Perú vive días de inmensa indignación luego de que el cuerpo de la niña de 12 años que era intensamente buscada desde el sábado apareciera sin vida, y con signos de haber sido atacada sexualmente, en la casa del presunto femicida.
La menor había sido reportada como desaparecida el sábado, en Lima. Su cadáver fue encontrado en un terreno del barrio Villa María Triunfo, ubicado en el sur de la capital peruana. Estaba envuelto en frazadas y alfombras debajo de la cama de un hombre de 26 años, identificado como Gerson Juárez, quien ya fue detenido por la policía como principal sospechoso del crimen.
Este martes un juez de Lima dispuso prisión preventiva por siete días contra el sospechoso, según informaron desde el poder judicial.
Es tal la conmoción que generó el caso que la presidenta de Perú, Dina Boluarte, propuso volver a la pena de muerte para violadores de menores. Partidaria de la mano dura contra, la mandataria afirmó que llegó "el momento" de discutir el restablecimiento de la pena capital, que fue abolida en 1979 y que por décadas estuvo reservada para delitos como traición a la patria y homicidio agravado.
"Es momento que ante hechos de esta magnitud, que deberían ser inconcebibles dentro de una sociedad, planteemos medidas drásticas; es momento de abrir el debate sobre la pena de muerte para violadores de menores", dijo Boluarte.
La pena de muerte solo podría ser restablecida mediante una reforma constitucional que apruebe el Congreso. La iniciativa, sin embargo, chocaría con compromisos internacionales que asumió Perú en defensa de los derechos humanos y en contra de este tipo de castigos.
Desde 1995, el poder legislativo descartó al menos ocho proyectos de ley que buscaban restaurar la pena de muerte. La actual normativa prevé la cadena perpetua para los violadores de menores de 14 años.
Según el Instituto Nacional Penitenciario, 8.491 personas cumplen actualmente sentencia por este delito.