La favorita del Rey 8 puntos
Jeanne du Barry, Francia, 2023
Dirección: Maïwenn. Guion: Nicolas Livecchi, Teddy Lussi-Modeste y Maïwenn
Duración: 117 minutos
Intérpretes: Maïwenn, Johnny Depp, Pierre Richard, Benjamin Lavernhe, Melville Poupaud, India Hair.
Estreno en salas.
De las grandes monarquías clásicas de Europa, la de Francia siempre tuvo fama de ser la más refinada y fastuosa, pero también la más superficial y alejada de la realidad de su pueblo. Sobre esa combinación se acentó la Revolución de 1789, una reacción virulenta que nunca debió soportar, por ejemplo, la corte del Imperio Austro-Húngaro, mucho menos la corona británica, que aún hoy sigue simbólicamente al frente del Reino Unido. De hecho, habría que esperar un siglo y medio para que otra casa real, la de los zares rusos, fuera depuesta a sangre y fuego por otro movimiento revolucionario.
La favorita del Rey trasnscurre durante el reinado de Luis XV y su protagonista es la notoria madame Du Barry, amante oficial del no menos célebre soberano, el anteúltimo antes de que el Reinado del Terror arrasara con la casa de Versalles (y con cualquiera que pareciera noble). La película, dirigida por la cineasta y actriz francesa Maïwenn y estrenada en la gala de apertura del Festival de Cannes, aborda la vida de quien fuera una de las figuras más disruptivas de su época.
Más allá de su rol político, el de las realezas es un universo absolutamente cinematográfico. Tanto sea por sus imponentes escenarios arquitectónicos, convertidos en inmejorables locaciones, como por la desmesurada forma de vida de sus protagonistas, los relatos palaciegos siguen resultando atractivos para quienes concurren a las salas de cine, auténticos palacios plebeyos, como alguna vez las definió Edgardo Cozarinsky. Eso explica el éxito de sagas como la de la emperatriz Sissi, que encumbró a la gran Romy Schneider, o la enorme cantidad de películas en torno a la dinastía francesa de los Luises, pináculo del lujo cortesano.
A pesar del lugar de privilegio que ocupó dentro de una familia que tuvo en sus manos una de las fortunas más inmensas de la historia, Jeanne du Barry es sin dudas una figura trágica. La película da cuenta de su origen bajo, pero también del privilegio de haber contado desde niña con los padrinazgos adecuados. Maïwenn, quien además de dirigir interpreta a la protagonista, consigue distribuir de forma verosímil los roles de héroes y villanos entre los miembros de la corte, estimulando mecanismos como el de la empatía, que le permiten lograr que el espectador se ponga del lado de la cortesana casi sin darse cuenta y sin cuestionárselo nunca.
En ese y en otros sentidos, La favorita del Rey puede verse como contraparte de la no menos fastuosa María Antonieta, de Sofia Coppola. Ahí donde el trabajo de la hija del director de El Padrino despliega una ligereza pop que ni la tragedia final alcanza a desfigurar del todo, el de Maïwen opta por un registro distinto. Su película traslada a la pantalla de forma vívida la ornada grandilocuencia del período clásico, en el que aún sobrevivían los destellos del barroco, pero donde también era posible empezar a detectar los inminentes nubarrones románticos. La directora realiza un trabajo estupendo, no solo por la meticulosa labor artística de reconstruir ese pasado, sino por la exquisitez cinematográfica con la que lo registra.
La favorita del Rey está filmada en locaciones reales (en la doble acepción del término) que amplifican la monumentalidad visual de la película. Una posibilidad que la directora no solo no desaprovecha, sino que fortalece a partir de cuadros diseñados con precisión pictórica y un registro fotográfico de excelencia. La película significó además el primer trabajo de Johnny Depp tras el conato judicial que mantuvo con su exesposa, Amber Heard. Su labor personificando al monarca resulta virtuosa justamente a partir de una expresión más contenida y sutil, lejos de los excesos que caracterizan a sus personajes más populares.