"Lacan llama no-relación sexual al hecho de que no exista un programa preestablecido entre dos cuerpos que hablan. ¡Ciertamente! Pero ¿qué hay? Jacques-Alain Miller tiene una respuesta: "Incapaces de fundarse a nivel sexual en una relación significante, la pareja se basa en una relación a nivel de goce".
¿Cuál es esta relación a nivel del goce? Hay parejas, es a menudo lo que oímos hablar en nuestra práctica clínica. Si no hay relación sexual, es decir, si todo el mundo está solo en su goce, ¿cómo funcionan estas parejas?
La contingencia
De hecho, lo que no se escribe -la relación sexual- permite algo: la contingencia. Puesto que no hay un saber preinscrito en lo real, la contingencia está ahí para decidir el modo de goce del sujeto. Esta es la condición del síntoma. "La relación de pareja presupone que el Otro se convierte en el síntoma del parlêtre, es decir, un medio para su goce".
Otro nombre para esta contingencia, este encuentro, es el "amor". El amor no es una experiencia directa e instintiva, está mediado por el síntoma.
Por eso Lacan definió el amor como "nada más que un encuentro, el encuentro en la pareja de los síntomas, de los afectos, de todo lo que marca la huella de su exilio, no como sujeto sino como hablante, de su exilio de la relación sexual.»
Amores dolorosos
Este exilio es este lugar de goce construido a partir del aparato significante de su núcleo íntimo y que, al mismo tiempo, está fuera del significado, de cierta manera prohibido. Esto es lo que llamamos extimidad.
El amor se puede definir como el encuentro de síntomas y de afectos que marcan la huella de mi exilio. Enraizado en el exilio fundamental del parlêtre, el amor tiene claramente su parte de dolor.
La desesperación, la pasión y la incomprensión están a la carta. Con el amor, cada uno está tocado en lo que tiene de más íntimo porque se trata de compensar un real insoportable.
Amor suplencia
Curiosamente, la palabra "intimidad" aparece a menudo en boca de los pacientes jóvenes, como algo que hay que evitar. Going all the way, o tener relaciones sexuales, fue otrora la expresión del amor más ardiente de una mujer; hoy en día, a menudo es un acto llevado a cabo bajo el mandato "¡Goza!".
Para algunas mujeres, ahora es más fácil "hacer el amor" que confiar su amor a un otro. Y, sin embargo, ya sea por miedo a la intimidad, por rechazo a ser dominada o por la lucha por la igualdad -tantas "nuevas normas de discurso que atacan implacablemente a un patriarcado que ya está en declive"– para cada uno permanece el saber hasta de qué manera íntima (éxtima) se encuentra con la no-relación.
Estructuras significantes
¿Cómo hace partenaire con su síntoma? ¿Cuáles son las "estructuras significantes del cuerpo que determinan a un partenaire como medio de goce"?
La paradoja es precisamente que este exilio de la relación sexual está en el fundamento de la posibilidad misma del encuentro, el nuevo factor que permite reconsiderar el amor no solo como narcisista, no necesariamente condenado al fracaso, sino como una suplencia a inventar a partir de su síntoma.
*En Psicoanálisis Lacaniano del 02-12-2024.