María Eugenia Schmuck fue reelecta como presidenta del Concejo por sexto año consecutivo y ocupará la silla más importante del Palacio Vasallo, en un año 2025 que estará atravesado por elecciones intermedias y la reforma constitucional en la provincia. En diálogo con Rosario/12 destacó la sanción de ordenanzas claves como nocturnidad, regulación de las aplicaciones para remises y el nuevo pliego de higiene urbana. También valoró el trabajo articulado entre el gobierno municipal, provincial y nacional en materia de seguridad. Sostiene que no se ve como candidata a constituyente, pero sí se entusiasma con la posibilidad de participar de la futura la carta orgánica municipal: “La autonomía de Rosario es una deuda pendiente y esperamos que se garantice con esta reforma constitucional”, dijo.
- La reeligieron por sexto año consecutivo al frente del Concejo. ¿Qué desafíos representa esa continuidad?
-Los primeros cuatro años fueron años muy complicados porque apenas asumimos nos tocó la pandemia y después una ola de violencia que lamentablemente atravesó a la ciudad. A pesar del contexto difícil tratamos de abordar muchos problemas estructurales y debates pendientes que había como alcohol cero y el código de convivencia. Este año que pasó también fue muy dinámico en cuanto a la producción legislativa. Logramos aprobar la ordenanza de nocturnidad que llevaba casi once años de debate, también aprobamos la edificación del nuevo parque industrial camino a Funes y avanzamos con el tema de las aplicaciones para taxis y remises, que todavía está en implementación. En la última sesión aprobamos el proyecto de simplificación de trámites que va a facilitar mucho las habilitaciones de proyectos urbanísticos, pero también los trámites cotidianos de los vecinos. Creo que en los últimos años hemos generado una producción legislativa acorde a las necesidades de los tiempos que estamos viviendo y eso se dio porque es un Concejo que trabaja usando sus diferencias para mejorar la calidad de los debates.
- El año legislativo comenzó con la suspensión de sesiones por los reclamos en seguridad, pero termina con las cifras más bajas de homicidio en mucho tiempo en la ciudad. ¿Qué pasó en el medio?
-Hubo un gobernador como Maximiliano Pullaro que tuvo la decisión política de terminar con el home office del delito en la cárcel, terminando con los privilegios de las principales cabecillas de las organizaciones criminales. Creo que eso permitió cortar varios de los canales de organización que tenían las principales bandas criminales de Rosario. A eso se le sumó presencia policial. Nosotros terminamos el año pasado con apenas 70 patrulleros por toda la ciudad y autoridades nacionales, como Aníbal Fernández, diciendo que los narcos habían ganado la batalla. Cuando hay decisión política, recursos e inteligencia criminal, los resultados están a la vista. Todavía falta mucho, porque la seguridad sigue siendo un tema crítico y no lo hemos eludido. Pero sin dudas vamos en el camino correcto.
- ¿Qué rol tuvo el gobierno nacional en este aspecto?
-En materia de seguridad hubo una gran articulación dentro del Plan Bandera. Incluso comenzamos a trabajar juntos en la urbanización de Tablada, uno de los pocos anuncios de obra pública que ha tenido el gobierno nacional en el interior. Creo que tiene que ver con la prioridad en términos de seguridad que se ha establecido en todos los niveles del Estado para Rosario.
- La ordenanza de nocturnidad se aprobó después de muchos intentos. ¿Quedó conforme con ese proceso? ¿Cómo se está implementando?
-Fue un proceso difícil y de mucho tiempo. La discusión en el Concejo fue muy rica porque nosotros recibimos a todos los actores. Hicimos una audiencia pública donde los vecinos pudieron manifestar su opinión en cuanto a la vieja normativa y nos dieron muchas pautas para discutir la ordenanza que hoy está vigente. Nos planteamos tres objetivos: el descanso de los vecinos, la previsibilidad normativa para poder invertir en la ciudad y que los rosarinos tengan una oferta variada para poder salir a disfrutar. Estamos contentos porque entendemos que con esta norma eso se garantiza.
