Bajo el lema Diciembre Solidario, hoy a partir de las 17, el Anfiteatro Municipal Humberto de Nito recibirá una verdadera nómina de artistas notables, todos reunidos bajo la misma premisa. De esta manera, la música sonará de forma colectiva en los nombres de Coki y Killer Burritos, Homero y sus Alegres, Rosario Smowing, Pablo Pino, Dipi Carabajal y Session Groove. El festival, organizado por la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (Utep) es a beneficio de los comedores comunitarios, y para la entrada se solicita un alimento no perecedero. Lo recolectado asistirá a 50 comedores y centros comunitarios dedicados a asistir a los barrios más vulnerables de la ciudad. “El objetivo del festival y de esta convocatoria es esencialmente solidaria, todo un gesto por parte de las bandas que tocan y de los productores que participan, porque lo hacen por supuesto que imbuidos de esta cuestión y absolutamente ad honorem”, comenta Hernán Sorrequieta, responsable de UTEP-Movimiento Evita, a Rosario/12.

Pablo Pino.
 

 

“Desde la Utep apelamos a esta actividad para interpelar a otros sectores de la sociedad, que indudablemente, si bien no militan en alguna organización, están preocupados y repudian las políticas del gobierno hacia los sectores populares, particularmente en nuestros barrios populares. Hay importantes sectores de la sociedad y sectores medios en Rosario indignados ante la situación que se da en los merenderos y comedores, donde hay un desabastecimiento totalmente sistemático y planificado por parte del Gobierno Nacional, destinado a generar hambre. Ésta es la realidad. Y en ese sentido, desde la Utep y los movimientos sociales, venimos dando una pelea desde el comienzo a este gobierno, ya que no cumple con la responsabilidad que tiene. De hecho, ha salido ya el décimo fallo judicial que obliga al Ministerio de Capital Humano a restituir la asistencia alimentaria”, continúa Sorrequieta.

Coki y Killer Burritos.
 
 

 

-Es el décimo fallo judicial, algo que evidencia la decisión del gobierno de no hacer lo que le corresponde.

-Naturalmente. En primer lugar, nosotros estamos peleando contra la política económica del gobierno, eso está claro, porque está dedicada, básicamente, a acrecentar dramáticamente la pobreza, destruir los sectores medios, y favorecer a los sectores del capital concentrado. Una política que plantean abiertamente. Y después está la reivindicación concreta de este millón de pibes que se van a dormir todas las noches sin comer. En ese sentido, nosotros venimos planteando y peleando para que el Ministerio de Capital Humano, que ya tiene un presupuesto asignado para la asistencia alimentaria, lo ejecute. Porque ése es otro problema: hay dinero, hay presupuesto oficial que tiene el Ministerio para comprar y distribuir alimentos en los comedores y merenderos de todo el país. Y no lo hace. En ese sentido va toda la causa judicial. El gobierno apeló nueve veces, para no ejecutar ese presupuesto. Por supuesto que en el fallo hay 66 comedores de entre 40 y 50 mil que existen en Argentina, pero sin duda marca un precedente y jurisprudencia para el resto de los espacios que asisten a personas en esa situación. Porque no son solo comedores y merenderos de movimiento sociales y organizaciones, sino que hay Iglesias Evangelistas, está la Iglesia Católica a través de Cáritas, hay organizaciones no gubernamentales, clubes de barrio, vecinales, a través del tejido y la red comunitaria que existe en Argentina desde hace muchos años.

-Desde tu mirada, ¿cómo enfrentan su tarea los comedores populares en estas condiciones?

-Lo que vemos, como parte de la Utep y Movimiento Evita, en cada uno de los barrios donde tenemos una compañera responsable de su comedor o del merendero, es que se han convertido o reconvertido en espacios comunitarios de contención. Donde antes te daban la comida, hoy se da muchísimo menos, pero son espacios de puerta abierta para acompañar la situación con lo que se puede. En esta situación, donde el gobierno ataca permanentemente al conjunto de los argentinos y genera condiciones de vida que son invivibles, ahí están las organizaciones de trabajo comunitario para de alguna manera abrir sus puertas y dar un abrazo a su hermano y hermana. Esto es lo que pasa hoy, y en la medida que se puede, nuestros compañeros y compañeras piden donaciones y buscan la manera de por lo menos hacer alguna copita de leche o alguna comida en la semana, para dar una mano en el barrio.

-¿Cómo surgió la propuesta del festival y la participación de tantos músicos?

-En esto hay que destacar a los artistas, a la Cooperativa Cronopios, que hace sonido e iluminación, y a los productores de la ciudad de Rosario que, ante el llamado y la convocatoria con esta idea, se sumaron inmediatamente y lo han hecho algo propio, que difunden. Eso es lo bueno, que sientan esta movida solidaria, para que ponga de relieve el problema que tenemos. Visibilizarlo todos los días, un poco más, es importante, porque es importante que no se naturalice que hay un 50% por ciento de pobres, que hay un millón de pibes en Argentina que comen una vez al día y se van a dormir sin comer. Seguramente, la convocatoria va a ser muy buena, porque creo que la sociedad en general se siente agredida por el gobierno, incluso aquellos que lo han votado de buena fe y que hoy ven cómo se está avanzando en un montón de cosas que son perjudiciales para sus propios intereses, o que a lo mejor la están pasando dentro de todo relativamente bien, pero saben que hay hermanos que la están pasando muy mal, que padecen el hambre y la miseria. Así que esperamos una buena convocatoria; además, las bandas están buenísimas, mueven mucha gente, y hacerlo con este propósito, la verdad, hace que sea todavía mejor.

El evento comenzará a partir de las 17 y se extenderá hasta la noche, con actividades para todas las edades, food trucks, y una feria de emprendimientos locales. Para más información, consultar las redes oficiales del evento.