A un año de la asunción de Javier Milei, entre los trabajadores del Conicet Rosario el balance es más que negativo. A esa conclusión llegaron en una asamblea realizada este martes, en el marco de un plan de lucha nacional que tuvo como objetivo visibilizar la situación que atraviesa el sector de ciencia y tecnología con el gobierno libertario. Al recorte presupuestario y salarial se le suman despidos, suspensión de becas doctorales y la aplicación de un examen de idoneidad para los trabajadores del Estado. “Ante la incertidumbre, las demora, y el contexto general de Conicet, estas personas buscaron otro trabajo en el mejor de los casos y sabemos que muchos también se fueron a seguir sus investigaciones en el exterior”, explicó la investigadora rosarina, Marianela Scocco. “Nosotros hacemos ciencia para resolver problemas a la población o problematizar las condiciones en que vivimos, y la política del gobierno va en detrimento de eso”, añadió.
Cumpleaños no feliz. Así se denominó la jornada nacional de lucha planteada entre los trabajadores del Conicet y el gremio ATE, en distintos puntos del país. En Rosario, el lugar de encuentro fue la explanada del Centro Científico Tecnológico (CCT) Conicet, en Ocampo y Esmeralda, donde los investigadores y becarios locales realizaron una asamblea para definir los pasos a seguir dentro del plan de lucha y realizaron un almuerzo a la canasta donde hubo un brindis simbólico con agua. En lo que va del año hubo 140 trabajadores del sector despedidos en todo el país, de los cuales tres corresponden a Rosario.
“Llevamos un año sin presupuesto, sin financiamiento de proyectos, sin ingreso de investigadores y personal de apoyo, y con el 40% un recorte en becas doctorales y posdoctorales. Tuvimos despedidos en todo el país y una pérdida del 40% en el poder adquisitivo de nuestros salarios”, explicó Scocco a Rosario/12. “No hay nada para festejar, pero sabemos que tenemos que seguir encontrándonos porque, pese a la gran embestida del gobierno en nuestra área, con la lucha hemos podido evitar que haya más despidos. Además el 31 de diciembre vencen los contratos que se renuevan cada tres meses y estamos con la incertidumbre de no saber quiénes renuevan y quiénes no”, añadió.
Los trabajadores y delegados del Conicet señalaron que durante todo el año la lógica que imperó en el sector fue la del achicamiento y el vaciamiento. Sin embargo, anunciadas las actividades de reclamo para esta semana, desde el gobierno informaron que darían 110 altas en los cargos de investigadores que estaban pendientes del año 2020 y 2021. Desde ATE lo consideran insuficiente, porque restan que se efectivicen todos los ingresos del año 2022 –que son más de 800– y que haya celeridad en la convocatoria 2023 y 2024, que se unificaron y todavía están los resultados pendientes.
Lo llamativo es que, de lo anunciado, finalmente serán apenas 54 los nuevos ingresos, porque el resto de los ganadores rechazo la propuesta. “Ante la incertidumbre, las demora, y el contexto general de Conicet, estas personas buscaron otro trabajo en el mejor de los casos y sabemos que muchos también se fueron a seguir sus investigaciones en el exterior”, explicó Scocco y agregó: “Es gente que se había postulado, que había pasado por un proceso de concurso, que lo había ganado y que estaba esperando que se le dé el alta. Pero con esta situación prefirieron volcarse a otros trabajos y, en muchos casos, irse del país”.
Examen y presupuesto
Junto al vencimiento de contratos a fin de año, desde ATE y Conicet manifestaron su preocupación por otro tema: el examen de idoneidad que el gobierno quiere implementar en diversas áreas del Estado. Por el momento no hubo demasiadas precisiones del tema, más allá de un anuncio que buscó generar impacto y que desde el gremio entienden como una señal “de amedrentamiento” contra los trabajadores. En principio, los exámenes serían en diciembre en Buenos Aires y podrían realizarse en febrero o marzo en el resto del país.
“Estamos hablando de personas que de por sí ya están en una situación precaria y a eso le suma un examen de idoneidad para intentar demostrar eficacia. Lo que nosotros decimos es que, al contrario de eso, es una señal de amedrentamiento para intentar seguir avanzando contra los trabajadores. En Conicet ya se concursa, aun para este tipo de contratos, y se hacen evaluaciones anuales sobre el desempeño de estas personas”, detalló Scocco.
En ese contexto también está vigente la disputa por el presupuesto destinado al área y, como sucede con las universidades, los trabajadores y delegados del Conicet sostienen que no alcanza. “Estamos pidiendo que el presupuesto de 2024 contemple las necesidades que tiene el organismo en respuesta a la gran inflación que hubo en diciembre pasado, de la cual no nos hemos podido recuperar”, manifestó la investigadora local. Y agregó: “Está previsto un número muy mínimo que no alcanza. Pero también sería mucho más grave que no haya presupuesto y se repita lo que pasó este año, que funcionamos con los números del año anterior”.
Para Scocco, en el Conicet cierra un año que estuvo caracterizado por “el vaciamiento y el desmantelamiento” del organismo, que repercutió en los equipos de trabajos. “Nosotros trabajamos colectivamente y que no ingresen becarios es sin duda una pérdida significativa que hace que no tengamos ese recurso humano para seguir trabajando, además de toda la situación del presupuesto”, sostuvo. “El gobierno apunta a un modelo de país y un modelo científico orientado a las grandes corporaciones trasnacionales. Nosotros hacemos ciencia para resolver problemas a la población o problematizar las condiciones en que vivimos, y la política del gobierno va en detrimento de eso”, evaluó.