Mañana, jueves 12/12, a las 19, en el Aula Magna de la Facultad de Derecho (Moreno 750, Rosario) se presenta el libro Pequeños elementos, de Gerardo Muñoz. Dialogarán con el autor nada menos que el intendente de la ciudad, Pablo Javkin, y los periodistas Evelyn Arach y Horacio Vargas, quien tuvo a su cargo el cuidado de edición de la obra. También habrá música en vivo por el dúo de Cecilia Abecasis y Marcelo Petetta, más un set de vinilos en vivo. Auspician el evento la Facultad de Derecho y de la UNR, donde Muñoz se formó como jurista. "Habrá música, amigos, palabras, puro sentimiento", resume en su cálida invitación el abogado, periodista y, desde ahora, también autor.
¿Por qué es tan importante este acontecimiento, por qué vale la pena leer este libro? Porque hace memoria de nuestra vida cultural, en un estilo atractivo que refleja las voces singulares de dieciséis celebridades. Publicado este año en el sello local Homo Sapiens (que lo ofrece a la venta en su librería de Sarmiento 825, Rosario), Pequeños elementos reúne entrevistas radiales conducidas por Muñoz vía Plataforma Wox (88,3), entre agosto de 2022 y abril de 2024, para los programas Pequeños Elementos y Tres Corazonadas. En Tres Corazonadas tuvo de socios a otros dos abogados rosarinos: Juan Pedro Rodenas y Mario A. Laus. En Pequeños Elementos, él está solo en el estudio con el entrevistado o la entrevistada, uno por emisión del programa. Es una entrevista a fondo, muy bien preparada por el conductor, que investiga mucho antes de preguntar. Y que también graba. Todos los programas se pueden escuchar en Spotify o ver en YouTube.
El libro es apenas la punta del iceberg de toda esa labor apasionada. Los protagonistas de las entrevistas seleccionadas son los músicos Litto Nebbia, Adrián Abonizio, Jorge Canepa, Miguel Cantilo, Dolores Solá, Ber Stinco, Nick Schinder y Majo Clutet; el actor Damián de Santo, los periodistas Reynaldo Sietecase, Horacio Vargas y Néstor Giuria, la escritora Julieta Tonello y el artista, gestor cultural y ex funcionario Dante Taparelli.
El libro se organiza en tres ejes: Letras, música y canciones (Nebbia, Cantilo, Barilari, Solá, Stinco, Schinder y Clutet), Actores, titanes y luchadores (De Santo, Giuria y Roncoli) y La rosarinidad universal (Sietecase, Canepa, Tonello, Vargas, Abonizio y Taparelli). Algunas de estas voces suenan novelescas en la página, de tan singulares, de tan únicas sus anécdotas. Visibilizan algo que nos está faltando hoy en la sociedad: subjetividades fuertes, abiertas a la experiencia, fieles al propio deseo y capaces de dar cuenta de sus recorridos en un relato atrayente. Son caminos hechos con otros, que arman un mapa.
"Hay personas que vienen con ese don de fábrica, otras lo van construyendo día a día, algunas lo cultivan como una forma de estar en el mundo. Si existen siete ramas del arte, conversar debería ser la octava", escribe Juan Pedro Rodenas en su epílogo. "Los distintos textos que componen este libro llevan la conversación al punto máximo de su existencia, el placer de hacerlo. Si este libro fuese tan solo un libro de entrevistas, algo de la conversación se estaría perdiendo para siempre. En estos textos no hay solamente una persona que pregunta, tampoco una sola persona que responde. Estos encuentros tienen una atmósfera única, algo que sólo puede transmitirse al leerlos", dice Rodenas.
En esa extraña burbuja que es el estudio de radio, tan íntima y desde donde a la vez se emite la voz en tiempo real hacia el espacio público, se animan estos protagonistas de la cultura a contar cosas de sus vidas y a subvertir lo establecido. Dante Taparelli se asume espiritista desde los 17 años, reivindica el valor universal de la artesanía qom y wichí de los márgenes de nuestra ciudad y nos invita a apostar a los oasis: "Yo creo que cada una de las personas tiene un paraíso en su balcón, en su ropero, en su biblioteca. Tiene que verlo nada más. Los desiertos más secos están llenos de oasis. Apostemos por los oasis, nuestra ciudad está llena de oasis", afirma con entusiasmo. Laus rescata memorioso un tiempo perdido: "Yo te conocí en el año 1989, cuando estabas preparando los vestidos para la Bienal de Rosario. Tenías un atelier en Boulevard Oroño, en el primer piso, arriba de la tintorería japonesa". Néstor Giuria (nacido en Buenos Aires, hijo de un escritor que obtuvo el premio nacional de literatura) se forjó como periodista deportivo, se vino a vivir a Rosario, creó una agencia de publicidad y trabajó en televisión con Raúl Granados y con Alfredo Velasco Ferrero. A su entrevista es convocado Héctor Botta. En la charla se cruzan figuras gloriosas del boxeo vividas de primera mano, relatos del ingenio criollo, el humor espontáneo entre la gente de los medios, y la pasión por las letras de tango.
De especial interés para los nostálgicos de Titanes en el ring es la conversación con Daniel Roncoli, autor de Un ladrido de perros a la luna: historia imposible del Catch en la Argentina 1903-1962 y de El gran Martín: vida y obra de Karadagian y sus titanes. "El personaje que más me gustó siempre fue el Caballero Rojo", cuenta Roncoli. "Él intentaba no aparecer nunca a cara descubierta, que no se supiera su identidad. Muy inspirado en la lucha mexicana, en donde los enmascarados nunca aparecen en público sin la máscara. Se llamaba Humberto Reynoso, el creador del personaje. No solo lo interpretó, sino también que fue una creación de él junto a su esposa de ese momento, Selva Aranguren, que era vestuarista y artista de circo", recuerda bien de primera mano.
Otro round para destacar es con Reynaldo Sietecase, quien desde el policial aporta la sangre que no puede faltar en un buen compilado de historias. Los tres abogados, caminadores de pasillos de Tribunales, conocen desde adentro del sistema judicial la crónica negra que le inspiró su novela Un crimen argentino, de donde surgió una exitosa película. Sietecase elogia la actuación de Darío Grandinetti en el papel del personaje central, Mariano Márquez. Muñoz le transmite al autor "un mensaje de María Laura Sabatier, jueza penal y escritora que estuvo cerca del caso y te manda saludos". Le cuenta que el defensor oficial Ricardo Netri subía las crónicas en un foro de jueces, y evoca: "Yo trabajo en la sala contigua de donde se filmó la película. Un día nos pidieron la lámpara de la sala porque era la que tenía el juez cuando estaba en su despacho".
En resumen, todas las conversaciones del libro contradicen la idea de la cultura como algo distante de la vida, y dejan el sabor de que la vida misma está hecha de cultura. Esa fusión somos. No existe una sin la otra. Como dice Giuria: "Siempre inventando cosas".