La historia de una reforma blanca de la Constitución provincial se terminó. En realidad nunca existió. La necesidad de la reforma se alcanzó primero porque nunca hasta ahora un gobernador había necesitado tan pocos votos por fuera del bloque oficial para conseguirla y, segundo, porque ya tenía mayoría especial requerida en el Senado. Es decir que Maximiliano Pullaro era el único que tenía en sus manos la posibilidad de sepultar los sueños reformistas o de llevarlos a cabo hasta el final.

La ley que declaró la necesidad de la reforma constitucional esta semana fue un acuerdo de cúpulas. Como no podía ser de otra manera, como lo hicieron a nivel nacional en 1994 Raúl Alfonsín y Carlos Menem. Salvando kilómetros de distancia y trayendo la escena a la liga provincial, el acuerdo fue entre Pullaro y su antecesor Omar Perotti. El exgobernador obviamente no se siente conducido por el Partido Justicialista de Santa Fe y tampoco conduce al resto del peronismo. Pero sí orienta una bancada de cinco diputados que fue más que suficiente para aportar el número necesario (en realidad sobraron tres votos) para posibilitar el éxito de la ley. Es más, hasta hubo holgura para que uno de esos diputados -el exministro de Economía Walter Agosto- votara en contra de la iniciativa.

El resto de los diputados y senadores del peronismo optaron por una posición testimonial en contra de la reforma de la Constitución de Santa Fe. Incluso alguno de ellos habían presentado en su momento proyectos para modificar la Carta Magna vigente desde 1962. El único argumento fue el que señala que Pullaro busca su propia reelección. Claro que es así, porque es el verdadero motor político de una reforma constitucional. De nuevo, como lo fue a nivel nacional en 1994 cuando Menem buscaba ser reelecto.

El peronismo santafesino volvió a exhibirse dividido cuando hubiera ganado más cediendo al proyecto de Pullaro pero mostrando fortaleza de cara a la elección de los convencionales. El testimonio de la oposición a un gobierno que está fuerte rinde según la temática: No es lo mismo votar en contra aún perdiendo en la reforma previsional que fue una ley de ajuste a los estatales santafesinos, que hacerlo en ocasión de declarar la necesidad de la reforma de la Carta Magna.

El diputado Marcos Corach fue el encargado de hablar de parte del bloque que orienta Perotti. Y señaló que los argumentos de los últimos 30 años se repetían respecto de la necesidad de la reforma constitucional. Todos son reformistas pero nunca es el momento de proceder, "ahora se repite el mismo argumento", dijo Corach y señaló que  "hay que estar más atentos, hay que ser más pillos porque también es el momento en que los santafesinos deban elegir representantes para garantizar el piso de los derechos de los ciudadanos de esta provincia". Y aseguró estar convencido de que "para defender las ideas, primero hay que juntar los votos".

Es absolutamente cierto que los intentos reformistas de los últimos 30 años fracasaron por mezquindades políticas. Y es real también que todos los legisladores saben que los cambios constitucionales no son una prioridad en la demanda de los ciudadanos. Por eso también, siempre fue un riesgo poner el tema en agenda y encima sumarle a la gente una cita más a las urnas.

Con todo, el gobernador deberá ganar con buen margen las elecciones de los convencionales constituyentes porque la reelección para quien juró por la antigua Constitución sólo podrá ser garantizada dentro del debate de la Convención. En el núcleo de coincidencias básicas, una de las pocas garantías blindadas es la supervivencia del Senado santafesino: No estará en debate su desaparición ni siquiera su más mínima modificación. Eso sí que no se toca.

Suponiendo que la reelección del actual gobernador (primero debe imponerse en la Convención para lograrlo y después debe ser votado masivamente para volver a ocupar el cargo) fuere un sapo que hay que tragar; quedarán en el cambio algunos puntos que suman para la institucionalidad. Entre ellos la modificación del piso electoral para acceder a una banca en la legislatura lo que puede dar más chances a los partidos políticos más chicos, la modificación de los super fueros para los legisladores provinciales, la limitación de las reelecciones, la autonomía para Rosario, la extensión a cuatro años de los mandatos de los presidentes comunales y la participación ciudadana a partir de mecanismos de democracia semidirecta, entre otros.

La campaña electoral comenzará en febrero y será un test para las provinciales de abril y las nacionales de mitad del año que viene. Se especula con que las principales figuras de cada partido estarán anotados para la disputa por los 69 sillones para los convencionales constituyentes, aun aquellos que votaron en contra de la necesidad de la reforma. Quizás hasta el propio Pullaro se apunte como cabeza de lista junto a dos exgobernadores y actuales senadores nacionales por Santa Fe. Va a ser una buena oportunidad para medir fuerzas en el electorado y proyectar apoyos para más adelante. Para los que ya estaban decididos a no exponerse en los comicios del 2025, es una gran oportunidad para que su nombre vuelva a ser recordado por la sociedad. Sumar una campaña más antes de la compulsa grande del 2027.

Pullaro se convenció de que debía arriesgar en una elección provincial y bajar el perfil en las nacionales porque considera que La Libertad Avanza llega muy bien parada a los comicios nacionales de medio término. No fue suficiente la amenaza de la diputada nacional libertaria Romina Diez cuando le advirtió al gobernador de Santa Fe que le iban a “frenar su reelección” a través de “coparle los convencionales reventando las urnas”. Pullaro cree que eso sólo sería posible si el presidente Javier Milei se involucrara personalmente en la elección de quienes deberán armar la nueva constitución provincial. Y no lo ve muy probable.

Será la primera elección de los últimos años sin primarias abiertas, simultáneas y obligatorias. Los partidos políticos deberán resolver sus internas para presentar una única lista por fuerza respetando la ley de paridad de género. A nivel nacional el presidente mandó a extraordinarias un proyecto que también elimina las PASO y ya se impuso la boleta única que rige desde hace tiempo en Santa Fe. También, la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner está pidiendo una nueva reforma de la constitución nacional porque "no podemos seguir yendo a elecciones cada dos años". Por más de una razón, los comicios provinciales de abril de convencionales constituyentes serán un experimento electoral para las compulsas del futuro.