En la muestra "Tierra, mitos y fábulas", que se puede visitar el 5 de diciembre en la Galería Fundación Pasaje 865 (Humberto Primo 865), curada por Sergio Cruz, las artistas Rosario Cárdenas y Claudia Monti presentan algunas de sus obras más recientes. “La pintura no inventa un mundo para sí,… sino que se constituye en paisaje que debe vivirse…un mundo donde aún se escucha, atenuado y tamizado, el susurro de los seres”, retoma a Francois Jullien, Ana Aldaburu, la autora del texto curatorial.

“Rosario presenta obras sobre papel: sus materiales son el óleo pastel, el acrílico y la tinta serigráfica. Algunas son de una geometría laxa donde la pulsión de la pincelada se manifiesta en gestos que son pura fuerza. La artista comparte aquello de que la figuración es más bien un medio de hacer perceptibles cualidades, situaciones, seres que importan, de quienes presentimos la existencia. Concepciones que sostienen un continuum entre ser humano y naturaleza y en las que, así como la imagen es poseedora de la capacidad de agenciamiento, el paisaje habitado por seres de otra dimensión nos incluye”, dice Aldaburu sobre la obra de Cárdenas. Y es que la artista invita, desde su obra, a reflexionar sobre la madre tierra y a pensar de qué manera la violencia contra las mujeres y contra el eco sistema van de la mano.

En cuanto a la obra de Claudia, Ana detalla que “en sus primeras pinturas explota el principio de la metamorfosis, generando vínculos inéditos entre la forma y el espacio. Es asistir a la eclosión de formas y colores coronando un universo de fábula, de mundos imaginarios que alcanzan el espacio del mundo real, y en donde se manifiesta la vitalidad de su propuesta”. Para Ana, la obra de Monti trae consigo una multiplicidad de puntos de vista, de perspectivas que contribuyen a la creación de un “paisaje-fábula celebratorio que la artista nos invita a habitar”.

Rosario Cárdenas. 

Cárdenas, además de presentar cuadros, expone 3 rollos de 4 metros cada uno, que cuelgan desde el techo y continúan en el piso. “En su desencadenamiento, deslizamientos y oposiciones componen un fresco, un relato de los desgarros de nuestro planeta. Esos desgarros son materializados por la artista en perforaciones que funcionan a la vez como herida y como abertura y conexión a otras dimensiones posibles”, dice Ana sobre la pintura de Rosario.

La artista cuenta a Las12 que “sin duda pueden pensarse como heridas o desgarros porque los rollos los pinté este año que vivimos un contexto político de mucho dolor y devastación".

En esta muestra la tierra o la naturaleza están representadas como un ser viviente, formado a su vez por muchos seres y espíritus que juegan su papel en esta historia y las fábulas están retomadas desde lo onírico, la infancia y el juego. Es una invitación a reflexionar sobre nuestro paso por el mundo y nuestra relación con la naturaleza, pero también a la celebración de estar aquí y habitar este espacio como si fuera un juego.