TEXTO: Yumber Vera Rojas

FOTOS: Alejandra Morasano

Ni bien Eladio Carrión se despidió, el público ya se animaba a barajar los invitados que podría tener Bizarrap en su show en el Buenos Aires Trap, en un random más veloz que los pingponeos que se ven en redes sociales. Opciones sobraban, porque algunos de los artistas que pasaron por las sesiones que el productor musical colgó en YouTube fueron parte de la primera o segunda jornada del festival.

El rapero boricua rankeó entre los primeros, pero ya había cantado el tema que hicieron juntos. Ahí comenzó la duda. Otra posibilidad era Cazzu, que la rompió al caer la tarde con su performance. Aunque ella y Khea (protagonista de la BZRP Music Sessions #34) revisitaron con el caribeño el remix de Mi cubana. Y hasta hubo quien se atrevió a apostar por Shakira, por más que pareciera delirante. Así que cualquier cosa podía pasar, y eso fue justo lo que sucedió.

Eladio Carrión | Foto: Alejandra Morasano
Bizarrap | Foto: Alejandra Morasano

Nadie esperaba a Dillom. Sin embargo, cuando el cantante entró en escena para cantar la BZRP #9, el descontrol arremetió contra el frío que se adueñaba del Parque de la Ciudad. Menos mal que la reunión no fue en cancha de Huracán, porque los vecinos se hubieran quejado nuevamente por el temblor que provocó esa multitud saltando como si no hubiese mañana, de la misma forma que sucedió en el recital de YSY A en Parque Patricios.

Si bien se estima que el sismo más violento que padeció Buenos Aires ocurrió en 1888, habrá que pedirle a un sismólogo que mida la sacudida que estremeció al sur de la ciudad en el alba de la madrugada del lunes. Fue tan punk ese corolario que Biza, quien también invocó en su presentación al MC uruguayo Mesita y al criollo Frijo, lanzó una de las bandejas hacia la fosa. Metáfora del coñazo.

Se trató sin duda de la mejor BZRP Music Sessions de la historia y de un cierre a la altura del retorno del festival. Así como aconteció el sábado con Duki, el productor de Ramos Mejía, que durante su set mechó trap de su cosecha con house y EDM, actuó en el quinto escenario. Uno reservado para la ocasión y que resultaba del cruce entre los dos tablados principales.

Cazzu | Foto: Alejandra Morasano
Cazzu | Foto: Alejandra Morasano

El de la izquierda había recibido a Cazzu, dueña de otro de los recitales sobresalientes del domingo en el Buenos Aires Trap. La artista aprovechó esta vuelta al ruedo, tras más de un año de parate, para demostrar no sólo su vigencia sino también que la etiqueta de "Jefa del trap" le queda cortísima y hoy es matriarca en todo lo que se proponga hacer. Incluso en el arte de picantear a la audiencia, lo que casi hace explotar de calentura el termómetro.

"Yo estoy soltera, ¿y vos?", le espetó la jujeña a alguien de la multitud, previo a cantar Chapiadora, parte de un repertorio que alternó clásicos traperos con un presente más reggaetonero, donde despuntaron Maléfica e Isla velde. También hubo reivindicación al perreo y fue más allá al encarnar escenas libidinosas con la complicidad de su cuerpo de baile twerking. Y para hacer su hit Loca llamó a Khea, quien un rato antes, en el escenario de al lado, había sacado de la galera un show insigne.

Khea | Foto: Alejandra Morasano
Khea | Foto: Alejandra Morasano

Luego de brindar con su fandom, whisky en mano, el trapero despachó su arsenal de hits. A El don le secundaron Tengo 30, Mamacita y We Love That Shit, para el que convocó a Nicki Nicole, consumando otro tándem incendiario. Sin embargo, por sobre ese remate sugerente, el nativo de Virreyes dejó por sentado que es uno de los artistas más versátiles y proactivos de la música urbana argentina.

