El primer ministro australiano, Anthony Albanese, afirmó  que está dispuesto a discutir con el multimillonario Elon Musk, propietario de X, sobre sus críticas a la prohibición para que menores de 16 años accedan a las redes sociales.

Albanese exaltó la votación del Parlamento el jueves en la que aprobó una legislación que obliga a las redes sociales a tomar "medidas razonables" para impedir que los menores tengan cuentas en esas plataformas.

La ley, que entrará en vigor después de 12 meses, da pocos detalles de cómo será aplicada, incluso cómo los sitios Facebook, Instagram, X y otros pueden verificar la edad de los usuarios.

Musk, designado responsable de eficiencia gubernamental por el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, publicó en noviembre en X que la ley "parece una forma oculta de controlar el acceso de todos los australianos a internet".

"Hablaremos con cualquiera", dijo Albanese al ser consultado si discutiría la legislación con Musk.

"Con respecto a Elon Musk, él tiene sus motivaciones. Tiene derecho a presionar por ellas como dueño de X", declaró Albanese a la televisión pública ABC. Cuando el entrevistador señaló que Musk es la mano derecha de Trump, Albanese insistió en que sí discutiría con él.

Una ley histórica


Australia aprobó una ley histórica que prohíbe a los menores de 16 años usar redes sociales. La medida, impulsada por el primer ministro Anthony Albanese, busca frenar lo que él considera un “vínculo claro” entre el uso de las plataformas digitales y los problemas de salud mental que afectan a los jóvenes del país. A pesar de su respaldo mayoritario en el Senado, la nueva ley tiene sus detractores, quienes temen por los efectos negativos que la prohibición podría tener sobre los jóvenes.

Este jueves, el Senado aprobó el proyecto de ley con 34 votos a favor y 19 en contra. La norma establece que las plataformas de redes sociales no podrán permitir que los menores de 16 años accedan a sus servicios. Las empresas que no cumplan con esta ley se arriesgan a multas de hasta 50 millones de dólares australianos (aproximadamente 32 millones de dólares estadounidenses). 

Sin embargo, la ley aún no entra en vigor: se espera que las plataformas implementen un sistema para verificar la edad de los usuarios a mediados de 2025, y la normativa no será aplicable hasta dentro de un año.

El gobierno australiano defiende la ley como una medida para proteger la salud mental de los niños y adolescentes. Según el primer ministro Anthony Albanese, las redes sociales tienen un impacto negativo en el bienestar de los más jóvenes, lo que justificaría una restricción en su acceso. Sin embargo, no todos están de acuerdo con este enfoque. Expertos en salud mental y derechos digitales advierten que esta prohibición podría tener efectos secundarios no deseados.

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