Desde Río de Janeiro

Lula dirige un gobierno excelente, abiertamente antineoliberal, que prioriza las políticas sociales. La economía volvió a crecer, alcanzando el 4% este año, el desempleo cayó a su nivel más bajo. Hay un evidente proceso de distribución del ingreso, que se puede ver en el aumento exponencial del movimiento del comercio y de las compras en general. La situación de la masa de la población mejoró.