Un escenario retrofuturista recibe al público, mientras el personaje de la psiquiatra, con aires que recuerdan a la maravillosa y exótica Vulnavia interpretada por Virginia North en el film “El abominable Dr. Phibes”, se pasea con imponentes botas de cuero y rodete de plumas entre cubículos de cristal y una docena de ventiladores de techo perfectamente alineados entre sí. Allí transcurre "James Brown usaba ruleros", la última obra dirigida y versionada por Alfredo Arias con dramaturgia de la francesa Yasmina Reza que, por supuesto, no trata ni de la vida de James Brown ni de las técnicas que utilizaba el cantante estadounidense para mantener su cabello impecable en todos sus shows. 

Tal como nos tiene afortunadamente acostumbradxs, la puesta en escena de Arias escapa a toda convención realista y nos ubica, en esta oportunidad, en una bizarra clínica psiquiátrica con algo de apariencia de laboratorio y un espacio coloreado por una paleta a lo Roy Andersson, en donde el matrimonio formado por Pascaline y Lionel Hutner visita a su hijo Jacob, a quien han internado por percibirse a sí mismo como Céline Dion, la superestrella pop de la música canadiense, recordada por su mega hit "My Heart Will Go On” de la película “Titanic” entre otros éxitos. 

Padre y madre, ancladxs en la más rancia normalidad dentro de la cual interpretan también sus propios roles, no encuentran la manera de comprender la forma adecuada para acercarse a Céline, a quien niegan llamarlo por ese nombre, y mucho menos permitirse, aunque sea por el instante que dura la visita a la clínica, jugar a ser otras personas, lo cual trae la consecuencia inmediata de la angustia, la fragilidad, el desconcierto y todo aquello que aflora irremediablemente ante la imposibilidad de permitirse una otra posibilidad de ser. 

Entretanto Céline, encarnada por un Dennis Smith que lo deja todo en el escenario con una técnica vocal insuperable, luce con glamur sus vestuarios exóticos y sus raros peinados nuevos, mientras planea giras por Sudamérica y pasa sus horas cantando los hits de su estrella favorita en la que ahora se ha convertido, acompañada por otro paciente de la clínica, Philippe, que se percibe a sí mismo afroamericano a pesar de ser racializado como hombre blanco.

Estrenada en el último FIBA y ahora en el Sarmiento, protagonizada por Marcos Montes, Claudia Cantero, Dennis Smith, Adriana Pegueroles y Juan Bautista Fernandini, “James Brown usaba ruleros” es una comedia sin límites que coquetea con el absurdo en un escenario surrealista, habitado por una escenografía extrañada y profundamente hermosa que se inunda de una estética camp y desbordada, en la que todo lo que ocurre hace tambalear cualquier intento de patologización y categorización por parte de una sociedad que necesita definirlo todo para ejercer su dominio con el diccionario de las identidades aceptables y toleradas. 

Inspirada en los conciertos reales que daba en su dormitorio el hijo de la autora durante su infancia, caracterizado como Céline Dion ante una madre fascinada y un padre horrorizado, Yasmina Reza se pregunta y nos pregunta si "¿Hay mayor alegría que jugar a ser otro? ¿Pero quién puede cantar su alegría solo?". Será por eso que en esta historia nunca nadie está realmente solo (o no quiere estarlo), y la música, las actuaciones deliberadamente exacerbadas, el impecable diseño de vestuario de Julio Suárez, la huida del realismo embotado en el que suele caer la mayoría de las obras de la cartelera porteña y los objetos estéticos híper refinados, dan cuenta de una pieza integral en la que el timing de las performances, los sonidos, las melodías y la iluminación funciona con la precisión de un reloj suizo, pero con el horario de algún otro planeta de un sistema solar lleno de maravillosas excentricidades y fantasías musicales.

Funciones: de jueves a domingo a las 20 en el Teatro Sarmiento, Av. Sarmiento 2715.