Luego de décadas de reclamos de los vecinos y vecinas de Villa Santa Rita, el gobierno porteño comenzó la construcción de la primera plaza para el barrio, el único de la Ciudad de Buenos Aires que no cuenta con un espacio verde. El espacio se construye en un lote que estaba abandonado y se espera que la plaza esté inaugurada para marzo del año que viene. Las agrupaciones barriales que impulsaron la iniciativa celebraron ahora el comienzo de las obras pero advierten que el espacio "tiene que ser un inicio y no un final": apuntan a otros tres lotes baldíos que pueden ser utilizados con el mismo fin para llegar a los 5 mil metros cuadrados de espacio verde.
Las obras están a cargo de la Subsecretaría de Gestión Comunal del Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana porteño que reconvertirá los 1.725 metros cuadrados del lote de Avenida Álvarez Jonte al 3200 para transformarlos en plaza. Según indicaron desde el GCBA, el espacio estará dividido en 800 metros cuadrados de césped con lomadas y 360 de canteros con herbáceas y gramíneas, mientras que también habrá un patio con juegos de 113 metros cuadrados y un área de reunión de 55 metros cuadrados con mesas y pérgolas incluidas.
El inicio de los trabajos llega luego de un largo trayecto que involucró al predio y que comenzó con la aprobación a fines de marzo del año pasado de la ley que lo catalogó de utilidad pública y autorizó su expropiación. Ese proceso demoró más de lo esperado y recién en diciembre de 2023 el Gobierno porteño anunció que había concretado la compra del lugar. También la licitación se tomó su tiempo: fue lanzada en julio de este año en un proceso que incluyó a diez empresas ofertantes y que lleva ahora a la puesta en marcha de las obras, con fecha de finalización prevista para marzo de 2025.
El reclamo, sin embargo, data de mucho más atrás en el tiempo. Ya en la década de los '80 los vecinos y vecinas se organizaban para pedir una plaza en el predio de una manzana delimitado por las calles Beláustegui, Condarco, Terrada y Remedios de Escalada, donde funcionaba hasta entonces la fábrica de cigarrillos Particulares. El planteo no prosperó y allí se levantó un complejo edilicio, pero la demanda se mantuvo en pie para reactivarse con más fuerza en plena pandemia, cuando se conformó el colectivo Una plaza para Santa Rita. El colectivo logró localizar cuatro lotes abandonados en el barrio, entre los que se encuentra el de Álvarez Jonte, que podrían ser expropiados para convertirse en espacios verdes.
Ahora, la agrupación celebró el comienzo de las obras, a las que catalogó como un "triunfo vecinal": "Demoró cuarenta años llegar a esto así que es una celebración para los vecinos y vecinas; nosotros logramos que esto suceda porque sin la movida de tantas décadas seguiríamos siendo el único barrio sin espacio verde", destacaron desde el colectivo en diálogo con este diario. "Celebramos Jonte como un hito, pero tiene que ser un inicio y no un final", agregaron.
Es que los vecinos y vecinas quieren que se siga discutiendo la posibilidad de sumar más metros cuadrados verdes al barrio. Sin ir más lejos, el colectivo ya presentó en la Legislatura un proyecto para expropiar y transformar en espacios verdes a los tres lotes en cuestión, además del de Jonte, ubicados en las calles Nazca al 1500, Concordia al 1500 y Emilio Lamarca al 1700. Entre los cuatro, sostienen, podrían llegar a sumar cerca de 5 mil metros cuadrados, "que es la medida mínima para hablar oficialmente de plaza". En un sentido similar, la legisladora Claudia Neira de Unión por la Patria presentó un proyecto para impulsar el desarrollo de un Plan de Espacios Públicos para Santa Rita.
"Somos casi 40 mil vecinos y vecinas en el barrio, por lo que un espacio verde de 1.700 metros cuadrados no da abasto, sin contar con que sólo la mitad va a ser suelo absorbente y que está situado en el límite con Villa del Parque, dejando a buena parte de los vecinos y vecinas lejos porque no pueden llegar caminando", sostienen y agregan que "nuestro pedido siempre fue por los 5 mil metros cuadrados pero durante todo este año no pudimos sumar compromisos para la compra de los otros lotes".
Al colectivo, además, le preocupan otros fenómenos que se están produciendo en el barrio como el avance de la zona gastronómica desde Villa del Parque y Villa Devoto, o de la zona comercial - textil del Polo Avellaneda del barrio de Flores, algo que incluso podría reflejarse en el Código Urbanístico que se debate en la Legislatura con la extensión del "área de desarrollo prioritario" de ese polo. "Nos preocupa que esto pueda abrir la puerta a una pérdida de identidad en un barrio que históricamente es de casas bajas, de pasajes, tranquilo y arbolado", advirtieron.