“A la gente le fue muy mal, al país muy bien”, sintetizó por la 750 el empresario de la carne Alberto Samid al ser consultado sobre su diagnóstico en el primer aniversario de la asunción del Gobierno de Javier Milei.
En el marco de esta contradicción analizó la gestión neoliberal, la que, celebró, “bajó el riesgo país, la inflación y arregló con el gringo” Donald Trump, pero también hachó los ingresos de la población de una forma violenta.
“A la gente le fue muy mal. Esto es para simplificárselo. Está con mucha suerte, gracias a Dios, el país. Porque este es el mejor momento de la historia argentina”, enfatizó ante la pregunta de La García.
Y puso el foco en la producción de materia prima: “Hoy estamos batiendo récord todas las semanas de producción de petróleo. Tenemos el oro blanco, el litio, extraordinario. Estamos produciendo cobre, oro, bronce”.
“Las dos últimas cosechas, la que estamos cobrando ahora, fue muy buena. Y la que estamos sembrando ahora es extraordinaria, a diferencia de hace tres años que tuvimos el peor año”, enumeró.
Todo esto lo llevó a Samid a concluir que “es el mejor momento de la historia”. Afirmación que suena absolutamente contradictoria con la que afirmó a continuación: “Al país le fue muy bien y a la gente muy mal”.
“Si el año que viene es para la gente, bueno. Si es para cuatro vivos, se verá. Lo que va a pasar el año que viene yo no puedo hacer futurología”, sostuvo sobre la distribución de lo que considera como un momento dorado.
Tras lo que añadió: “Como dijo el cabezón una vez: hoy es así, estamos condenados al éxito. Si se lo llevan cuatro vivos, no sé. Si hacen así, no sirve para nada. Yo no hago futurología. Yo puedo decir lo que pasa ahora”.
“Dios quiera que se den cuenta. Yo creo que tienen margen para darle a los de arriba y a los de abajo. No estoy optimista, la gente todos los meses tiene menos guita para comprar comida; pero el país está recontra bien”, añadió.
Y finalizó: “Estamos todos locos si miramos las jubilaciones y no decimos nada. Es de lo primero que tenemos que hablar. Les viene un montón de luz, de gas. No terminás nunca. Todo vale un huevo, y sin embargo, ¿qué hacés con tres gambas y media?”.