La dura postura oficial frente al reclamo territorial del pueblo mapuche en la Patagonia, que el sábado pasado sumó un nuevo pico de violencia con el asesinato del joven Rafael Nahuel en el marco de un desalojo que Prefectura desempeñó en la zona del lago Mascardi, es, para Orlando Carriqueo, la “estrategia equivocada”. Él es el secretario ejecutivo de la Mesa Coordinadora del Parlamento Mapuche de Río Negro, que nuclea a más de 120 comunidades de toda la provincia y ayer, tras visitar a los integrantes de la comunidad Lof Lafken Winkul Mapu que permanecen resguardados en el territorio de donde los quisieron correr a tiros, insistió a este diario en que la salida al conflicto será por la vía del diálogo o no será: “Negarse a dialogar es dar inicio a una matanza como lo fue la campaña del Desierto”, advirtió.
–¿Cómo vio a los miembros de la comunidad tras el ataque de la Prefectura del sábado pasado?
–Están bien. Pudimos ingresar tras el acuerdo abierto entre la comunidad, los organismos de derechos humanos, el obispo (de Bariloche, Juan José Chaparro) y el juez (Gustavo) Villanueva, pero costó y cuesta mucho la comunicación y la circulación porque la zona de la ciudad y sus alrededores están militarizados. Están bien las dos personas heridas, se están curando. Nos contaron que a la mañana temprano se acercaron efectivos de la Policía Federal a la entrada de la comunidad, se pararon en postura amenazante, con las itakas a la vista. Pero por suerte no pasó a mayores, no fueron más que intimidaciones. Creemos que están buscando pretexto para romper los acuerdos.
–¿Qué espera la comunidad mapuche que resulte del acuerdo?
-Es fundamental entender que hay que mantener y cuidar el diálogo entre la comunidad y las autoridades que se había establecido con Parque Nacionales y el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) y se rompió con el desalojo violento de las fuerzas de seguridad. No conformes, salieron a cazar a miembros de la comunidad, mataron a Rafael Nahuel. Insistimos en la necesidad del diálogo, de entendimiento para poder concentrarse en la búsqueda de una solución al conflicto. La solución no es la actuación de la Gendarmería, de la Prefectura, de la Policía. Eso es una mala estrategia. El Gobierno nacional debe, con su discurso, generar los marcos necesarios para que ese diálogo se dé.
–¿En qué consiste el diálogo al que se refiere?
–Un diálogo que gire en torno de la búsqueda de soluciones al problema territorial que se está dando en la Patagonia y en todo el país. El establecimiento de comunidades originarias en el territorio, la reacción violenta del Gobierno, son emergentes del conflicto territorial que no ha sido nunca solucionado. La defensa del territorio que planteamos las comunidades mapuche al Gobierno claramente le disgusta. No les gusta la idea de un título comunitario indígena de la tierra. Pero tienen que entenderlo. Si hay tanto conflicto es por que nunca las partes se han puesto de acuerdo. A los pueblos originarios se nos han desprovisto de nuestras tierras desde siempre. Nunca el Estado democrático nos ha escuchado. Existe la ley 26.160 (de emergencia territorial), pero no se está aplicando. La Constitución Nacional ampara nuestro reclamo. Desalojan a la comunidad de la zona del lago Mascardi con el pretexto de que ocupan tierras que integran un parque nacional. ¿Por qué no procedieron igual con quienes construyeron sus hermosas casas con vista al lago en el mismo parque nacional? Entonces, que el discurso del Gobierno hacia el pueblo mapuche no sea tan estigmatizador, tan violento. Durante cientos de años se nos estigmatizó, se nos trató de mugrientos, piojosos, violentos. Este Gobierno se está parando sobre esa construcción histórica para seguir confrontando.
–En conferencia de prensa, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, se negó al diálogo.
–Negarse a dialogar es dar inicio a una matanza como lo fue la Campaña del Desierto. Es decir que va a salir a matarnos. Ese Ministerio ya mató a dos personas en operativos violentos contra comunidades mapuche. El no diálogo no es la solución, no va a serlo tampoco el ingreso de las fuerzas federales a reprimir y a matarnos. Esa actitud va a mantener el conflicto latente, echará leña al fuego. Y ojo, porque el mensaje no es para nosotros, los pueblos originarios, nada más. Desde siempre a nosotros nos corre, nos desplaza el Estado y el poder económico de las petroleras, las forestales, al sur y al norte del país, pero no somos los únicos que quedaremos sin un espacio en donde poder desarrollarnos. La sociedad tiene que empezar a visibilizar que el problema territorial también la tiene a ella como víctima. ¿O acaso algún trabajador puede acceder a la tierra, puede comprar un terreno con la fuerza de su trabajo, puede construirse su casa? ¿A qué trabajador le alcanza la plata para eso?
–Pero no los describen como trabajadores, sino como parte de Resistencia Ancestral Mapuche, dicen que atacan con armas de grueso calibre...
–Claro. Siguen desplegando la misma estrategia usada en contra de la Lof en Resistencia de Cushamen. Nos vinculan con la RAM, con la ETA, con los kurdos y todos los pueblos guerrilleros del mundo. Nada de eso es cierto. Insistimos en que no conocemos en el parlamento de pueblos mapuche a ningún integrante de la RAM. Tampoco es cierto que portamos armas ni de grueso ni de otro calibre. Pero qué se puede esperar de una ministra que defiende ciegamente a las fuerzas federales de seguridad. Si niega la responsabilidad de la fuerza en la muerte de una persona tras un operativo no le queda otra más que inventar que la comunidad tenía armas. Tampoco puede justificar el uso de armas de fuego de parte de la fuerza sin decir mentiras. No es la primera vez en Argentina que se inventan historias para justificar muertos en manos de las fuerzas de seguridad. Podrá decir mentiras mientras no estén hechos los peritajes, pero no va a ir mucho más allá.