Ni transparencia ni "combate a los chorros". La forma en que el gobierno "administra los bienes del Estado" tiene poco que ver con "acabar con la vieja casta" y sí, en cambio, puede llegar a plantar nuevos casos emblemáticos de estafas al erario público, con grandes grupos empresarios muy bien identificados como beneficiarios.

Los casos del INTA y de Tandanor son dos alarmantes ejemplos. El primero