El italiano menos pensado

Cuando se piensa en cocina italiana, no queda otra que imaginar montañas de harina de trigo reconvertidas en pastas, pizzas y panes al por mayor. Un paraíso que, para los que esquivan el gluten, se puede convertir en infierno. Por suerte, ahí está Donato De Santis para modificar la escena. Es que Donato –el cocinero italiano más argentino de todo el mundo– duplicó su restaurante más exitoso con una versión 100% sin TACC. Bajo el nombre de Cucina Paradiso Senza Glutine, el lugar se define como el primer restaurante italiano sin gluten de toda Latinoamérica, capaz de competir en calidad y diversidad con cualquier otro lugar, tenga o no tenga gluten.

Cucina Paradiso Senza Glutine nació en Palermo y hace unos pocos meses inauguró sucursal en el bajo de Belgrano. El lugar abre de corrido, de 9 a 24, sin reservas; y se llena cada mediodía y noche con colas de gente esperando mesa en su puerta.

A tono con su amplio horario, hay mucho para elegir, con desayunos, meriendas y una sandwichería para los que extrañan el sabor del pan (focaccia con mortadela, pistachos y stracciatella a $14500; un tostado de jamón y queso a $12000). A la hora de almuerzos y cenas, arrancan entradas como una perfecta provoleta de cabra grillada con ragú de hongos, salsa verde, tomate y parmesano por encima ($10900), también albóndigas de tres carnes cocidas en salsa pomodoro ($13900) o una más ligera ensalada de cabutia grillado, brócoli, tomates cherry, palta, bocconcini, garbanzos, rúcula y albahaca a $14500. La pasta es lo más buscado: agnolotti de ossobuco de cordero a $18490, ravioli de carne, seso, mollejas, caracú, escarola y acelga con tuco a $18900, y cappellacci de zapallo con parmesano y amaretti, manteca y salvia a $18490 son algunos de los ejemplos. Se suman una más populista milanesa de ojo de bife con tagliatelle ($28900), y unas berenjenas a la parmigiana ($16500). De postre, claro, tiramisú.

No extraña que este Cucina Paradiso Senza Gluten esté siempre lleno. Una de las mejores opciones sin gluten en la ciudad; dedicado a una muy rica cocina italiana.

Cucina Paradiso Senza Glutine (Belgrano) queda en Castañeda 1873. Horario de atención: todos los días de 9 a 24. Instagram: @cucinaparadisosenzaglutine.

Taiwán y más

A Bao Kitchen hay que seguirle siempre el recorrido. Nació en el microcentro porteño, con una cocina taiwanesa real que no se veía en Buenos Aires. Se duplicó luego a Recoleta, más tarde cerró Microcentro y ahora, gran noticia, acaban de abrir un local mucho más amplio, luminoso, y con una tremenda cocina a la vista en el corazón neurálgico del Palermo gastronómico.

Bao Kitchen está a cargo de Meilin Klemann, licenciada en nutrición, y su madre Liwei, especializada en cocina tradicional china y taiwanesa. Ambas son practicantes de Falun Dafa, una disciplina espiritual prohibida en China; y esto se nota mucho en el nuevo local: casi como un templo, en las paredes aparecen grandes textos sobre Falun Dafa, dejando en claro la importancia que esta disciplina tiene para ellas.

La nueva locación sumó una plancha en la cocina que aprovechan para ampliar el menú; también sumaron sabores de otros lados de Asia, en especial del sudeste asiático, expandiendo así los ya sabrosos límites de Taiwán.

Trabajando con verduras, frutas, tofu, harina, huevos, y carnes de pollo y cerdo orgánicas, hay mucho para elegir: para empezar, sin dudas, vale la pena pedir los Gua Bao, unos maravillosos pancitos nebulosos, cocinados al vapor, con elección de relleno entre panceta de cerdo, bondiola o pechuga de pollo, además de pickles, maní y cilantro (2 unidades a $12000); también los dumplings de cerdo en salsa de aceite rojo, sésamo y maní ($15500). También inevitable de esta casa son sus sopas: la Niuroumian es un emblema taiwanés, con carne, salsa de soja, anís estrellado y fideos artesanales ($18000). De lo nuevo, sobresale el satay (brochette) de carne de vaca marinado con salsa de soja y kummel, servido con arroz ($20000) y el curry amarillo thai, con espinaca fresca, pollo y boniato, servido con arroz ($18000). Pero hay mucho más: arroces, carnes, platos vegetarianos y varios etcéteras.

Más allá del crecimiento, Bao Kitchen sigue siendo eso que tanto gusta: un lugar comandado por una familia, con una cocina propia y tradicional, que abre nuevos caminos y espacios.

Bao Kitchen Palermo queda en Bonpland 1679. Horario de atención: lunes a sábados, mediodía y noche. Teléfono: 11-6821-4242. Instagram: @baokitchenargentina.

Una nueva esquina peruana

Parte de la órbita de Gastón Acurio (el cocinero más reconocido de Perú), Barra Chalaca es su opción más casual y económica (en especial, comparándola con La Mar, también del mismo grupo gastronómico). Al lugar se lo puede definir como una barra cevichera, especializada en productos de mar, donde abunda la sazón del Pacífico. Su primera incursión en Argentina fue en Lomas de Zamora, luego abrió el local de Palermo (sobre la Av. Niceto Vega) y ahora la marca acaba de inaugurar en los límites de Belgrano, hacia el lado de Núñez. Un local de buen tamaño (es la parte de abajo de un hotel), al que le dieron color y sonido alegres.

Chalaco significa que pertenece al Callao, ciudad portuaria de Perú. Y a eso se viene a esta barra: a comer pescados y mariscos al por mayor, en versiones callejeras. Lo mejor, sin dudas, viene por el lado de los ceviches (hechos usualmente con lisa), como el Del puerto (que suma pescado con chicharron y tortitas de choclo, $23100) o el más peculiar Chucuito, con pesca del día, leche de tigre cremosa, palta, oliva y alcaparras ($23500). Hay también tiraditos (el criollo, con ají amarillo, $16500) y piqueos como las empanadas de picante de langostino (dos unidades a $6100). Para un mediodía laboral, nada como el muy rico sánguche de chicharrón de calamar ($11900), aunque también se puede ir por los muchos platos de fondo de esta casa: jalea chalaca (con pescado y mariscos fritos, $28200), tallarines con berberechos (salen picantitos, a $24500), saltados varios (lomo, pollo, pescado), tacu tacu con milanesa de pescado, huevo, plátano y escabeche ($26500), o el muy buen arroz en su tinta con chicharrón de pota, langostinos y alioli de rocoto ($27500), entre varios más. Un dato: los jugos y bebidas son especialidad de la casa, como el Curatodo a $6900.

Barra Chalaca juega en Argentina un papel interesante, sin buscar el glamour de muchos restaurantes peruanos coquetos, pero por encima -en estética y detalles de los platos- de los peruanos más populares. Un camino intermedio, que promete seguir sumando sucursales en el país.

Barra Chalaca Belgrano queda en Montañeses 2599. Horario de atención: todos los días de 12.30 a 24. Instagram: @barrachalacaarg.