El periodista y conductor de La Mañana, Víctor Hugo Morales, cargó contra el presidente Javier Milei tras el ataque a los inmigrantes, a quienes el Gobierno empezará a cobrarles por el acceso a la educación y la salud pública, y aseguró que se trata de una "acción carente de humanidad" y “típica de un hombre roto”. “Es una traición a la propia argentinidad”, enfatizó.

El editorial de Víctor Hugo Morales

Una pregunta es la de la canción: ¿qué van a hacer con tanto odio? Otra posible es: ¿qué hacemos frente a tanto odio? El odio al extranjero que tiene Milei es una traición a la propia argentinidad; no le piden tanto los mandantes del poder real, es una demasía, dicen.

Alcanza con aplicar odio al jubilado, a la discapacidad, al pobre, al laburante, al científico, a la cultura. Hay una película corta, de 15 minutos, en Netflix, en la que los nazis persiguen a personas con discapacidad.

Se llama Perdona nuestras ofensas: odio puro, asqueante, incomprensible. Enfermos mentales que, desde un estado hitleriano, matan a los indefensos, justamente por eso, porque están desprotegidos, desamparados.

Hay otra en Prime que se llama Hijos de la ultraderecha, película de Dinamarca, muy buena, en la que los hijos de la ultraderecha persiguen a los extranjeros. Creí que la sacaron porque no la encuentro más, pero la película está. Muestra cómo es el odio hacia el extranjero. Lo incorporan al estilo de vida de un país.

Los números insignificantes de los estudiantes extranjeros hacen que sea crueldad pura, brutalidad y sadismo. Regodeo con el placer de hacer daño, sentirse capaces de menoscabar a aquellos que eligen como enemigos.

Que haya argentinos que miren mal a un ciudadano extranjero porque vienen a estudiar "con la nuestra" es truculento, porque ni siquiera hay estudiantes no residentes; no puede haberlos.

Esa falta de humanidad, típica de un hombre roto como Milei y de los que se aprovechan de esa carne de diván de la Rosada, le da la espalda a los propios principios que hicieron grande a la Argentina.

La batalla cultural de los medios mafiosos y la conveniencia de un fuerte estado de ultraderecha del establishment habilitan a Milei para hacer su película de maldad y de odio. Con el final violento y estúpido de siempre.