- Otro tema que generó discusiones hacia adentro del Concejo fue el pliego de higiene de urbana, que tuvo despacho esta semana. ¿Cómo sigue?
-Es un pliego que tiene algunas innovaciones, porque el Ejecutivo lo manda con una infraestructura necesaria para después poder convertir parte de esos residuos en biogás, lo que hace que se entierren menos residuos y que se pueda producir energía. Hemos incorporado muchos de los pedidos de los concejales de la oposición y también de sectores de Unidos. Era un tema que nos interesaba aprobar antes de fin de año y terminó saliendo el último jueves. Ahora nos queda el pliego de basura cero y de recolección para tratar el año que viene.
- ¿El Concejo va a tener algún rol en la venta de terrenos en Puerto Norte por parte del gobierno nacional?
-Hubo muchos proyectos en el Concejo para darle indicadores urbanísticos que nos permitan coordinar con Nación y poder dinamizar ese sector, pero en general sin éxito. Tenemos expectativas de poder coordinar con Nación, que es el propietario, para poder plasmar el proyecto de ciudad que estamos construyendo con el intendente Pablo Javkin.
- ¿Cree que el Concejo puede aportar más a los problemas de seguridad? ¿Es una deuda pendiente?
-Hace poco aprobamos un paquete de seguridad, en el marco de la articulación que estamos teniendo entre intendencia y gobernación, trabajando las ordenanzas urbanísticas necesarias para la creación de nuevas estaciones policiales y la ampliación de las unidades penales. Más allá de eso, no tenemos competencia en seguridad. Lo que podemos hacer es facilitar normativas que dinamicen la implementación de políticas en ese sentido. Podemos promover contextos mucho más seguros facilitando herramientas legislativas al intendente. Cuando termine la gestión, vamos a tener a toda la ciudad con iluminación led y eso le da a la cada uno de los barrios de la ciudad un contexto más seguro. Lo mismo con el plan de veredas que presentó el intendente esta semana. Sin dudas que tener una ciudad con veredas sanas, con pavimento definitivo y bien iluminada, también construyen un contexto más seguro. Son las competencias que hoy tenemos desde lo local.
- ¿Qué expectativas le genera la aprobación de la reforma constitucional?
-La potestad de poder darnos nuestra propia carta orgánica y allí poner en debate si tenemos que hacernos cargos de más competencias vinculadas al control y la seguridad. Para eso, el requisito previo es la autonomía, que está garantizada desde la reforma de 1994. Como nunca nos adecuamos, seguimos dependiendo de la Ley Orgánica de Municipios y Comunas. Rosario no solo es la ciudad más importante de la provincia, sino una de las más importantes del país, pero tiene que estar pidiendo permiso a la provincia o al gobierno nacional para tomar un crédito internacional si queremos hacer una obra, o a veces para hacer intervenciones sobre el arbolado. La autonomía de Rosario es una deuda pendiente y esperamos que se garantice con esta reforma.
- ¿Se ve como candidata a constituyente?
-No lo pensé. Creo que eso va a ser una decisión que vamos a tomar seguramente en el marco provincial de Unidos. De todos modos, me veo más trabajando en la carta orgánica municipal, sea cual sea la dinámica que se defina para eso.
- ¿Hace algún balance del primer año del funcionamiento de Unidos?
-Estoy gratamente sorprendida por la dinámica de funcionamiento. En el Concejo tenemos una diversidad que nadie desconoce, pero con una voluntad política de lograr acuerdos y manifestar diferencias. Tenemos recorridos muy distintos y es la primera vez que estamos en un frente político juntos. Unidos se transformó de un frente electoral a una coalición de gobierno. Los partidos participan en diversos espacios del gobierno de Javkin y en el Concejo trabajamos codo a codo para mejorarle las condiciones de vida a la gente. Se ha generado una dinámica de trabajo más que interesante. Creo que eso se debe a que la gente tiene expectativas en nosotros y todos somos conscientes que debemos honrar con trabajo el legado que la gente nos dio con el voto.