El arquero de Independiente, Rodrigo Rey, hizo un descargo en redes sociales por la decisión que tomó el Instituto José Manuel Estrada de La Plata de no renovarle la matrícula a su hijo Benicio, de ocho años, para el año que viene a pesar de que padece TEA (trastorno del espectro autista).
Tras la victoria del domingo por 2 a 0 ante Central Córdoba de Santiago del Estero, Rey mostró su malestar en las redes: "Esa bronca de ver que a veces no alcanza con ser buena gente, que a veces parece que defender los derechos de tus hijos les molesta a otras personas y deciden en represalia sacar a tus hijos de sus espacios, de sus círculos de amigos".
"Sus amigos -prosiguió el arquero- lo ayudaron a avanzar a pasos agigantados al punto de poder reducir sus terapias de cinco a tres semanales", tras lo cual, Rey reveló que, junto a su pareja Laura, presentaron un amparo en la Justicia cuyo eje giró en torno a los espacios precarios que asigna la escuela para atender las emociones de los alumnos.
Por último, el guardavallas concluyó con una enseñanza que le dejó el fútbol: "En mi trabajo no hay pausas, no hay tiempos, se sigue siempre para adelante y hay que estar listo para la próxima batalla. Hay que juntar los pedacitos, pegarlos rápido y estar fuerte para seguir adelante dando pelea. Si hay algo que me enseñó el fútbol y la vida es a no bajar los brazos, es a hacer que las cosas sucedan, es que vale la pena librar las batallas que son honestas, que son justas y eso haremos. Confiamos mucho en Dios y en la Justicia".
Un tiempo atrás, el arquero había hecho un posteo en las redes por la falta de inclusión del colegio que, en represalia, tomó la decisión de no renovarle la matrícula a Benicio ni a su hermana Renata. La familia Rey presentó ante el juzgado número 3 de La Plata un recurso de amparo para que sus hijos continúen en el mismo colegio el año que viene.
Sin embargo, el 28 de noviembre, la Justicia rechazó la medida cautelar. Pero ellos no se rindieron y este lunes 2 de diciembre apelaron la resolución, conscientes de que cada día que pasa representa una amenaza al bienestar emocional de Benicio y su hermana.
El trastorno del espectro autista (TEA) aparece en los primeros dos a tres años de la vida y afecta la habilidad del cerebro para desarrollar las habilidades sociales y de comunicación normales. Los niños con TEA a menudo tienen problemas con juegos actuados, interacciones sociales y la comunicación verbal y no verbal y, a partir de los dos años de edad, pierden repentinamente las habilidades del lenguaje o sociales que ya habían adquirido.