En medio de una profundización de las políticas antipopulares del régimen anarco-libertario se siguen escuchando opiniones que van desde: que “estos no saben nada” hasta los que dicen (gobierno incluido) que están haciendo el ajuste más importante de la historia de la humanidad.
Hay quienes siguen subestimando las capacidades destructivas que tienen, o que improvisan por conocer la gestión, o que no saben sobre el funcionamiento del estado. Algunos decían que se caían en tres meses, después que durarían 6. Ahora no dan fechas, ya pasó un año y cuentan con respaldo suficiente para contrarrestar las oposiciones que se le presenten.
“Es hora de entender que la misión histórica que se han propuesto cumplir de una vez y para siempre los sectores dominantes es modificar, si es necesario por la fuerza y la violencia, las condiciones de reproducción del capital en favor de los grandes grupos económicos y multinacionales con todo lo que ese objetivo estratégico significa en términos de padecimientos sociales" (Mario de Casas).
Esa realidad explica lo que hacen y dicen, no son improvisados ni el fulano es un loquito, tienen un plan claro, obedecen y aplican las políticas que el capital concentrado requiere en estos tiempos. Es parte del plan y avanzan sin demasiada oposición inteligente.
Para ejecutar lo que buscan han desarrollado una gran campaña a través de ideas, desde antes de ser gobierno, y especialmente a partir de ganar las elecciones, así han afrontado firmemente la disputa por el sentido. Lo que algunos denominan la batalla cultural, es, ni más ni menos, lo que vienen ganando arrolladoramente en amplios sectores de la población. Lo que que les permitió contar con los votos transversales de la población, desde un jubilado de la mínima, pasando por un trabajador formal hasta un humilde habitante de barrios populares, ese conglomerado los puso en el gobierno a partir de intervenir directamente sobre sus ideas, consiguiendo así el triunfo del individualismo, el no te metas, que la política es lo malo, y los políticos chorros, casta, etc.
Triunfó el sinsentido, la ignorancia y el odio, con esa base de ideas taparon sus verdaderos intereses y lo que venían a hacer, la gran jugada fue y es esa. Evitando que se vean las verdaderas razones que sostienen y que no son otras que destruir el Estado-Nación, convertirnos en una neocolonia con una economía primarizada al extremo y dejar fuera a las mayorías nacionales.
La disputa central hoy son las ideas que están en danza, es el discurso elaborado y permanente que avanza sobre las consciencias y determina el accionar de amplios sectores sociales. Esta batalla es la que determina el éxito y el avance que el régimen produce a diario, es el aspecto brutal que les asegura la aplicación de sus políticas y la distracción permanente que generan sobre la sociedad.
Entender los verdaderos objetivos destructivos que sostienen es la prioridad a resolver para combatir seriamente su acción, sino estaremos errando en los objetivos del movimiento nacional y popular para enfrentar con éxito al enemigo que tenemos enfrente.
Héctor Marinangeli