La Inquisición medieval, creada en 1184 en el sur de Francia, se constituyó para inquirir y castigar los delitos contra la fe.
El tribunal de la Inquisición fue básicamente una policía de lecturas. En la custodia de un libro sagrado, la Biblia, la Inquisición cuidaba que su lectura fuera la correcta. Al que se desviaba de esa modalidad obligatoria de lectura se lo llamaba hereje. Herejía no era más