"No aleguen censura. Es tan amplia la libertad que les reconocemos, que permitimos que continúen publicando sus usuales insultos, sus aburridas descalificaciones y sus sistemáticas mentiras", escribió Agustín Laje y en un sola frase demostró su odio hacia PáginaI12 y su idea de libertad, a la que considera una concesión y no un derecho. A través de una publicación en su cuenta de X, uno de los referentes de la ultraderecha argentina celebró la censura contra este diario, que fue excluído de la cobertura de la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) de Buenos Aires.

Pero no fue la única frase violenta, Laje destiló mucho más desprecio y acusó a este diario de ser "parte del cáncer que destrozó a nuestro país", en un declaraciones que permiten hacer una comparación histórica del odio hacia Evita con la expresión "Viva el cáncer". "Nadie está obligado a invitar a un grupo tan despreciable de personas a un evento privado", agregó.

La celebración de la exclusión de este medio de la reunión de la ultraderecha por parte de Laje dejó en claro las ideas de "libertad" que manejan los intelectuales de LLA. "Que vayan a desinformar a otra parte", sostuvo el autor de La batalla cultural y Los mitos setentistas. "No, zurdos empobrecedores disfrazados de periodistas; nadie los censuró. Simplemente, no fueron invitados", siguió y dejó ver la intolerancia hacia las voces no oficialistas. Lo curioso es que antes, en otro tuit, no hablaba del derecho o no a invitar a alguien sino que celebraba la censura a este diario al afirmar: "¡Excelente decisión! Ni una sola migaja para los zurdos empobrecedores disfrazados de periodistas". 

Pero su verborragia también desnudó las falacias de sus argumentos. La respuesta de la organización ante el rechazo de la acreditación fue que existía "una alta demanda" de medios. Algo que Laje mismo desmontó al escribir: "¿Pero cómo iban a ser invitados, si históricamente han dedicado su pasquín de cuarta a insultarnos, a mentir sobre nosotros y a desinformar? ¿Cómo iban a ser invitados a un evento privado en el que los oradores y el público asistente ha sido calificado por ustedes como “ultras”, “fóbicos”, “retrógrados” y demás sandeces?".

Sin embargo, las imágenes dejaron ver un auditorio vacío, con apenas algunos asientos ocupados. Las fotos muestran a los expositores y expositoras hablando casi en soledad y decenas de sillas vacías. Lo que demuestra que la decisión de excluir a PáginaI12 poco tiene que ver con la capacidad del auditorio, sino con un decisión política de exluir a los medios independientes.

Luego de conocerse el rechazo, desde este diario se pidió una explicación y la respuesta fue llamativa ya que indicaron que no era el único medio que se quedaba afuera sino que había "otros similares". Sin duda, un eufemismo para justificar que no quieren periodistas de medios que no son afines al gobierno. Laje no es cualquiera, es el presidente de la Fundación Faro, que se lanzó en noviembre en el Yacht Club de Puerto Madero, con una invitación de 25 mil dólares el cubierto.

Antifeminista, paleolibertario, transfóbico, homofóbico, Agustín Laje celebra no sentir la incomodidad de que un diario que da lugar a voces que menosprecia y esa agenda tenga posibilidad de informar de primera mano sobre la conferencia conservadora. "¿Esto es liberal, no?", le preguntaron en redes tras su celebración de la censura y respondió en su lógica privada de ideas: "Sí, se llama derecho de admisión en un evento privado; en efecto, es un principio liberal de suma relevancia".

Catarata de odio

Una vez que se publicó esta nota, Laje amplió su catarata de odio: