“Si atacás la generación de desarrollos científicos básicos desde el Estado, atacás el desarrollo privado”, afirma Javier Rodríguez. El ministro de Desarrollo Agrario bonaerense expone el antagonismo entre la Provincia y la Nación respecto al vínculo con el sistema científico y tecnólogico. Por eso, desde su cartera, se organizó la primera Mesa Provincial de AgTech, o agrotecnología, en Tandil para unir criterios en la elaboración de soluciones para el campo a partir de la industria informática.
“Hay investigación básica que se desarrolla en el sector público, por lo que atacarlos es es cavarse la fosa, es cortarse las piernas”, agrega Rodríguez a su definición inicial.
Con esta bandera sobre la mesa, setenta actores vinculados al sector AgTech, más de treinta facultades, institutos, escuelas, casas de estudio relacionadas con las tecnologías digitales, entidades agropecuarias, treinta empresas del sector y actores del ámbito público, se dieron cita en la Universidad del Centro (Unicen) de la provincia de Buenos Aires.
El entusiasmo de todas las partes estuvo, según se desprende las conversaciones que mantuvo Buenos Aires/12, en un eje: la necesidad de que le sector público y el privado articulen para potenciar una industria relativamente joven.
Esta premisa quedó impresa en la lectura de Rodríguez respecto a la jornada que se llevó a cabo a mediados de noviembre. Remarca el valor de “muchas experiencias de tecnologías que se están aplicando en la provincia y en Argentina y que no todos los presentes las conocían”.
Entre ellos, Fabio Knell, titular de la Organización de Aplicadores de Fitosanitarios de Tandil, que coincide con este análisis y sostiene que es un avance “importantísimo” la conformación de este nuevo ámbito de trabajo. “Es un fundamenta que haya una estructura de gestión estatal al servicio de juntar las puntas, de vincular los extremos de las cadenas y buscar alternativas de financiamiento”, señala.
Misma conclusión saca María Isabel Camio, directora del Programa para el Fortalecimiento del Ecosistema AgTech de la Región de la Unicen. “Acá aparecieron actores que hacen cosas similares que de otra manera no se conocen”, indica la investigadora, autora de un mapeo de la realidad de las agrotecnologías en la región y que grafica la necesidad de la articulación entre todas las partes.
Este trabajo, encarado con su equipo en la universidad, muestra que en más de 200 firmas relevadas, se identificaron 93 actores vinculados al desarrollo de Agtech en las localidades de Tandil, Azul, Olavarría, Balcarce, Tres Arroyos, Mar del Plata, Necochea, Miramar, Bahía Blanca, entre otras. Con 51 se logró el contacto para que respondan una encuesta y los datos recabados son contundentes sobre la necesidad de la interacción entre los sectores.
Del informe de la Unicen se desprende que el 82,5 por ciento orientan sus desarrollos al sector primario de la producción agropecuaria, donde se destaca la plantación de papa y girasol, en lo que respecta a cultivos extensivos, pero también hay desarrollos destinados a la apicultura, vitivinicultura cannabis, ganadería vacuna, cerveza y maquinaria agrícola.
A su vez, el 68 por ciento de los actores mantienen vínculos con Centros de I+D, entre los que se destacan la Unicen , el INTA Balcarce, el INTI Mar del Plata y 9 de Julio, la Universidad de Mar del Plata y el Conicet. En este sentido, más de la mitad de las empresas respondieron que el principal motivo de la articulación con estas instituciones es para el desarrollo conjunto de investigaciones.
Las preguntas sobre el rol del Estado no fueron la excepción. En lo que respecta a las fuentes de financiamiento, el 30 por ciento respondió que su principal inversión provino de fondos estatales, otro 30 dijo que “de amigos y familia” y recién un 20 habló de fondos de versión, mientras que solo un 10 por ciento contestó que inversores ángeles cumplieron el rol de financiamiento.
Pero, más allá de si es el principal inversor o no, el 51 por ciento de los encuestados, manifestó “haber obtenido fondos de programas estatales para desarrollar alguna actividad productiva, de capacitación o de reducción de tasas”.
Así, el objetivo de la Mesa de acercar las partes emprendió su camino. Pero, para Rodríguez, hay un siguiente paso inmediato que no puede faltar: acrecentar los índices de acceso de pequeños y medianos productores a estas herramientas. Para ello, el económico es un factor importante, pero también lo es la interacción entre los desarrolladores para comprender qué y cómo se produce en la provincia y que variantes son necesarias tener en cuenta para los productores de escala menor.
Precisamente, para Rodríguez hay dos desafíos importantes. El primero, difundir y facilitar el acceso a esta tecnología. El segundo, desarrollar tecnologías que sean "apropiadas" para la producción bonaerense.
En este sentido, el ministro subraya que la presencia de distintas entidades del agro durante la primera mesa del encuentro buscó que las necesidades del sector productivo estén expresadas en toda su maginutd. “Tenemos un agro con productores de escalas diferentes y el desafío es que incorporen todas las escalas”, remarca. Aclara que, históricamente, las tecnologías de mecanización fueron diseñadas, fundamentalmente, para productores de gran escala.
El rol de las AgTech
“Cuando hablamos de AgTech, hablamos de tecnologías, fundamentalmente informáticas para la producción en el agro”, define Rodríguez. “Hoy hablamos de agricultura y ganadería de precisión, donde hay desarrollos informáticos que permiten identificar en un predio donde hay un yuyo al que se le debe aplicar determinado herbicida y hacerlo sólo en ese punto”, detalla el ministro.
Para Knell, que encabeza la organización que nuclea el rubro al que se dedica, “todos los días hay ofertas nuevas y productos nuevas”. Habla de la incorporación de monitores de rendimiento en consechadoras que permiten mapear el suelo y permite dosificar los fertilizantes según el rendimiento, acrecentando la eficiencia. También menciona los pulverizadores que mapean y evitan la superposición. Hace referencia al uso de drones que detectan malezas y reconoce que “pensar esto años atrás era ciencia a ficción”.
Esta cuestión del tiempo es algo que también se analiza en el trabajo de la Unicen. La enorme mayoría de las PyMEs que se dedican al desarrollo de tecnologías para el agro se fundaron en los últimos diez años, con una explosión prominente entre 2018 y 2021. “Hoy hay empresas bonaerenses produciendo tecnología de punta”, asegura Knell.
Y, sobre este logro, resalta que los intercambios con otros campos son estratégicos. Entre ellos, el universo científico estatal. “Todos sabemos de la existencia del INTA, el INTI o la Unicen, pero sentarse con ellos y ver la factibilidad real para poder pensar, por ejemplo, en un simulador para operarios de maquinaria, surge en esos ámbitos”, destaca el productor rural.
Coincide con Rodríguez en que, no sólo hay que potenciar el desarrollo, sino que hay que trasladarlo al uso cotidiano del productor y perseguir “mayor especificidad, mayor seguridad, mayor eficiencia en el uso de recursos, optimizando la siembra y tener un mapeo en tiempo real de la cosecha”.
Para Camio, de la Unicen, hay una capacidad desarrollada en los científicos de la región. No es casualidad, dice, la conformación de un cluster del sector en el Polo Tecnológico de Tandil. “Sí faltaría, en muchos casos, el acompañamiento de fondos”, acentúa y afirma que “para esto hace falta diálogo, porque las empresas globales cuentan con eso, pero acá se está jugando otro partido, por eso hay que hacerlo con información y colaboración para no tirar recursos”, subraya.
El embate nacional
Múltiples son los ejemplos del ataque del la gestión Milei al sistema universitario, científico y tecnológico. El desfinanciamiento a las universidades que motivó dos marchas masivas en lo que va del año, o la salida de Manuel García Solá, representante del agro en el directorio del Conicet que declaró que le “pidieron la renuncia por objetar persecución ideológica a los becarios e investigadores”.
Rodríguez pone esto sobre la mesa. Menciona los embates contra el INTA, donde prima la censura y advierte sobre la venta de las propiedades que el insituto tiene en todo el país. “Esta política que bajo la excusa del superávit ataca a un sistema fortalecido muestra que está motivado por cuestiones ideológicas porque no hay análisis ni resultados que justifiquen lo que se hace”, resume el ministro.
Advierte también que los estudios internacionales demuestran el valor del acompañamiento del Estado a la investigación y dice que "los países donde hay más investigación e inversión en ciencia, son los países donde hay más inversión del sector público, que termina potenciando al privado, por lo que esto del ajuste fiscal termina redundando en la reprimarización", sostiene Rodríguez.
En este sentido, las chacras experimentales de la Provincia que dependen del ministerio que lidera Rodríguez llevan adelante trabajos con AgTech. “Son experiencias interesantes, como el uso de caravanas con sensores individuales en el ganado bovino que te permite conocer la alimentación, el movimiento y las características de algunos animales”, apunta.
También, indica, se están desarrollando herramientas para el manejo a distancia de colmenas apícolas y otros sistemas que permiten cercar el análisis dentro de un determinado ámbito agrícola.