Aun en épocas de ajuste y de demonización de lo estatal, los hospitales públicos continúan dando buenas noticias. En este caso, un equipo de profesionales del Garrahan logró un hito para la medicina en Argentina y Latinoamérica: trasplantó un hígado que provenía un donante pediátrico en parada cardíaca (o asistolia), es decir, cuyo corazón ya no funcionaba y había fallecido. Quien lo recibió, un niño de dos años que estaba internado en terapia intensiva desde el 20 de noviembre, se recupera de manera favorable.