Hubo catarsis en medio de un silencio que inquieta. Un silencio matizado con un temor pocas veces visto a los escraches del Gobierno, fenómeno curioso en el polo de poder más importantes del establishment nacional. La primera reunión de la Unión Industrial Argentina (UIA) luego de la Conferencia Anual que fue vaciada por el presidente Javier Milei fue un racimo de quejas por una recesión a la que no le ven fin, rechazo a la apertura importadora que extermina a las pymes, cuestionamientos al dólar clavado y una alerta: para la actividad, la temporada de verano será "de espanto".