Un cordobés en el convento
En el corazón de Villa Devoto, en un ex convento de monjas con más de 120 años de historia, abrió Ávito Bistró & Café, el primer proyecto en Buenos Aires del chef cordobés Julio Figueroa, reconocido en su provincia natal por varios emprendimientos gastronómicos exitosos. Este café marca el primer desembarco porteño de Julio, con una propuesta de comfort food basada en productos de temporada.
El local está dentro del proyecto inmobiliario Cassa Devoto, con una renovación que supo mantener elementos históricos como las baldosas de 200 años de la ciudad de Savona, e incorporó a la vez detalles que dan modernidad. La mezcla funciona: hay grandes ventanales, techos altos y una cálida decoración en tonos claros con carpintería negra. Suma además un deck al frente, perfecto para estos días primaverales.
Así como el ambiente une pasado y presente, lo mismo busca Julio en su cocina, con platos que cruzan lo tradicional y lo contemporáneo. Hay para todos los gustos, desde lo más goloso o carnívoro a opciones sin gluten, sin azúcar y plant based. El lugar abre todo el día, sumando desayunos y meriendas con café de especialidad (granos colombianos tostados en Córdoba), con Magic a $2800 y cortados a $3400, y selección de tés. Las croissants ($3500), el pain au chocolat ($4500) y el chipá bagel (4500) son algunos de los laminados y panificados caseros que marcan el rumbo de la casa. Para más contundencia, ahí está el alfajor de pistacho y limón ($7500), las cookies artesanales o incluso un tamago revuelto ($8400), plato que incluye omelette, lomo ahumado, queso halloumi y vegetales frescos.
De mediodía y noche la carta se pone más seria: carpaccio de lomo con vinagreta de wasabi y ajo negro ($16500), ojo de bife a $36000 (cocinado al kamado con manteca especiada y chimichurri), pulpo y más. Hay buena coctelería y completa carta de vinos con etiquetas convencionales y varias también naturales o biodinámicas.
En un barrio que gusta de sí mismo, Ávito revaloriza un pasado sin quedarse en la postal, trayendo acento cordobés a la ciudad porteña.
Ávito queda en Pareja 3670. Horario de atención: martes a sábados de 8 a 24; domingos de 9 a 22; lunes de 8 a 22. Instagram: @avito.bistrocafe.
La hermana menor
Anafe es un restaurante que dio y que sigue dando que hablar. Un lugar fundado en el barrio de Colegiales por Micaela Najmanovich y Nicolás Arcucci, pareja de chefs que en sus años de formación viajaron y cocinaron en destinos como Australia y España, de donde todavía hoy obtienen inspiración, sumando ideas propias y tradiciones familiares. Lejos de quedarse quietos, estos cocineros abrieron luego La Ventanita, literalmente una pequeña ventana pegada al restaurante original, con opciones más simples para el desayuno o la merienda pensadas para disfrutar al paso, en la misma vereda del local. Y ahora, de esa ventanita, se desprende La Ventana x Anafe, su más nueva apertura, suerte de hermana menor de Anafe: una cafetería hecha y derecha en un barrio nuevo (Palermo), con un espacio amplio, estilo propio y atmósfera relajada, donde disfrutar de cafés de especialidad, sándwiches, laminados y almuerzos.
Lo que nunca cambia es la mirada de calidad: desde la clásica medialuna (bien almibarada, $1500), que también sale rellena con frambuesa y una crema de dulce de leche ($2400), con pastelera o con jamón y queso ($6500), al roll de canela ($3500), el babka ($4900), la chipá ($3900) y los brownies ($7900). Las tortas, como la de coco y maracuyá ($9900), y la banoffee ($9900), demuestran creatividad y versatilidad sumando sabores frescos y combinaciones menos esperadas.
No son tantos los lugares en Buenos Aires donde comer rico pudiendo a la vez beber un café bien hecho. En La Ventana esta fue la idea rectora: los sándwiches en pan de papa son deliciosos, entre ellos el de pollo ahumado ($14000); se suman ensaladas y platos del día a precio ejecutivo. Por ejemplo, una chicken schnitzel (milanesa de pollo) con zanahorias glaseadas y lechuga crocante con dressing de feta, con trifle de coco, banana y dulce de leche de postre.
Micaela y Nicolás son jóvenes y modernos, y eso se percibe en La Ventana x Anafe: aires relajados y una clientela fiel que los sigue en cada uno de sus proyectos.
La Ventana x Anafe queda en Arévalo 1379. Horario de atención: miércoles a lunes de 9 a 20. Instagram: @laventana.anafe.
Pastelería y más
En Tallarica lo primero que manda es la pastelería; es que detrás de esta casa abierta hace apenas un año en Belgrano está la chef pâtissier Daniela Tallarico, que tras su experiencia en nada menos que el Palacio Duhau, decidió emprender su propio camino.
Ubicada en Av. Libertador, a pocos metros de Juramento, la casa de dos plantas es luminosa, de ambiente minimalista en tonos claros y materiales naturales. La fachada de doble altura y las mesas de madera logran su cometido: crear una atmósfera relajada y apta todo público.
Para arrancar el día, ahí están las croissants y el Avo Toast ($6500), favorito para el desayuno: una tostada de pan de campo con palta, huevo poché, hierbas y castañas crocantes. Para el almuerzo destacan platos como la entraña al pesto cítrico ($17000) con cubos de papa y mix de verdes, o un muy buen sándwich de pollo crispy ($15800) con pan brioche, cheddar, mermelada de panceta, pickles de pepino y aderezo, acompañado con papas rejillas y un condimento apenas picante que es adictivo.
En el capítulo dulce, Tallarica se hace fuerte con variedad de petit fours irresistibles, como el de pistacho y frambuesas ($6300) con masa sablée de vainilla, crema de vainilla y mermelada artesanal de frambuesas; o cookies como la Apple Toffee ($6300), que combina manzana, chocolate blanco, crumble de toffee y un bienvenido toque de sal. Todo está elaborado con muy buena materia prima: como ejemplo, los chocolates provienen de República del Cacao y de Calllebaut, de lo mejor que hay en el mercado global.
A Daniela se la ve presente en el local, supervisando personalmente cada detalle de la pastelería, asegurándose de que la calidad y la estética se mantengan siempre al más alto nivel. Se nota su filosofía forjada en la hotelería cinco estrellas, reflejada en la atención meticulosa a los procesos. Belgrano no es un barrio fácil para la gastronomía, pero en este tiempo Tallarica logró conquistar a sus vecinos con un combo que no falla: técnica y creatividad en cada bocado; y un local amigable donde dan ganas de quedarse un buen rato.
Tallarica queda en Av. Del Libertador 6025. Horario de atención: lunes a sábados de 8 a 21; domingos de 10 a 21. Instagram: @tallarica.ba.