PáginaI12 En China
Desde Macao
Hay una (no tan) vieja máxima que afirma que todos los días comienza un festival de cine, algo muy sencillo de corroborar en la práctica: de un tiempo a esta parte, la proliferación de eventos cinematográficos es tal que prácticamente no hay ningún momento del año en el cual no se esté desarrollando alguno en algún lugar del mundo. Pero los festivales nuevos, aquellos que ven la luz por primera vez con la esperanza de llegar a una nueva audiencia y –en el caso de los más ambiciosos– de jugar en el tablero de los ya establecidos, no son tantos. Al menos los de cierta envergadura. El Festival Internacional de Cine de Macao, que comenzó el jueves y continuará durante otros cinco días, no pretende usurpar el lugar de los cercanos (y establecidos) festivales de Hong Kong, Beijing o Taiwán, pero los organizadores han puesto un gran empeño para que la programación debut –no demasiado grande, pero bastante rendidora– resulte atractiva tanto para los locales como para la prensa extranjera que se encuentra en el lugar. Incluso luego de la algo escandalosa renuncia de su director de programación, el veterano de varias guerras Marco Müller (cabeza del Festival de Venecia durante varios años), quien decidió dejar el puesto un día antes del anuncio oficial de la programación, luego de desavenencias con el resto del equipo organizador.
Con una alfombra roja repleta de celebridades locales y varios pesos pesados del cine asiático –más los discursos protocolares de rigor– el Macao Film Fest arrancó con la exhibición del drama franco-ruso Polina, danser sa vie, de Valérie Müller y con Juliette Binoche, en el modernísimo Centro Cultural ubicado en la zona portuaria. Vale la aclaración de que la ex colonia portuguesa conocida por aquí como Macau fue “devuelta” a la República Popular China en 1999 y, desde ese momento, exhibe junto con Hong Kong la particular membrecía a las Regiones Administrativas Especiales de la China abierta al capitalismo: en ambos lugares reina el libre comercio y, en el caso de Macao –integrada por una península y dos islas conectadas por regias autopistas aéreas– también el juego. No por nada la llaman la Las Vegas de Oriente: los casinos se apiñan uno al lado del otro y el lujo de oropeles está a la orden del día. Pero Macao también es un lugar donde se conjugar culturas milenarias y centenarias (la china y la portuguesa) dando lugar a una fusión cultural (arquitectónica, filosófica y gastronómica) única en el mundo. No por nada el gran realizador hongkonés Johnnie To (que, dicen, estará de visita en estos días) decidió ubicar algunas de sus películas en este lugar, entre ellas la extraordinaria Exiled.
La sección competitiva del festival, integrada por doce largometrajes, presentará films ya consagrados en otros eventos y algún que otro estreno mundial, como Shining Moment, el último trabajo de Fruit Chan (el director de Durian Durian y Dumplings). En esa misma sección se verán títulos de la India (Gurgaon, de Shanker Raman), Japón (Survival Family, de Shinobu Yaguchi), Portugal (São Jorge, de Marco Martins) y, entre otros países, Argentina, que estará representada por El invierno, con la presencia de su director, Emiliano Torres, y uno de sus actores, Adrián Fondari. De hecho, el contingente argentino es bastante importante: a la patota invernal se les suman los realizadores y productores de Terror 5, Sebastián y Federico Rotstein, que estarán presentado su creación en la sección “Hidden Dragons”, y la directora Nele Wohlatz viajará para presentar junto a su protagonista, Xiaobin Zhang, su delicado y bellísimo film sobre inmigrantes chinos en la Argentina, El futuro perfecto, en la sección “Best of Fest Panorama”. Films de México y Brasil completan una nutrida selección latinoamericana de títulos distribuidos en los varios programas.
Los periodistas y críticos locales y los internacionales que están de visita tienen, por su lado, los ojos puestos en dos secciones paralelas. Por un lado, las galas, que pondrán en pantalla por primera vez el nuevo largometraje de Takashi Miike, The Mole Song - Hong Kong Capriccio (secuela de un comedia policial basada en un manga y dirigida hace un par de años por el propio Miike) y el más reluciente blockbuster coreano, Pandora, en el cual Park Jung-woo se plantea la posibilidad de un desastre nuclear en su país. En segundo lugar, el programa titulado “Crossfire”, en el cual algunos de los nombres más importantes del cine de estas latitudes tuvieron carta blanca para elegir una película clásica, desde el más exclusivo placer del gusto, para presentarla a la audiencia del festival en vivo y en directo.
Así, la veterana Ann Hui deberá explicarle a la platea por qué eligió el clásico policial de Jean-Pierre Melville Un flic, mientras que el mencionado Miike se despachará a gusto con su predilección por Il grande silenzio, el muy nombrado pero no tan visto spaguetti western, que es también uno de los favoritos de Quentin Tarantino. Kiyoshi Kurosawa, que también caminará las calles y plazas de Macao, presentará en esta sección la genial Les yeux sans visage, de Georges Franju (además de ofrecer su último film, Daguerrotype, rodado en Francia) y Park Chan-wook mencionará los detalles de su fascinación por Venecia Rojo Shocking, el clásico de terror de Nicolas Roeg. Una excelente idea de programación y casi un paraíso terrenal para el fan del cine oriental.