Erlend Øye es una de las figuras representativas de la escena musical indie que surgió en los 2000, y en la que los países nórdicos jugaron un rol fundamental, más allá de Björk. Desde su Bergen natal, cuyo paisaje suele comparar con el de la Patagonia argentina, el músico noruego construyó una reputación que se basa en su facilidad camaleónica para adaptarse a diferentes estilos y para concebir proyectos. Tras emocionar con el dúo folk Kings of Convenience y de poner a bailar a una generación junto al grupo The Whitest Boy Alive, el artista se enganchó con la música del Mediterráneo. A tal punto, que se instaló en el sur de Sicilia y armó La Comitiva, con la que vuelve a Buenos Aires, este domingo 8, a las 20, en Teatro Vorterix (Federico Lacroze 3455), para presentar su álbum debut, lanzado en mayo y titulado igual que el cuarteto.
Al estilo de Manu Chao, el icono escandinavo se tornó en un trotamundos, haciendo amigos a donde quiera que vaya, que suelen llamarlo “Erlend” antes que “Arlend” (en realidad, se pronuncia así), y absorbiendo tal cual esponja ritmos de todas partes. Y para muestra de esto último se encuentra su flamante repertorio, en el que una canción típicamente siracusana de pronto se transforma en una bossa nova. “La influencia que tenemos de la música brasileña se dio gracias a la inclusión del cavaquinho entre nuestra instrumentación”, explica el músico y compositor, a través de zoom, desde Río de Janeiro. “Luigi, quien es parte de la banda, es muy fan de la música brasileña. Cuando aprendió a tocarlo, empezó a tender puentes con otros sonidos”.
-La música mediterránea tiene muchos puntos en común con la música brasileña. Al hacer este disco, ¿te diste cuenta de ese diálogo?
-Las estructuras de las canciones de la música italiana de los años '60 son similares a los de la música brasileña. Es más: João Gilberto tiene un cover de “Estate”, cuyos autores son los italianos Bruno Martino y Bruno Brighetti, y es perfecta para hacerla en bossa nova. Algo que encontré en común en esa relación es la dulzura, la fluidez y el desarrollo de los acordes.
-Una de las características de tu carrera es la exploración de géneros, no importa de dónde provengan. ¿Qué te atrae de toda esa parte de la música?
-A partir de que Kings of Convenience tuvo éxito, me quedó claro que llegarían más cosas. Sin embargo, Erik, el otro integrante del grupo, no tenía la intención de salir de ahí. Todo lo contrario a mí. Básicamente, todos mis proyectos paralelos los hice en otros países por mi deseo de descubrir el mundo. Quería conocer gente y aprender un montón de música, lo que refleja mi primer álbum solista, en el que me metí con la electrónica y que grabé en varias ciudades, mientras que en Legao hice reggae con una increíble banda islandesa. Gracias a ese disco entendí que mi aversión por el reggae era sólo un gran prejuicio y comprobé que podía escribir canciones diferentes.
-¿Cómo surgió la idea de La Comitiva?
-La Comitiva comenzó en 2016, pero nunca fue pensada propiamente como una banda porque Siracusa es una ciudad muy pequeña para poder hacer cosas relacionadas con el entretenimiento. Sin embargo, con otras siete, ocho o nueve personas nos juntábamos en la calle o a cocinar para tocar canciones latinoamericanas y sicilianas. Disfruté mucho de vuelta el sentimiento de estar aprendiendo algo nuevo gracias a la música, porque es muy difícil para mí hacer todo el tiempo temas de un mismo estilo. A partir de esa espontaneidad, surgieron las canciones que ahora estamos tocando. Al igual que sucedió con mi carrera solista, moverme a otro lugar me sirvió de inspiración.
-Pese a todos los años que le invertiste al grupo, recién salió su primer álbum. Se tomaron su tiempo para hacerlo.
-La idea de La Comitiva empezó a tomar más forma de grupo a partir de los shows que yo mismo programé en Chile y la Argentina en 2018. Inicialmente iba a ir solo, pero le pregunté a esta gente que mencioné si quería hacer conmigo esos recitales. Marco, Luigi y Stefano dijeron que sí. Mientras preparábamos el repertorio, y como aún no era una banda, probamos hacer algunos bocetos de canciones que inventamos. Más tarde llegaron la pandemia y el nuevo disco de Kings of Convenience, lo que retrasó poder juntarnos para componer. Hasta que finalmente el círculo se cerró.
-Generalmente cantás en inglés, pero en el disco lo hacés también en italiano, y te sale con naturalidad. ¿Alguna vez cantaste en noruego?
-Llegué a componer en noruego cuando tenía 19 o 20 años (el 21 de noviembre cumplió 49 años), pero nunca pasó de ahí. Lo que no quiere decir que alguna vez vuelva hacerlo e incluso a grabarlo. Hoy me parece ridícula la decisión de haber elegido cantar en inglés. Fue un impulso hispter. Cantar en italiano es una sensación fabulosa, podés hacer cualquier cosa en ese idioma y queda bien.
-DJ-Kicks es una de las series de compilados más importantes de la música pop y electrónica. De entre todos los artistas que pasaron por ahí, tu curaduría fue una de las que tuvo mayor éxito. Además, te atreviste a meter algunas voces, lo que tornó a ese disco en uno de las génesis de la indietrónica. Este año se cumple el 20 aniversario de ese disco. ¿Qué recordás de ese momento?
-Hasta el día de hoy, ese disco sigue teniendo repercusión. Me pone muy feliz que mucha gente alrededor del mundo se haya conectado con esas canciones. Mi idea era demostrar que la música electrónica no era tan solemne como se pensaba. Como no tuve los derechos para usar ciertos temas, decidí cantarlos a capella sobre otra base musical, lo que lo convertía en una canción nueva. Fue tan fuerte lo que sucedió con el disco que esas canciones todavía me siguen. Es más, La Comitiva no hubiera existido sino fuera por DJ-Kicks.
-Tu faceta como DJ devino en una afección a tu audición. ¿Cómo la estás llevando?
-Los oídos me quedaron muy dañados de mi etapa de DJ. Por eso me encanta hacer música acústica ahora, porque no me duele de la misma manera. Eso limitó mi vida, pero desde que vivo en Siracusa, debido al entorno y al estilo de vida, lo llevo mejor.
-Algunos te consideran un héroe del indie. ¿Qué opinás de eso?
-Si alguien piensa en mí como héroe del indie, sólo puedo decir que me pone muy contento.