La rosca por la reforma constitucional transitó ayer la etapa de ablande a los diputados remisos del PJ por parte del oficialismo en control de la comisión de Asuntos Constitucionales. Una reunión convocada por el socialista Pablo Farías para abrir el juego a discutir el texto del proyecto síntesis que irá a Extraordinarias esta misma semana, de entre los nueve que tienen estado parlamentario.
Pero nada es lineal en política, y menos en el peronismo, que ayer volvió a pronunciarse formalmente en contra de la reforma tal y como el pullarismo manda a sus espadas legislativas, aunque haya quedado blanqueado que el sector que responde a Omar Perotti ya tiene decidido votar a favor. De todos modos, como dijo el presidente del PJ, Guillermo Cornaglia, lo que el partido reprocha al frente Unidos es la falta de diálogo, el modo a lo pirro de llevar el debate parlamentario según el deseo del gobernador Maximiliano Pullaro. Y denuncia que lo que realmente le importa al Ejecutivo es su reelección.
Esa ley síntesis que emerja será la que dicte la necesidad de reformar la Carta Magna y convoque a Convención Constituyente, elección de congresales mediante.
Todos los sectores internos que componen el mosaico peronista de Santa Fe volvieron a reunirse ayer por la mañana y firmaron un documento en el que advirtieron su rechazo a esta reforma que pretende el oficialismo. "El Partido Justicialista de la provincia de Santa Fe y sus partidos aliados, resolvieron emitir mandato hacia sus legisladores de NO acompañar con su voto la ley de necesidad de la reforma. En este sentido, será el presidente del PJ quien notifique de lo resuelto a cada legislador que obtuvo su banca en la lista del Frente Juntos Avancemos, que accedieron a la misma producto de la legitimidad que el partido y la ciudadanía otorgan", retó el PJ en su comunicado.
A duras penas la cúpula justicialista puede disimular sus grietas y la falta de cohesión que demuestra el espacio Hacemos Santa Fe, que en Diputados detenta 5 bancas lideradas por el ex gobernador Perotti. A la reunión de ayer acudieron Juan Manuel Pusineri, que no es diputado y por lo tanto no tiene voto; y Walter Agosto, que sí es diputado pero no necesariamente obediente de Perotti. De todos modos, estos dos ayer firmaron el documento orgánico.
"Las prioridades de la política santafesina tienen que estar centradas en la grave situación económica y social que sufre nuestro pueblo, con los crecientes índices de pobreza y desempleo, a lo cual se suma la crítica situación de violencia e inseguridad", redondeó la posición partidaria.
El planteo institucional del PJ sostiene que "antes de abordar cambios estructurales en nuestra Carta Magna de espaldas al pueblo y con el principal objetivo de garantizar la auto reelección del gobernador Pullaro, es imprescindible construir un consenso social amplio que permita garantizar la estabilidad económica y social, respetando las urgencias de nuestro pueblo". Y en función de esto es que la instrucción del partido a sus legisladores ha sido -al menos hasta ayer- no aportar al quórum y votar en contra.
Hasta aquí, el PJ logra las firmas de todos sus matices y aliados: Movimiento Evita, el foro de intendentes y presidentes comunales armado en Vamos Santa Fe, el rossismo de La Corriente, La Cámpora, el espacio referenciado en el senador Marcelo Lewandowski, el senador Armando Traferri y otros tres de su bloque, menos el casildense Eduardo Rosconi, el Frente Renovador y, a través de sus dos emisarios, el perottismo de Hacemos Santa Fe.
"Insistimos en el rechazo a una reforma deslegitimada socialmente, cuya verdadera aspiración es la reelección del actual gobernador", refractó la diputada Alejandra Rodenas.
Mientras tanto, el Gobierno reculó la semana pasada, luego de que la oposición pegara el grito y acusara de autoritarismo al frente Unidos y-aún más- Amalia Granata denunciara que operadores de Unidos salieron a comprar votos para allanar el camino a la reelección de Pullaro. Por eso ayer por la tarde, la comisión de Asuntos Constitucionales que preside el socialista Farías empezó a recibir a todos los espacios, comenzando por los bloques legislativos y también por quienes presentaron un proyecto alternativo de reforma constitucional. La rosca continuará hoy con la expectativa de persuadir la negativa peronista, y llegar al miércoles con un dictamen de consenso para aprobarlo en la sesión del jueves en Diputados, y el viernes en Senado.
Un punto de desencuentro a superar es la fecha de la elección de convencionales constityentes: el oficialismo quiere despegarla de las de medio término, temeroso de que el vendaval Milei y su reconciliada aliada Amalia Granata le copen la parada al pullarismo y le arruine el trámite. Proponen entonces que sea en abril y sin primarias.
La sanción de la ley requiere una mayoría especial de dos tercios de los presentes. En el Senado, Unidos la tiene asegurada con mayoría propia. En Diputados no, porque necesita al menos 34: los 28 votos propios no alcanzan, pero sumarían el bloque de Perotti (4 votos, porque Agosto está en duda), más Fabián Palo Oliver, del Frente Amplio por la Soberanía, y el peronista disidente Juanjo Piedrabuena.