciento restante se exporta. Es, además, un mercado mucho más volátil y cambiante. 

En octubre, por ejemplo, las exportaciones se desaceleraron y anotaron una caída del 22,7 por ciento respecto a septiembre. Por otro lado, también se registraron en algunos meses del año importaciones de yerba mate canchada (sin elaborar) desde Paraguay y Brasil para sustituir por producción local. Hace rato que en las góndolas de los supermercados se ven paquetes de yerba importada, algo que enciende alarmas entre productores.