Ahí mismo, donde antes estuvo Khea, incursionó Milo J más tarde. A pesar de que se trató de su debut en el festival, su actuación no colmó las expectativas. Y lo curioso es que hizo lo que tenía que hacer. Lo que sabe hacer. Habrá sido cosa del clima o del cancionero que eligió, que para su infortunio estuvieron en sintonía. Pero, parafraseando a Luismi, no hay que culpar a la noche.

Milo J | Foto: Alejandra Morasano
Milo J | Foto: Alejandra Morasano

En ese mismo horario, en el escenario alternativo del festival, ubicado al otro extremo del predio, Bardero$ la bardeó bien, fabulosamente bien. Al punto de que hay que darle la chapa de batacazo de la segunda fecha. El dúo de C.R.O. y Homer el Mero Mero comenzó grooveándola con finura, con todo y banda, coyuntura que alcanzó el orgasmo cuando el saxofonista del grupo peló su instrumento en Sigo enamorado de la calle. Lo que evocaba al disco Jazzmatazz, de Guru. Lindos años del rap jazzeado.

Al despedir a los músicos, C.R.O y Homer El Mero Mero descendieron al inframundo del hip hop. Aunque sin perder la elegancia seminal. Le cantaron al egotrip, al barrio, al amor imposible y al bling bling. Hasta que este supergrupo de la doble hache patria bramó por el caos, para lo que C.R.O. pidió "que se abra la ronda". No fue una, sino varias veces que armaron el pogo. Son tan adictivos que terminan personificando ese lema que tienen, en el que versan: "Esto no es música, es droga".

Homer el Mero Mero - Bardero$ | Foto: Alejandra Morasano
C.R.O. - Bardero$ | Foto: Alejandra Morasano

En la antesala, Ronpe 99 les dejó la vara bien alta, al encarar en ese tablado el show más rockero del domingo. Semejante adrenalina llevó al rapero marplatense a zambullirse al público, como seguramente lo hace en Playa Varese o Playa Grande. No obstante, de esa marea humana salió con varios hematomas.

Por esa esquina del Parque de la Ciudad pasó asimismo Lara 91k, con una actitud sonora cada vez más R&B y con la cantante mexicana Julieta Venegas en calidad de invitada. Le secundó Taichu, que convirtió su performance en lo más cercano que alguien puede estar de una valla electrificada, con ese estilo que ella llama "hotcore". Y la terna la concluyó la trapera española La Zowi, otra artífice cargada de visceralidad.

Taichu | Foto: Alejandra Morasano
Taichu | Foto: Alejandra Morasano

No muy lejos de ahí se encontraba el escenario restante del Buenos Aires Trap, el Barras, dedicado básicamente al rap y al freestyle. Pese a que la Argentina es potencia mundial de la disciplina, y por más que varios artistas de la grilla del evento nacieron en las plazas, fue la vitrina menos poblada de la fecha, con excepción de las intervenciones de Stuart y Klan, quienes además de improvisar presentaron temas de su autoría.

En tanto Rei brindaba la veta más cancionera del trap a mitad de tarde, en la segunda jornada de esta edición del festival la cultura parida en la urbe no sólo tuvo visibilidad a través de lo estrictamente musical. En simultáneo, sucedieron conversatorios con Neo Pistea, Nicki Nicole, 0-600 y otros referentes de la escena en un auditorio erigido especialmente para la ocasión. O se produjeron acciones como la del host e influencer Pluzito introduciendo a la crew de street dance Conexión Urbana.

De todos los eventos organizados en el Parque de la Ciudad, éste fue el primero que interactuó con el lugar, ofreciendo además unas rampas de skate y hasta un growshop. Es por eso que el género urbano, y sus consecuencias, se respiraban en cada rincón. Y es que como dijo Khea en una de las alocuciones de su show: "El trap no es música, es un estilo de vida".

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